El FID muestra de cerca la otra cara del deporte

La soledad del deportista y las frustraciones. El miedo al fracaso, las tristezas, las lesiones, la impotencia... «Para llegar a un día bueno hay que pasar mil malos», confesó Lola, a quien las siete operaciones de rodilla le pusieron a prueba una y otras mil veces. Y a Jero, a quien esa rebeldía «de un barrio en el que o te quitaban el bocadillo o le quitabas tú» le pusieron en la difícil decisión de elegir un camino pronto. El del éxito o el del fracaso. «Afortunadamente un gimnasio me dio el equilibrio emocional que se necesita», recuerda. A ellos, como a Lourdes Mohedano a quien las ocho horas de entrenamiento diario durante años y años no le garantizaban nada «en un ejercicio de dos minutos donde te juegas todo. ¿Y si sale mal, cómo lo superas?». Ellos reflejaron lo solos que estuvieron en sus épocas de deportistas, sin que nadie pudiera apoyarlos a «entrenar la salud mental que es tan importante como los músculos o como la parte física».

«Ahora está un poco más mirado, tiene más visibilidad, pero antes... A llorar y a tirar para adelante», recuerda Lola Fernández Ochoa, hija del medallista olímpico, Paquito, y hermana de Blanca, también esquiadora de élite y ambos fallecidos. «Todos necesitamos una esquina; alguien que te acompañe, que te ayude a superar las equivocaciones y frustraciones...», explicaba Jero, quien asegura que «me caí un millón de veces y me levanté otro millón y siempre para pelear». El exboxeador advirtió de que hoy en día existe 'una generación de cristal', una generación sobreprotegida y señaló el peligro que eso supone. «Yo me caía en el primer asalto y aprendía a levantarme; a los niños de hoy en día les protegemos tanto que se caen en el séptimo asalto y ya no saben como levantarse». Una metáfora de la importancia que tiene la salud mental y que nadie se sienta solo. Que haya una voz que apoye en lo bueno y en lo malo.

Las personas que ocuparon su butaca participaron de una charla abierta con ellos; les preguntaron, les sugirieron y se humanizaron. Lo mismo hicieron con Setién, alguien que aquí, en Cantabria, es un mito vivo. Repasó sus buenos momentos, pero también los malos. Mañana sábado será el turno del campeón del mundo de Moto GP, Jorge Lorenzo y del equipo español K-4 de piragüismo.