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Pocas bromas en el tribunal. Es lo que ha querido dejar claro el juez central de lo Penal de la Audiencia Nacional José Manuel Fernández Prieto en la segunda jornada del juicio contra el expresidente de la RFEF Luis Rubiales por el beso a Jenni ... Hermoso tras la final del Mundial. «¡Basta ya! Quiero saber las cosas con claridad, no con chulería», ha abroncado el magistrado dirigiéndose al exjefe de prensa de la Federación Española de Fútbol Pablo García Cuervo, que se encontraba declarando como testigo.
El caso es que el juez ya había llamado la atención al antiguo portavoz de la RFEF por sus palabras. Hasta que al final no pudo más: «Mi paciencia está llegando a un límite. Viene aquí a declarar no a dar esas contestaciones ¿eh?». Al magistrado no le gustó nada que García Cuervo criticara la labor de la codirectora de la Asesoría Jurídica de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), María José López, a la que acusó de «no prepararse el juicio».
Por lo demás, el exjefe de prensa reconoció haber redactado junto al propio Luis Rubiales un comunicado basado en las declaraciones que Hermoso hizo en la COPE sobre el polémico beso. Eso sí, sin consultarlo previamente con la jugadora de la selección, aunque después sí le presentaron el texto para su aprobación. Según su relato, respondió conque «hicieran lo que quisieran», lo que a sus ojos fue un visto bueno a la nota de prensa. «Tiene 34 años y sabe lo que es sí o no», recordó.
La controvertida nota de prensa, posteriormente desmentida por la propia jugadora, respondió a «una situación de crisis» en la Federación. «¿Qué situación es esa?», le cuestionaba la fiscal. «Pues la situación por la que estamos aquí», respondía Pablo García Cuervo con algo de altanería, lo que provocó un nuevo tirón de orejas verbal del juez: «Hable en castellano, sin eufemismos. Por el beso».
Lo que no empleó ningún tipo de eufemismo fue en definir a Jenni Hermoso como «una persona bastante influenciable y manipulable», con lo que el juez volvió a llamarle la atención por estas críticas gratuitas. Y todo ello pese insistir en que no tiene ningún tipo de «animadversión hacia la víctima».
Eso sí, García Cuervo tendría todas las razones para guardar rencor a Hermoso, ya que «ella firmó un documento, junto a otras jugadoras de la selección, pidiendo el despido de unos profesionales de la RFEF que estaban haciendo su trabajo» en septiembre de 2023. Esa demanda implicó que posteriormente tuviera que dejar su puesto de trabajo al frente del gabinete de prensa del organismo deportivo.
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