El Expreso de Argomilla regresa a El Sardinero

«Va a ser especial para mí. Y muy extraño, porque siempre te has visto como jugador -explica-. Es un día histórico y ya que hemos tenido la mala suerte de no poder jugar en casa, al menos tenemos la fortuna de hacerlo en El Sardinero, algo que para los chavales y, sobre todo, para mí, es especial. Para el club será un día histórico, sobre todo con una eliminatoria ante el Athletic».

El exilio obligado, ese que pervierte la propia filosofía de la Copa, ha causado malestar en el club, y su entrenador no es una excepción. «No lo entiendo. No ayudan nada al fútbol base ni, sobre todo, al fútbol modesto. Deberían dar más facilidades al equipo pequeño y facilitar que pueda disfrutar de estos momentos, que son pocos, pero que cuando se ha dado la circunstancia no nos han dado ninguna facilidad para jugar en Sarón. Hay varias eliminatorias a mediodía y nosotros somos casi la única a las nueve de la noche. Y además, en día de labor. Nos han perjudicado», se lamenta. «Aquí trabajamos, y después de la jornada tendremos que ir a jugar. No han pensado en el equipo modesto; solo en el beneficio propio y el de las televisiones».

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El malestar no resta ni un ápice de ilusión a un Cayón que, sin construir castillos de naipes, juega a imaginarse clasificado. «En un partido como este no hace falta motivar a los jugadores; los propios futbolistas, viendo la situación y el ambiente que se crea ya la tienen. Es un día para disfrutar, pasarlo lo mejor posible e intentar competir y estar a buen nivel. Y después, ojalá el fútbol nos dé una de tantas sorpresas como ofrece y podamos pasar la eliminatoria», reflexiona. Porque «nunca se sabe. El Zaragoza ha caído con un Tercera RFEF y al final son once jugadores en el campo contra otros once. Está claro que son los gradísimos favoritos y encima jugamos en un campo mucho más grande de lo que estamos acostumbrados, pero ellos deberán llevar el peso del partido y nosotros intentaremos buscar la sorpresa; competir y estar a un gran nivel».

Luis Fernández está acostumbrado a estadios llenos; a aforos de decenas de miles de personas. Sus futbolistas, no. Esta será una de sus tareas. «Saben que va a haber un ambiente muy bonito, y yo lo que tengo que hacer es quitar hierro; buscar la manera de que lo disfruten. Ellos son los protagonistas y los que deben disfrutar ese día y jugar. Es un partido televisado, les va a ver mucha gente y hay que quitarles la máxima presión de encima».

En pleno puente de diciembre, unos Campos de Sport con mucho aficionado visitante, aunque cántabros también habrá, recordará a su viejo lateral de los tiempos gloriosos con Vicente Miera y Miguel Ángel Portugal. Sólo tendrán que mirar al banquillo. Al del Cayón, para más señas.