Carlos Alonso 'Santillana' | Exfutbolista cántabro
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Carlos Alonso 'Santillana' | Exfutbolista cántabro
«Bajaba a entrenar a Barreda en el camión que recogía las perolas de leche»JAVIER ORTIZ DE LAZCANO
Lunes, 5 de junio 2023, 02:00
Carlos Alonso 'Santillana' (Santillana del Mar, 23 de agosto de 1952) es el segundo mejor rematador de cabeza que ha dado España tras el mítico Telmo Zarra. Jugó una temporada en el Racing, en Segunda -anotó 16 goles- y 17 campañas en el Real Madrid, ... para el que firmó 290 tantos. Y 56 partidos con la selección y 15 dianas. Escuchar a estas leyendas permite ser conscientes del grado de respeto que existía entre ellos en el fútbol que vivieron.
-¿Qué es de su vida?
-Estoy jubilado, disfrutando de mis hijos y mis nietos. Tras dejar el fútbol, trabajé en Reebok (marca estadounidense de ropa deportiva) durante 23 años como delegado en la zona centro. En mi última temporada, 1987-88, empecé a trabajar en la pequeña oficina que acababa de abrir entonces en Madrid.
-¡Cómo cambian los tiempos! Un jugador del Madrid trabajando en su última temporada.
-Es que la sensación que teníamos nosotros era que el fútbol duraba un tiempo y luego el dinero había que invertirlo. Y eso que yo tuve una fortuna enorme de jugar 17 temporadas en el Madrid y una más en el Racing. Me retiré con 35, que ya eran muchos, pero a los 29 y 30 ya me llamaban viejo en los campos.
-¿Por qué duró tanto?
-No tuve lesiones. Mis tres últimos años llegó Hugo Sánchez y jugaba menos, pero en los partidos claves de la UEFA y de la Copa de Europa él tenía la mala suerte de estar lesionado o sancionado y me tocó jugar a mí con la buena suerte de que fui clave.
-¿Por qué le conocían con el nombre de su pueblo?
-En Santillana del Mar no había campo. Bajábamos dos niños a jugar a Barreda al equipo de la empresa de la Sniace. Bajaba un día a la semana en el camión que recogía la leche y que cogía todas la perolas por los pueblos porque no había autobús. Entregaba la leche en una fábrica en Santander y a la vuelta me cogía para subirme al pueblo. Éramos infantiles y el entrenador preguntaba '¿ha bajado el de Santillana?, ¿ha bajado el de 'nosedonde?' Alguien le diría, 'aquí está el de Santillana', me empezó a llamar así y así me quedé.
-¿Soñaba con triunfar en el fútbol?
-No. Y eso que de jovencito hice dos pruebas, una en el Deportivo y otra en el Barcelona con 16 años. Fui a La Coruña en tren, de Torrelavega a Venta de Baños y allí siete horas de espera para coger el que subía de Madrid. Eran viajes terribles. Estuve tres o cuatro días, pero me mandaron una carta diciendo que no contaban conmigo. En Barcelona fue al revés. Entrené con los suplentes. Balmanya y el club se portaron muy bien. Me dijeron que jugaría en el Condal y me buscaron pensión e instituto. Pero volví a casa y con mis padres me entraron la morriña y las dudas. ¿Dónde voy a ir?, pensaba. Después de haber sido valiente para hacer las pruebas, decidí no ir. Y al final me fichó el Racing.
-Con el que juega un año y gana su único Pichichi, en Segunda.
-No pude serlo en Primera, 'mecagoendiez'. El año que estuve más cerca me lo quitó Carlos (1974-75, 19 goles el del Athletic, 17 el del Madrid). Un año estaba Kempes (Valencia), otro Krankl (Barcelona), otro Quini (Sporting y Barça)... Tenía unas fieras delante que no había quien pudiera. No es una espina clavada. En mi concepto del fútbol no tenía el egoísmo de ser máximo goleador por encima de todo. Lo que quería era que el equipo ganara títulos y en mi juego daba muchas asistencias a los compañeros de cabeza. No fue un trauma entonces, pero al dejar el fútbol si me preguntaba, '¿será posible no haberlo ganado?'
-¿Es el mejor cabeceador en el fútbol español tras Zarra?
-No le vi jugar, pero fue un honor conocerle y que acudiera a un homenaje que me hicieron. Ha habido muy buenos, como Morientes, Zamorano, Aduriz... De los mejores que he visto, Fidel Uriarte, aunque jugaba con el 10. Entonces nos especializábamos en ser delanteros de área. Y ahora juegan más, como sucede con Benzema, que se mueve de un lado a otro. Los compañeros me decían que no bajara a tocar balones, que no participara en el juego, que me quedara arriba para rematar. La mentalidad era otra. Ya casi no hay delanteros centros del área. Hoy hay que ser mejor técnicamente. Tienen que participar más en el juego, entre otras cosas porque hay mucha más posesión.
-¿Cuál era la clave de su remate de cabeza?
-Soy bajito (1,75) comparado con los delanteros de ahora o los defensas de entonces. Me basaba en la anticipación. No podía jugar en estático contra Migueli, Goikoetxea, 'Rocky' Liceranzu, Maceda... Tenía que buscarme las argucias, moverme a un lado, al otro. Si les sorprendía, le superaba por mi capacidad de salto y porque me mantenía en el aire. Luego había que girar el cuello. Eso, por ejemplo, Aduriz, Zamorano, Morientes o Cristiano lo hacían muy bien. Y, sobre todo, Quini, que parecía tener un garrote. Hoy me gusta como lo hacen En-Nesyri y Benzema.
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