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Mientras los focos se centran en los futbolistas, el árbitro bastante tiene con que no le miren. Pasar desapercibido ya es un logro. Pero igual que los cazatalentos buscan en la base jugadores con opciones de subir alto, el potencial también se mide dentro del ... estamento de jueces. Y Cantabria ya tiene a los cuatro árbitros de Tercera División elegidos para la última fase del Programa de Talentos y Mentores, que decidirá el ascenso a Segunda B. Como Laredo, Gimnástica, Tropezón y Racing B, ellos también se la juegan. Víctor Castellanos, Alberto Aranda y Jaime Campelo se estrenan en su primera temporada en la categoría entre los mejores, mientras que David Ruiz repite. Del póker de colegiados montañeses quedará uno fuera de la lucha final por subir un escalón, que se celebrará en Madrid... En cuanto la pandemia lo permita.
La iniciativa busca árbitros jóvenes aunque sobradamente preparados. De hecho, sólo pueden aspirar a entrar dentro del programa aquellos colegiados que no superen los 30 años al inicio de la temporada. Algo que los cuatro protagonistas de la presente edición cumplen. Y Castellanos, Aranda, Campelo y Ruiz están con ganas de saltar al terreno de juego. Aunque ahí está la incertidumbre de desconocer el 'Día D'. De momento, entrenamiento concienzudo. Táctico, teórico, físico y mental.
Exámenes físicos: Velocidad: seis carreras de 40 metros (tiempo máximo 5,80 segundos). Resistencia: 2.000 metros (tiempo máximo 7,30 minutos). Agilidad: Prueba de Campo, cuadrado de 50 metros (tiempo máximo 53 segundos).
Exámenes técnicos: Reglas de juego, Actas, Videotest, Reglamento general, Psicología e Inglés.
Para llegar hasta aquí, los cuatro han superado una primera fase en la que se les ha valorado informes de partidos (60% de la nota), exámenes técnicos (25%) y pruebas físicas (15%). De los 32 colegiados cántabros de Tercera, ocho realizaron los exámenes finales de Reglas de Juego, Actas, Estatutos, Vídeos e Inglés. Ahora comenzaría una segunda fase para los cuatro elegidos, con informes en partidos hasta el final de la temporada. De esa información se seleccionaría a tres para acudir a realizar las pruebas definitivas en Madrid. Sin embargo, la pandemia, como a todos, les ha cambiado el paso.
Víctor Castellanos, de 24 años, ha señalado con firmeza hacia arriba. En su primera temporada en Tercera, ya se ha situado como uno de los más prometedores. El camargués va con prisa. Ha ascendido temporada tras temporada hasta llegar al techo del fútbol regional. En apenas cinco años que lleva en el Comité. «Estoy contento, porque el primer año en la categoría todo es nuevo y cuesta un poco más. Los compañeros tienen mucho nivel. A partir de ahora no sabemos la fecha de examen, pero vamos estudiando en casa y nos hacen pruebas online. El aspecto físico lo trabajo con el material que tengo en casa, pero el apartado aeróbico es más complicado», comenta el debutante. La 'desescalada' va dando respiros y las carreras por las calles y parques se convierten en buenos aliados.
Lo mismo le ocurre a Alberto Aranda, de 26 años, quien hace seis se inició en el arbitraje. Compagina el silbato con los apuntes de las oposiciones. Los lunes, miércoles y viernes hacemos preparación física por Instagram con el preparador físico del Comité, Rubén Toca. Además, por mi cuenta intento hacer algo más el resto de la semana, como subir o bajar escaleras. No hay que perder la forma», comenta. Por su parte, Cordero Vega y su asistente, Cerezo Parfenof, le envían por medio de una plataforma temarios realizados por los colegiados: «Luego tenemos que devolvérselos a ellos completados en un plazo no superior a cincuenta minutos». No hay tiempo que perder.
