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Alan Ruschel, uno de los supervivientes de la tragedia del Chapecoense.
El Chapecoense y el vaso medio lleno
FÚTBOL

El Chapecoense y el vaso medio lleno

Superado el estupor inicial, el club se refugió en construir un futuro que no había elegido y afronta su segundo partido de la Libertadores

ROSA SULLEIRO

Jueves, 16 de marzo 2017, 18:32

Dice Alan Ruschel que escuchar a su amigo Jakson Follmann celebrar la vida pese a haber perdido una pierna le sacudió el impacto del accidente, mientras para Neto no hubo mejor terapia que volver en muletas a la cancha. Como ellos, el Chapecoense pudo derrumbarse ... para siempre, pero eligió no hacerlo. En la tarde lluviosa de este jueves, el Furacao se enfrentaba al argentino Lanús en su primer partido en casa en la Copa Libertadores. Un lujo reservado a otros hasta hace muy poco en esta localidad del sur de Brasil que jamás olvidará la noche terrible del 28 de noviembre, pero que tampoco se resigna a instalarse en el pasado.

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