La Cántabra destituye a uno de sus directivos por revender entradas para la final de Copa

El directivo de la Federación Cántabra de Fútbol Jesús Cebrecos; un entrenador de Primera Regional, el padre de un jugador de categoría cadete de Castro y un joven que accedió a una entrada a través de un exvicepresidente de la Cántabra, son las personas identificadas por la Federación Cántabra de Fútbol como 'revendedoras' de localidades, a través de páginas como 'Mil Anuncios' y otras específicas de venta de entradas, para la final de Copa del Rey entre Sevilla y Barcelona que se disputó el pasado sábado en Madrid.

«La Cántabra está muy por encima de las relaciones personales y cuando alguien comete un error de este calibre se tiene que actuar y tomar las decisiones necesarias, como se ha hecho». Con estas palabras José Ángel Peláez, presidente de la Federación se refería a las medidas que se han tomado desde la entidad tras conocer los hechos. El directivo de la Cántabra implicado fue destituido este lunes por la mañana, mientras que los otros involucrados tuvieron que devolver a la Federación el dinero obtenido con la venta, unas cantidades que la Cántabra destinará a material deportivo y otras necesidades comunes.

Además, a uno de ellos que fue identificado antes de celebrarse el encuentro también se le requisaron dos localidades más, con las que iba a acudir al partido, de manera que no pudo asistir. La única persona que no ha querido colaborar en la devolución del dinero obtenido con la reventa es el joven que consiguió la entrada a través de un exvicepresidente de la Cántabra. «Le tenemos localizado y vamos a interponer medidas legales contra él», asevera Peláez. En total se lograron vender cinco entradas, dos de ellas de protocolo, y se intentaron, sin éxito, distribuir cuatro más.

Así mismo, el presidente de la Cántabra explicó que «las localidades que vendió el directivo fueron adquiridas por Rosario Ortega, exsecretaria de la Federación Cántabra, a través del que fuera expresidente del Comité de Árbitros, Luis Alberto Iturbe». Estas dos personas, siempre según Peláez, serían quienes habrían orquestado esta maniobra para «utilizar» al ya exdirectivo de la Cántabra. «Han utilizado a este directivo aprovechándose de una amistad que venía del pasado y así poder sentarse en una localidad asignada a la Federación Cántabra de Fútbol y denunciar que se se habían revendido entradas. Le han utilizado, es un complot», asegura Peláez, que también reconoce la gravedad de unos hechos que espera no se vuelvan a repetir en un futuro.

A la Federación Cántabra de Fútbol, como al resto de federaciones territoriales, se le asigna un cupo bajo petición de entradas para asistir a la final de Copa del Rey. En concreto se le otorgaron 300 localidades. Para conseguir las entradas los interesados debían abonar el importe en una cuenta a nombre de la Federación. Después acudir a las dependencias de la Cántabra con el justificante de pago con el fin de identificar a las personas, mediante nombre y DNI, que adquirieron los asientos. Así se conseguía que las entradas fuesen nominativas. Es decir, se tenía identificado a quien se había hecho con los asientos para evitar, precisamente, las reventas.

En años anteriores también se intentó revender localidades para este tipo de eventos, por eso, y como medida preventiva, desde la Cántabra se montó un dispositivo de 'investigación' en varias paginas de anuncios en internet como 'Mil Anuncios' y otras de venta de localidades. Durante este sondeo en busca de posibles revendedores en Cantabria, se localizó a tres personas que habían vendido e intentado vender sin llegar a conseguirlo, varias localidades para la final de Copa del Rey. Las dos entradas revendidas por Jesús Cebrecos salieron a la luz mediante una fotografía que fue publicada en redes sociales.