los elegidos
El santanderino Jaime Campelo repite el guión de Arada. Cumplió 24 años en enero y está preparando oposiciones. Es el colegiado que más temporadas lleva arbitrando de los aspirantes: diez. «La experiencia se nota en el control de los partidos y, si te encuentras en el Programa de Talentos, te ayuda a enfocar la temporada de manera diferente. Las tres patas son la formación técnica, la formación física y los informes de campo. Si cojeas en una, caes. Hay que dar la talla en las tres. A la espera de fechas, estudiamos en casa y nos preparan teóricamente». Mientras que físicamente, sigue haciendo deporte con el rodillo de la bici y ejercicios de 'core'. «Además, con una aplicación del Comité, nos ponen vídeos de entrenamientos». Todo para buscar una plaza en Segunda B la próxima temporada.
Desde Renedo de Piélagos llega David Ruiz. Con 26 años, al igual que su compañero Alberto cumple su sexta campaña en el arbitraje, pero es el más 'veterano' de los cuatro en la categoría. Esta es su segunda temporada en Tercera. De hecho, ya dirigió encuentros de ascenso a Segunda B el año pasado, pero no estuvo en las pruebas de Madrid. «El Comité nos trata muy bien. El tema físico lo hacemos en directo por medio de un streaming tres días a la semana y luego, por mi parte, hago 'core'. La teoría la realizamos como si fuéramos un grupo de WhatsApp. Tenemos otra plataforma, Microsoft-teams; en ella nos ponen los exámenes, quedamos a una hora en concreto todos juntos para cronometrarnos los exámenes, pero si tenemos alguna duda, la preguntamos y son los profesores los que nos las resuelven». Tiene confianza en poder llegar a Las Rozas, «pero hasta que sepamos la fecha nos toca estudiar con la aplicación del Comité Cántabro y tratar de llegar físicamente lo mejor posible, porque las pruebas son exigentes», advierte David.
El casting para decidir los nombres de los tres representantes cántabros se lleva a cabo, por el Comité Técnicos de Árbitros, a través de informes previos en partidos oficiales. Documentos que, unidos a una última convocatoria de pruebas, servirá a los responsables técnicos para realizar la última criba. «Todos los aspirantes habrán sido vistos por informadores de fuera de la Comunidad Autónoma. El año anterior, excolegiados internacionales como Mejuto González o Rodríguez Santiago hicieron informes de nuestros candidatos a Segunda B. Lo mismo ocurre con nuestros informadores del Comité Cántabro. Ellos también van a otras autonomías para informar de los árbitros candidatos al ascenso», explica Adolfo Vázquez, el presidente del comité cántabro. Según el mandatario, el Programa persigue primar más la actuación de los trencillas en los partidos oficiales sobre las pruebas físicas y exámenes teóricos.
la pandemia
«Presumo de tener, no sólo grandes colegiados, sino excelentes personas», añade Vázquez, con las referencias del colegiado de Primera División, Cordero Vega, y el de Segunda, López Toca, a los que el propio presidente considera como dos de los mejores dentro del arbitraje nacional. En la actualidad, Cantabria está representada en Segunda División B por seis colegiados.
Las pruebas del Programa de Talentos se vienen realizando desde hace seis temporadas por el Comité Técnico de Árbitros de la Federación Española. Un trabajo que arranca en el mes de septiembre y del que saldrán los 20 colegiados menores de 30 años que ascenderán a la categoría de bronce.
En total, 112 árbitros de todas las Federaciones Territoriales, realizarán en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas los diferentes exámenes físicos y técnicos. Todos los aspirantes tendrán que superar pruebas físicas de velocidad, resistencia y agilidad y pruebas técnicas sobre reglas de juego, redacción de actas, reglamento general, psicología e inglés. Y todo, con el criterio que se sigue en el Programa de Talentos y Mentores, potenciado por Carlos Velasco Carballo, actual presidente del Comité Nacional, y el Director del Programa, Rubinos Pérez.
