El Charles se despide con un empate

El encuentro comenzó movido y con un interesante intercambio de golpes. Y en uno de ellos un lanzamiento de Siafa desde el borde del área lo desvió el portero, pero Manu Ortiz, el más rápido, alcanzó el rechace para, con su derecha, batir a Yoel en el minuto diez.

El momento más emocionante del partido llegó en el minuto 16, cuando el luminoso con el número 7, con Álvaro aguardando en banda, dio por finalizada la fructífera e inolvidable trayectoria de Manu Ortiz como jugador del Laredo. La larga y cálida ovación por parte de su afición, los abrazos de compañeros y rivales, e incluso del colegiado, se unieron a las imágenes de doce intensas temporadas defendiendo los colores del cuadro pejino hasta que el vaso de la emoción rebosó y las lágrimas repletas de pena y orgullo, de tristeza por el adiós y alegría por lo realizado, llenaron su rostro y se reflejaron en cientos de ojos anónimos. Unos más y otros menos, pero todos fueron por un momento conscientes de que 472 partidos y 94 goles, decir se dicen pronto, pero además de estar al alcance de muy pocos, se olvidan difícilmente.

Tras la marcha del capitán el Charles siguió igual, sin prisa, pero sin pausa, apoyado en un centro del campo que controlaba bien las embestidas de los navarros, que a falta de diez minutos para la conclusión de la primera mitad pudieron empatar, pero el remate de Joel Rodríguez se marchó fuera.

A la vuelta de los vestuarios Álvaro dispuso de una nueva ocasión a pase de Felipe, pero su chut con la izquierda se marchó fuera por poco. En el bando opuesto, los navarros salieron con más pólvora que en la primera mitad y las dos siguientes oportunidades fueron suyas. Córdoba y Aimar remataron alto y en el 82, un derribo de Diego Marta dentro del área pejina se consideró penalti y José no desaprovechó la ocasión para poner las tablas en el marcador.

Tampoco pasó mucho más en un partido en el que el Charles dijo adiós a una temporada para enmarcar. Otro guiño a la historia rojilla. La historia continúa.