Una calle para Vicente Calderón
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Torrelavega espera la visita de la hija del que fue presidente del Atlético de Madrid para descubrir la placa en homenaje al dirigente, nacido en Santander pero vecino de la capital del BesayaDio nombre a un estadio de fútbol, pero hasta esos enormes colosos de la construcción, aparentemente sólidos e inmutables, son víctimas de la piqueta. Así que, olvidado quién fue Vicente Calderón y derribado su estadio junto al Manzanares, ¿qué memoria guardará los méritos de aquel empresario de éxito de Cantabria que se hizo a sí mismo y elevó el estatus deportivo del Club Atlético de Madrid?
Para hablar de Vicente Calderón Pérez-Cavada, comienzo corrigiendo la equivocación de un importante dato de su biografía en la que yo mismo he caído, porque como muy bien ha demostrado con la partida de nacimiento en la mano Tomás Bustamante, uno de los dignos candidatos a ser cronista oficial de Torrelavega junto a Miguel Ángel Sánchez y Nieves Bolado, Vicente Calderón no nació en Torrelavega, sino en Santander el 27 de mayo de 1913, en el tercer piso del número 6 de la calle del Arrabal.
Vicente era el benjamín de los seis hijos que tuvieron Raimundo Calderón, natural de Sierrapando, y Benita Pérez Cavada. De los seis sobrevivieron cuatro: Raimundo, Cuca, Mercedes y Vicente que consiguieron salir adelante gracias al trabajo del matrimonio; él como comisionista, con la compra y venta de caballos y fincas ganaderas, y ella como cigarrera de la fábrica de tabacos. Así pudieron enviar a Vicente a estudiar al colegio de los Salesianos de Santander, donde se aficionó a jugar al fútbol y a meter goles desde la posición donde gustaba desenvolverse en los equipos escolares, la de delantero centro. Viviendo en la capital montañesa, sería inevitable que el Racing se convirtiera en su equipo favorito y siempre recordaría el chaparrón que le sorprendió en los Campos de Sport durante un partido del Racing contra el Athletic de Bilbao. Vicente había estrenado un traje nuevo ese mismo domingo y la lluvia encogió su tejido, por lo que saldría del estadio con unas pintas no demasiado dignas entre el pitorreo general.
A los 15 años dejó el colegio y tuvo que ponerse a trabajar. Fue botones y repartidor de una droguería y de una sastrería en Santander, y consciente de la importancia de la formación, con parte del dinero que ganaba, pagaba a un profesor que le daba clases por la noche. Cuando tenía veinte años morirían sus padres, y durante la guerra civil se casó con María de los Ángeles Suárez, a quien había conocido en Santander. Fueron circunstancias que le ayudaron a madurar, así que se instaló en Madrid para comerse el mundo. Aprendió el oficio de sastre pero se dedicó a los negocios. En Las Palmas creó una empresa de conservas y exportó fruta, tomates y cereales. Fundó en Gandía una de las primeras fábricas de congelados en España y presidiría varios consejos de administración de construcciones inmobiliarias, industrias químicas y barcos de pesca, entre otros.
Vicente nunca abandonó su afición al fútbol y al comenzar a vivir cerca del Metropolitano en los años cuarenta, donde jugaban los futbolistas cántabros Germán, Aparicio y Manín, iría inclinando su apego hacia el Atleti. El paso de su compromiso con el club colchonero se debió a la muerte de su querida esposa en 1963. Entonces el Atlético de Madrid tenía como objetivo la construcción de un nuevo campo junto al Manzanares, cuyas obras comenzaron en 1959, pero el proyecto estuvo a punto de hundirse en 1961, cuando el ayuntamiento ordenó paralizar las obras.
En 1964, Vicente Calderón accedería a la presidencia del Atlético de Madrid y su incorporación fue decisiva para desbloquear las trabas que impedían la construcción del estadio que finalmente se inauguró el 2 de octubre de 1966. En 1971, la Asamblea General del club, como reconocimiento a la labor de su presidente, decidió bautizarlo como 'Vicente Calderón', y tras completar una remodelación, se reinauguró en 1972 con un partido entre la selección española y la uruguaya. Dimitió de su cargo el 16 de junio de 1980, entrando el club en una crisis con la polémica presidencia del doctor Alfonso Cabeza y tres presidentes provisionales, hasta que regresó en 1982. Fue quien aceptó los fichajes de dos cántabros que serían internacionales con los rojiblancos, Juan Carlos Arteche y Quique Setién.
Vicente Calderón sería uno de los presidentes más importantes del Atlético de Madrid. En sus 21 años al frente del mismo consiguió cuatro Ligas, cuatro Copas y una Copa Intercontinental tras ser subcampeón de Europa. Además, aumentó en más de 50.000 el número de socios, impulsó las secciones deportivas y proporcionó prestigio y categoría al equipo en todo el mundo. Se mantuvo en la presidencia del club hasta su muerte, el 24 de marzo de 1987.
Aunque nacido en Santander, la familia de Vicente Calderón procede de Torrelavega y será este Ayuntamiento el que ponga en breve su nombre a una calle de la ciudad. Qué buen criterio la de honrar a los personajes de nuestra historia con gestos como éste, mientras que en otros lugares, como Soto de la Marina, pretenden borrar de la memoria a José de Escandón quitando su nombre al colegio.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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