El éxito de un bloque sin fisuras

A Diego se le amontonan las palabras al hablar de sus jugadores. Un total de 22 más cuatro chavales que vienen del 'B' - juega en Primera Regional-. «Lo mejor que tengo es que los dos que se juegan el puesto son muy complementarios. En todas las líneas. Jugar en el once inicial está carísimo porque bajan todos a entrenar. Y el que no se lo merece, no juega». Como en infinidad de equipos modestos, los entrenamientos son tarde -a las 20.30 horas los martes, miércoles y viernes, casi siempre compartiendo campo con otro de los conjuntos del club- para intentar que los horarios de todos cuadren. El que no estudia, trabaja. De todo hay en el Solares. «Uno que trabaja en una quesería, otro en la Bimbo, un electricista, un informático, un estudiante de Historia...». Hasta Diego Valdés, uno de los mediocentros del equipo. «Diseña máquinas de resonancia magnética», dice con orgullo el entrenador del equipo. A sus 29 años, Valdés es el más 'viejo' del Solares. A veces, tiene que viajar a otro país y falta a algún partido. El míster que tiene tan afinado al Solares es profesor de música en el Matilde de la Torre de Muriedas. «Y en verano toco con un grupo por ahí. Me puedo adaptar bien al trabajo y al club».

La clasificación para enfrentarse en la Copa del Rey a todo un Primera División no ha hecho sino reforzar a un bloque que presume de serlo. «Creo que hemos hecho un vestuario brutal. El equipo es un bloque en estado puro», añade el entrenador. «Hemos buscado un perfil concreto. Jugadores jóvenes, dinámicos, que sean buenos compañeros... Y con nivel», señala entre risas Diego Santos. Además, casi todo son «gente de casa», afirma María José 'Tati' Ruiz, la vicepresidenta del Solares. Porque la vinculación de los jugadores con el club suele ser casi de por vida. De ello da buen ejemplo uno de los capitanes, Álvaro, que a sus 28 años «lleva desde niño en el club», añade orgullosa de ello 'Tati'. Jorge Iglesias, 'Pepo'; Javier Bada y Ángel Oslé, 'Gelo', comparten esa labor de capitanía. «Tenemos cuatro capitanes, como los equipos grandes», comenta entre más risas 'Tati'.

El momento de éxito que vive el Solares viene respaldado por un trabajo bien hecho. La actual directiva cogió el club «hace unos años», apunta Ruiz, y su gestión económica ha hecho que ahora «estemos sin deudas, tranquilos». Ni siquiera cuando el Solares ha estado en Tercera en las últimas campañas hubo esos deseos tan peligrosos para un club modesto de soñar a lo grande y empezar a hipotecarse. «No se nos subió a la cabeza», explica rotunda 'Tati'. «Aquí cobra todo el mundo y por igual». Por cobrar en un club de Preferente se entiende que todos los jugadores reciben una ayuda para gastos de gasolina o para comprar unas botas.

Pero la economía da para tener 20 equipos de base, más el absoluto y el de Primera Regional, y aglutinar en torno al club a unas 400 personas que ya sueñan en alto. «La estadística dice que equipos como nosotros, que llegan a la Copa desde esa fase autonómica, siempre han caído. Pero...», apunta con optimismo Diego Santos. El gran logro de todo este asunto es que la cara de la familia del Solares ha cambiado tras unos tiempos demasiado duros. «La muerte de Mario Canales, un jugador juvenil; la de Nando, una persona muy vinculada al club...», concluye Diego Santos. La Copa ha traído otro estado de ánimo.