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El Escobedo acaba de protagonizar su gesta. Los camargueses han apeado al Málaga de la Copa en un gran partido de los de Pablo Casar, que con un claro 2-0 se han deshecho de un equipo de Segunda en el Eusebio Arce. Unos 1. ... 500 han seguido en directo la hazaña de los blanquinegros, que pasan así a la siguiente ronda copera gracias al nuevo formato del torneo del KO. Ese que dicta que se juegue a partido único en el campo del equipo de menor categoría.
Escobedo
Rafa; Bubu, José Carlos, Mario, Montiel; Carlos, Quinta, Pepín (Rojas, min.88), Dani, Dalisson (Somavilla., min.90); Vitali (Tirado, min.74).
2
-
0
Málaga
Gonzalo; Ismael, Diego (Villanueva, min.45), Luis Muñoz, Juankar; Rolon (Sadiku, min.62), Boulhroude, Benkhemassa, Renato (Cifuentes, min. 81); Juanpi, Julio
Árbitros. González Esteban (Comité Vasco). Mostró amarillas a Montiel, Dani y Bubu por parte del Escobedo y aJuankar por parte del Málaga
Goles. 1-0, min. 51: Quinta; 2-, min. 83: Dalisson
Incidencias. Lleno en el Eusebio Arce, con más de 1.500 espectadores.
No especuló Pablo Casar con un once en el que primó el músculo y un centro del campo poblado de solidez. Tirado y Soma se quedaban en el banco con respecto al partido del sábado ante el Bezana en una clara declaración de intenciones: el partido se iba a decidir por los aires.
Bien arropados atrás a la espera de poder cazar una contra, aunque fue el Málaga el que comenzó dominando el balón la primera ocasión del choque fue local después de un robó de Pepín que Dalisson estuvo a punto de traducir en gol. El paso de los minutos sirvió para inclinar el campo hacia la portería de Gonzalo, uno de los cuatro jugadores del filial que presentaron los andaluces de inicio. Y es que Víctor se la jugó desde el inicio, puesto que de mediar una expulsión de un jugador del primer equipo hubiera cometido alineación indebida.
Sin apenas sufrir en defensa, el Escobedo se fue creyendo que la hazaña era posible. No por ocasiones, no por fútbol, pero sí por corazón e ideas claras. Sabedores de las virtudes y los defectos de su campo, los de Pablo Casar vieron como avanzaban los minutos, el partido seguía dirimiéndose en campo de un rival que no encontraba huecos. Porque, en realidad, no los había, como las ocasiones.
Algún intento tímido de Dalisson, los saques de esquina de Montiel y la pelea de Pepín mantenían a los malaguistas en su terreno de juego, aunque no servían para crear peligro. El único acercamiento con peligro del Málaga no llegó hasta el minuto 34, cuando Renato recibió un saque de banda de Juankar, se giró y disparó por encima del larguero de la meta de Rafa. Poco para un equipo de la categoría malaguista. Sin novedad sobre el césped y con más frío que juego el árbitro envió a los jugadores a los vestuarios, a reflexionar.
@El_Hartible contigo empezó todo!!! @UMEscobedo pic.twitter.com/herA9dia3j
Jose Luis Lavín (@Lavinovic) December 17, 2019
La idea en la segunda mitad no varió, al menos por parte del equipo local. Mario en largo para Vitali, el atacante a pelear y la segunda línea a recoger las segundas jugadas. Sencillo pero efectivo. Victor hizo un cambio y dio entrada a Villanueva por Diego en el centro de la zaga.
El empuje del Escobedo, más enchufado en el comienzo de la segunda mitad, dio sus frutos a los seis minutos. Después de una jugada ensayada de saque de esquina que no dio sus frutos el cuero llegó a Dalisson, que la puso con la diestra. Sacó la zaga visitante el primer remate local pero Quinta recogió el rechace y con la zurda la puso en la escuadra de la meta de Gonzalo. El buen trabajo de los camargueses empezaba a tomar tintes épicos.
El tanto dio alas al Escobedo, que espoleado por los suyos quiso sentenciar la contienda con un lanzamiento de falta de Montiel que tuvo que sacar Gonzalo de la escuadra. El Málaga dio entrada a Sadiku, su máximo goleador con seis tantos, en un intento ya desesperado de Víctor Sánchez por revertir la situación.
Quedaba mucho por delante, pero el partido estaba de cara para un Escobedo que llevaba 65 minutos inmaculados. Cada parón, cada segundo, era aprovechado por los jugadores para respirar. Un esfuerzo titánico sabedores de que el premio estaba cerca.
Lo que hasta ese momento había sido un dominio parcial del esférico por parte del Málaga derivó con el paso de los minutos en infructuosos intentos por parte de los costasoleños de crear peligro. Ni por esas. Cada balón largo, cada despeje, era una muestra de que cualquier error defensivo visitante podía ser aprovechado por Dalisson o por Héctor Tirado, que había sustituido a un Vitali roto de cansancio.
No podía el Málaga y sí el Escobedo, que puso el remate al partido en el minuto 83. Un balón largo, uno de tantos, un despeje cualquiera que acabó en el fondo de las mallas gracias a la fe de un Dalisson que fue una pesadilla para la zaga andaluza durante toda la noche. El jugador cedido por el Valladolid persiguió un balón imposible que, después de un grave fallo de Muñoz, que se tragó el bote del esférico, metió a cabeza para batir a Gonzalo.
El sueño ya era posible, palpable. Después bastó, que no es poco, con controlar las embestidas andaluzas para asegurar el pase. Todo un hito para el Escobedo. De momento, y a la espera de lo que ocurra con el Laredo, el único equipo cántabro en segunda ronda de la Copa.
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