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El Laredo quiere cerrar el año con victoria. Más que una oración es una evidencia; cualquier equipo quiere ganar. Pero los de Manu Calleja tienen ... además sólidos argumentos para confiar en hacerlo, dada su buena dinámica desde que comenzó una termporada en la que, resultados al margen, solo en el partido frente al Alavés B dieron una sensación de inferioridad manifiesta. Claro que aquel fue el último, de ahí el efecto vigorizante que tendrían hoy los tres puntos ante un adversario de la zona templada. Incluso un empate puede ser válido como premio de consolación. Cuando se llega a las vacaciones con los deberes hechos se disfruta más de ellas y se tiene menos miedo a los exámenes.
Porque un triunfo pejino tendría terapia relajante para un Laredo que encadena dos derrotas consecutivas -una en Liga y otra en Copa-, cuando restan dos jornadas para concluir la primera vuelta liguera, si bien la próxima será ya en 2021. De momento le toca medirse a las cinco de la tarde, al mismo tiempo que el Racing, con los universitarios, un equipo que aunque tuvo un arranque de competición algo irregular, suma ya tres jornadas seguidas sin perder -la última frente a los verdiblancos-, con lo que su objetivo no es otro que encadenar un encuentro más sin hincar la rodilla. Un quinielista lo jugaría a un empate, que no dejaría demasiado insatisfechos a ninguno de los dos.
Dada esta situación, al Laredo le tocará esforzarse al máximo para truncar el buen momento del conjunto vasco y seguir sumando de tres en tres. Y, para ello, contará con San Lorenzo, un fortín para el conjunto pejino y que, además en esta ocasión, contará con el apoyo de sus aficionados, por segunda vez en esta temporada. Eso sí: con aforo limitado, como le ocurre a todos los equipos. De los cuatro partidos disputados en esta campaña, dos han finalizado con victoria y otros tantos en empate para los locales, y de los once puntos que atesora el equipo rojillo ocho se han logrado en su estadio.
En los dos últimos partidos -Alavés B y Alcoyano-, apareció ese equipo que había perdido parte de su identidad. Le castigaron sus errores defensivos y su bajón en las segundas partes, pero antes de los descansos hubo motivos para pensar en positivo. Se vio a un Charles vivo, la misma cara que deberá mostrar hoy con más continuidad si quiere derribar al arsenal que tiene en frente.
Riky y Borja Ares son las novedades en la convocatoria una vez superados sus problemas físicos. El primero personales y el segundo por sanción. Aunque sin pistas sobre la alineación, parece que para este choque Manu Calleja volverá a apostar por su once más habitual, devolviendo a su puesto a los jugadores que descansaron en Alcoy. Rasines y Álex Pérez flanquearán la defensa, mientras que Goñi y Borja Ares ocuparán el eje de la zaga.
Faouzi y David Sanz, pareja indiscutible para el de Beranga, dirigirán de nuevo el juego del equipo. Saúl García, habitual de inicio en los partidos por su capacidad de desborde, actuará en banda izquierda, y Álvaro en la derecha. En la punta del ataque actuará previsiblemente Siafa, que descansó en el duelo copero y muy del agrado del técnico, estará acompañado por Vinatea.
Los de Calleja afrontan el último partido del año «con mucha ilusión por conseguir la victoria» antes del parón navideño: «Aún no hemos terminado la primera vuelta. Nos quedan dos partidos pero en el camino que estamos recorriendo hay un claro crecimiento del equipo. Estamos mejorando mucho pero aún nos queda por mejorar». Además, dice el entrenador, «tenemos muchas ganas de que llegue el partido para corregir todo lo que hicimos mal en la Copa».
Según el técnico de Beranga, el conjunto pejino se encuentra en la actualidad «en un momento estable pero aún queda muchísimo campeonato. Nosotros apuntamos al día a día». «Esperamos regalar una victoria a la afición con el respeto que le tenemos siempre a los rivales y sabiendo que todo es muy parejo y que no nos van a regalar nada. El equipo está muy ilusionado. Para nosotros es una motivación extra ganar el último partido del año», explicaba ayer el entrenador.
Pese al buen momento de forma del Leioa y el rendimiento que saca a todos sus jugadores, el Charles ha de pensar en sí mismo y plantear el encuentro con la misma concentración que lo hizo en el último partido en su terreno de juego contra el Bilbao Athletic. Los de Calleja ofrecieron una destacada imagen como grupo, supieron leer muy bien el encuentro y aprovecharon dos de sus ocasiones para lograr un empate de prestigio ante un rival de la zona alta de la clasificación.
Ganar esta tarde permitiría volver a mirar hacia arriba al cuadro pejino, que tiene a un punto los puestos de play off de ascenso a Segunda, pero también a la misma distancia los puestos de descenso.
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Ana del Castillo
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