El Cayón, a derribar la muralla defensiva del Caudal

El rival para los de Jesús Mantecón es de cuidado. El Caudal fue el segundo mejor equipo de todos los grupos de la Tercera División en España, al sumar 98 puntos. Si sus 86 goles anotados ya son una cifra a tener muy en cuenta, los tan solo 12 que recibió en el campeonato dan aún más respeto. Para hacerle un gol al Caudal, en Asturias hicieron falta más de tres partidos de media.

Pero lo que le sobra a los aurinegros es optimismo. Para medirse a un rival de tanta enjundia, los cayoneses jugarán con un arma que suele dar grandes resultados: la ausencia de presión. «Ya es un premio haber llegado a donde lo ha hecho el Cayón», señala Rubén, el portero del equipo cántabro. «Así que todo lo que venga será un regalo. Ya era un regalo estar en la liguilla, así que si pasamos estará bien. Y si no lo conseguimos, al menos vamos a disfrutar». A su juicio, la consigna para esta tarde es «lograr un buen resultado que permita ir a Mieres con la posibilidad de competir y tener opciones. Será difícil, porque ellos son un gran equipo. Pero lo vamos a intentar. Es un reto».

Excepto Chili y Lavín, lesionados, el resto de jugadores está disponible para los técnicos locales, que esperan obtener un buen resultado o en su defecto dejar la eliminatoria abierta de cara al partido de la semana que viene en Asturias. «El Caudal pierde poco y le hacen pocos goles. Es un equipo compacto y sin fisuras, señal de que está bien trabajado. Sus números dicen que es muy buen equipo», añade José Manuel Rumayor, segundo entrenador de los aurinegros.

Gran entrada

Como ya ocurrió en la ida de la eliminatoria ante el Cirbonero, se espera un gran ambiente en las instalaciones del Fernando Astobiza, donde la peña cayonesa El Megáfono Pasiego siempre es una garantía de apoyo. La venta de entradas ha ido a buen ritmo y el Cayón ya ha avisado a sus aficionados para que acudan al campo con tiempo suficiente para evitar aglomeraciones. Solo queda que poco antes de las ocho de la tarde, el resultado de su equipo les haga salir del campo con una sonrisa de oreja a oreja.