Pese a todos los pasos dados hacia adelante, siguien siendo minoría y todavía hay a algunos a los que les llama la atención verlas sobre un campo de fútbol. Por desgracia, les queda por andar. En España hay casi de 16.000 árbitros y apenas 600 son mujeres. En Cantabria son doce las que los fines de semana se visten con el equipaje de juez, se cuelgan el silbato y se meten en el bolsillo las tarjetas. De un colectivo de 354 árbitros que todas las jornadas se reparten los más de 400 partidos de todas las categoría, ellas se enfrentan en ocasiones a muestras de incomprensión, comentarios sexistas o comportamientos machistas. Además de las críticas que ya les caen por el hecho de tratar de impartir justicia.
Thelma Galarza y Lucia Fernández llegaron al mundo del arbitraje por su pasión por el fútbol. La más veterana es la argentina Thelma, con 26 años recién cumplidos. Llegó a España hace diez y lleva tres dirigiendo partidos. Actualmente arbitra partidos de Segunda Regional, además de ejercer como asistente en Tercera División. Llegó por casualidad. Acudía a ver los partidos de su marido, Gutiérrez Pérez, colegiado de Regional Preferente, y le llamó la atención. «No me lo pensé mucho, fue algo intuitivo», señala.
Thelma reconoce que los árbitros, como los futbolistas, tienen días y días. «Normalmente comentamos. A mí me gusta comentar el partido. Preguntar qué tal me han visto, qué cambiarian cómo han visto alguna jugada. Sin más, comentarla y ya está».
Galarza tiene predilección por los campos de hierba natural, como «el del Laredo». Y no le gustan tanto «los que son pequeños y la gente mete mucha bulla». Y, aunque en el afán de un árbitro, como en el de cualquiera, está el crecer, la colegiada reconoce que le encanta «dirigir encuentros de niños». Y ha vivido malos momentos, pero no se plantea colgar el silbato. «Evidentemente, no salgo igual de contenta en todos los partidos». En algunos encuentros piensa que «podría haberlo hecho mejor», pero intenta enfocarlo como una enseñanza «para el próximo partido».
Su objetivo en el arbitraje es llegar lo más alto posible. «Voy a dar el 100% cada temporada para tratar de escalar hasta el día en que tenga que dejarlo. A largo plazo mi ilusión es llegar a Primera, para poder codearme con esos grandes árbitros. Quiero aprender día a día».
Thelma también habla del machismo, en general, y no sólo en el fútbol: «Está instaurado en la sociedad. Llegas a un campo y eres la protagonista por ser mujer. Pero luego, dentro, no creo que me insulten por eso. Creo que es por ser árbitro». Admite, además, haber escuchado comentarios sexistas, aunque no ha tenido que expulsar a nadie por ello.
Junto a Thelma, Lucia Fernández comparte vivencias desde hace cuatro años. Su historia no es diferente. Ella tampoco jugó al fútbol, pero una amiga la animó tras hablar con el presidente del Comité de Árbitros «y decidí probar». Su meta cercana es llegar a ser asistente en Tercera División y siempre ha recibido el apoyo de su familia, «pero no me gusta demasiado que vengan a verme. No quiero que escuchen las cosas que me dicen. Que no vean que parece que sufres».
Lucia reconoce que en el Comité Cántabro tienen la suerte de tener muy buenos profesores. «Sin duda, el que más me ha ayudado y entendido es Álvarez Borbolla, por su paciencia. Con él aprendí muchísimo. Me convirtió en una árbitra. Me enseñó cómo debía dirigir los partidos».
La colegiada de Escobedo, de 21 años, arbitra fútbol base y ejerce de asistente, «aunque me gustaría subir de categoría». Además, le favorece que esa pasión que siente por este deporte la comparte con su familia: «Cuando me vienen a ver les pregunto qué tal lo he hecho».
«Los dos primeros años son los peores, luego te acostumbras a los insultos, porque estas concentrada en tu trabajo, que es dentro del terreno de juego», comenta Lucía. Rememora algunas de las 'perlas' que ha tenido que escuchar: «Tendrías que estar fregando los platos». Otra vez, cuando dirigía un partido de infantiles, cuenta como desde la grada escuchó a una mujer gritar «¡vete a la cocina, que éste no es tu sitio!». «Que una mujer te diga esas cosas duele el doble», lamenta.
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