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joseba vázquez
Sábado, 5 de agosto 2017, 08:26
La gallina de los huevos de oro nació en Brasil, tiene 25 años y juega al fútbol. Se llama Neymar da Silva Santos Júnior y acaba de ser protagonista de un récord tan astronómico que roza lo grotesco. 222 millones de euros por un jugador ... espléndido. Tres patitos por una exclusiva ave de corral convertida en mina. Un tesoro. Las cifras de su traspaso al PSG confirman que en el deporte profesional el ‘amor’ a los colores se hace tanto de rogar que solo se consuma ante el peso de la bolsa, constatan también la avaricia insaciable del padre del futbolista y desvelan, finalmente, el pésimo futuro de Gerard Piqué como pitoniso.
222. Un capicúa para la historia. Ahora que Neymar ha hecho ‘un Figo’, emerge el viejo debate que discute los límites de la ética en el deporte. ¿Obscenidad o una de las miserias insoslayables del negocio? Hay dos cosas ciertas. La primera, que el genial jugador brasileño se ha convertido en una máquina de hacer dinero: en este momento para el Barcelona, que enjuga las penas de la pérdida con una espectacular inyección económica; pero, sobre todo, para sí mismo y su padre. Neymar se embolsará 30 millones de euros netos por cada una de las cinco temporadas que ha firmado con el club parisino y el papá y representante de la criatura, otros 40 en concepto de comisión. El progenitor ya cobró esa misma cantidad hace cuatro años por el traspaso de su niño del Santos al Barça. Desde aquel momento, y sumados los conceptos conocidos, Neymar ha generado 397,3 millones en solo dos cambios de equipo.
La segunda realidad es que la operación ha hecho añicos todos los límites conocidos en el balompié. A la espera de lo que pueda suceder con Kylian Mbappé, por el que se dice que el Real Madrid está dispuesto a pagar 180 millones, los abonados por el multimillonario catarí Nasser Al-Khelaïfi, propietario y presidente del París Saint-Germain, superan en más del doble los 105 que pagó hace un año el United por Pogba, los 101 del Real Madrid por Bale (su club mantiene que fueron 91), los 95,3 que, según la Fiscalía, le costó el propio Neymar al Barcelona y los 94 con que Florentino Pérez se trajo a Cristiano Ronaldo en 2009.
1 Neymar (PSG) 222
2 Paul Pogba (M. United) 105
3 Gareth Bale (R. Madrid) 101
4 Neymar (Barcelona) 95,3
5 C. Ronaldo (R. Madrid) 94
6 G. Higuaín (Juventus) 90
7 R. Lukaku (M. United) 85
8 Luis Suárez (Barcelona) 81
9 A. Morata (Chelsea) 80
10 James R. (R. Madrid) 76
Él ya tiene su propio yate de lujo, faltaría más, pero con los mismos 222 ‘kilos’ el potentado Al-Khelaïfi podría comprarse el ‘Shaddi’, una embarcación diseñada por Gabriele Teruzzi, de 150 metros de eslora y una cubierta principal que se eleva a 38 metros del suelo. Esa estructura áerea termina en una plataforma que alberga la suite principal de 150 metros cuadrados y una terraza de 350. Por idéntico precio tendría a su disposición la mansión más cara de Estados Unidos. Se encuentra en Los Angeles y consta, entre otras comodidades, de 12 habitaciones, 21 baños, tres cocinas, cinco bares, seis salones, gimnasio, spa, una sala de cine y una piscina de 25 metros. El multimillonario, extenista y considerado una de las cien personas más ricas del mundo, podría vivir también durante trece años en la mejor instalación del Royal Penthouse Suite President Wilson, de Ginebra, uno de los hoteles más caros del mundo, a razón de 46.000 euros la noche.
El adinerado catarí podría cambiar a Neymar por 36 monoplazas de Fórmula 1 y, permaneciendo en el ámbito del deporte, le habría dado para cubrir el presupuesto conjunto de los cuatro equipos económicamente más modestos de la pasada campaña en la Primera española: Leganés, Eibar, Alavés y Osasuna. Y aún le restarían otros 26 millones para cualquier capricho. De hecho, en esta liga solo Barcelona, Real Madrid y Atlético de Madrid cuentan con partidas de gastos e ingresos superiores a los célebres 222 millones.
Por si alguien lo entiende mejor, podríamos traducir esa cantidad a pesetas: casi 37.000 millones. En términos laborales, tomando el salario medio actual en España (1.636 euros al mes;es decir, 22.904 al año considerando catorce pagas), el precio de Neymar equivaldría al sueldo anual de 9.693 personas. Con la base del Salario Mínimo Interprofesional (9.906,40€ en 2017), tendríamos la nómina de 22.410 productores. ¿Que no parece una cantidad tan tremendamente escandalosa? Probemos dando la vuelta al planteamiento:para amasar 222 millones un operario promedio tendría que trabajar durante ¡¡9.693 años!! Y si sus ingresos se limitaran al SMI, debería hacerlo 22.410.
Si a Nasser Al-Khelaïfi le diera por las obras benéficas, con el dinero que acaba de desembolsar podría repartir nueve euros a cada uno de los 25 millones de habitantes de Ghana, o 19,2 a los 11,5 millones de personas que viven en Burundi. También resolvería casi la séptima parte (el 13,5%) de la deuda pública (1.645 millones) de ese país, uno de los más pobres del planeta. Y puesto a liquidar, estaría en disposición de acabar con los números rojos de Reus (221,4 millones) y la mitad de los de Jaén, el Ayuntamiento más endeudado de España con 403 millones.
En el deporte nacional, el 222 fue durante décadas el número icónico de partidos internacionales que el base Nino Buscató jugó con la selección española. Un listón que parecía imbatible hasta que Juan Antonio San Epifanio (239 encuentros) lo superó en 1995. El capicúa de los tres patitos se asociará a partir de ahora con un nuevo episodio deportivo... ¿O hablamos de otra cosa?
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