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Héroes de andar por casa
Fútbol | Copa del Rey

Héroes de andar por casa

Los amigos se van de copas. Los jugadores de la plantilla del Solares compaginan estos días sus estudios y trabajos con el vértigo que imprime la eliminatoria ante el Espanyol y los preparativos a contrarreloj que se viven en la localidad

Marcos Menocal

Santander

Martes, 30 de noviembre 2021, 07:15

Pero si es que no fallan un pase». La plantilla del Solares repasa con atención unas imágenes del Espanyol de Barcelona. «A ver cómo se la quitamos», exclama entre risas Diego Santos (1989, Santander), el entrenador. La sesión de vídeo de esta semana es distinta. «Hemos pasado de ver a familiares y amigos entre los rivales a analizar internacionales», advierte el míster con admiración. Toma esa. Los establecimientos de la localidad están decorados con banderines y los colores del club. La gente se ha volcado. Salen voluntarios de donde nadie imagina. «Todo el mundo quiere echar una mano», replica orgullosa la vicepresidenta, María José 'Tati' Ruiz (Hermosa, 1973), que desde que asistió al sorteo de la Copa del Rey en la sede de la Federación Española de Fútbol sigue en la misma nube que los chavales y los vecinos. En esa especie de regalo que el destino les ha brindado en forma de partido de fútbol. «Es una pasada. Pasas por el parque y se acercan los chavales y nos dicen: 'Hay que ganar al Espanyol'. Y la gente te da ánimo allí donde vas», señala Jonathan Rodríguez (Santander, 1998), a quien estos días le está costando mucho trabajo centrarse en la oposición para maestro que prepara con esmero.

Catorce de los 26 jugadores del Solares son estudiantes. El resto, trabaja. Algunos hacen las dos cosas y al final del día se ven en La Estación dándole a la pelota. «Allí nos juntamos y hacemos lo que nos gusta. Pero esto es una pasada», añade Víctor Merino (Santander, 1998), que en vísperas del «partido de la vida» confiesa que pensaba que iba a «estar más nervioso, pero se lleva bien». A todo se acostumbra uno.

Solares lleva una semana a la carrera. Los operarios para conseguir que La Estación luzca sus mejores galas, con la imposicion de las gradas supletorias, la colocación de las torretas de luz necesarias, las plataformas para las cámaras de televisión, los banquillos... «El Ayuntamiento de Medio Cudeyo se ha volcado, y los de Torrelavega, Astillero y Cayón se han portado muy bien y nos han echado una mano», recuerda Tati. Las torretas que hoy alumbrarán el Fernando Astobiza viajarán a todo correr para Solares. Compartir es amar. Se calcula que habrá alrededor de 1.600 espectadores en las gradas de quita y pon que este lunes llegaban a tropel al estadio bajo granizadas de las de encogerse. Las entradas para el partido son un bien preciado, objeto del deseo. «Vas a la universidad, al trabajo y todo el mundo te habla de lo mismo. Es el partido de nuestras vidas», repite una y otra vez Víctor Merino, a quien esta semana en la Facultad de Magisterio no le importa que le hablen un poco más de fútbol. Estos días le roba el protagonismo al profesor. Lo mismo que su compañero de libros en la escuela de maestros, javier Bada (Santander, 1997), a quien le «salen los amigos de todos los lados», sugiriéndole que se invente una entrada para el partido. No hay para todos, pero no hay quien se quiera quedar fuera y perderse el acontecimiento del siglo.

Álex Perrazo (Quito, Ecuadro, 1997) trabaja en la fábrica Zar, en Solares -carretera a Orejo- y estos días está siendo una contrarreloj. «Me pregunta en el trabajo todo el mundo. Estos días estoy tratando de entrenar por la mañana, antes de venir a trabajar, porque hay veces que no puedo entrenar con el equipo. Sales cansado, pero es lo que hay», admite este ecuatoriano, a quien le han triturado a mensajes desde su país. «Claro, los amigos, la familia... Me dicen, pero, ¿dónde lo puedo ver?». Perrazo va servido, porque además de trabajar y jugar al fútbol, le queda el trabajo de fin de curso de Derecho y estudia primero de Criminología. No se aburre.

Con el mismo turno y el mismo uniforme, Javier Madrazo (Santander, 1997), compañero de máquinas en la fábrica Zar y de vestuario en el Solares disfruta de la experiencia y asegura que lo que están viviendo «es una pasada, algo que nadie hubiera imaginado poder hacer un día con el equipo del pueblo». Ambos hay días que entran a la fábrica y cuando suena la sirena agarran la mochila y cruzan la carretera, apenas a cien metros, para acudir a La Estación.

Esta semana, a Jorge Iglesias (Santander, 1993) no le han dado más propinas -con esto de la tarjeta de crédito se han perdido las costumbres-, pero sí más ánimos. «Sí, claro. Todo el mundo te desea suerte, te dice algo y da gusto. El premio ya lo hemos ganado», explica este empleado de la gasolinera de La Cavada, que cada día encaja como puede sus turnos en el surtidor con los entrenamientos en el Solares.

La ilusión se puede palpar. En Solares basta con darse un paseo para comprobar que el pueblo del «mejor agua del mundo», como gritaba un vecino el día del sorteo copero al ver llegar a tanto periodista al campo solariego, tiene también «un equipo de fútbol dispuesto a todo», como exclama con vehemencia Santos, el técnico que insiste en lo que se viene: «No la he visto más gorda en la vida». Cogió hace siete años al alevín E del club y ahora se ve en la televisión entre los grandes.

Entre máquinas, libros y balones
Álex Perrazo | Zar fábrica electrónica

Entre máquinas, libros y balones

Álex Perrazo no para. Trabaja a turnos en la Fábrica Electrónica ZAR Cudeyo y además está ultimando sus estudios de Derecho y cursa primero de Criminlogía. Nacio en Quito, la capital del Ecuador, y sus días son frenéticos. Esta semana está haciendo horas extras, ya que entrena por las mañanas en solitario para llegar a la cita de mañana con el ritmo de sus compañeros. Admite sentirse cansado, pero seguro que mañana saca fuerzas de cualquier sitio.

De estación a estación
Jorge Iglesias | Empleado de gasolinera

De estación a estación

A Jorge Iglesias esta semana le conocen más que nunca. Los clientes que se pasan por la Estación de Servicio La Cavada le desean suerte. «La sensación es única». Iglesias sale cada día corriendo con la mochila de la Estación de Servicio para ir a La Estación, el campo. «Sólo pido que haga bueno y que la gente disfrute y sea una fiesta». Tiene el depósito lleno para el partido. A por todas.

A turnos
Javier Madrazo | Zar fábrica electrónica

A turnos

«Sin nervios, es como si fuera un partido más aunque no lo sea». Javi Madrazo encaja todos los días los turnos en la fábrica con los entrenamientos. Si está de mañana, sale a las 15.30 horas, y si está de tarde, a las 20.30 horas, y derechito a La Estación a entrenar.Estos días no puede creerse lo que ve, pero está «encantado de vivir la experiencia». En el trabajo le han salido muchos amigos que quieren «una entrada para no perderse el partido».

Este lunes el equipo se fue a Villaescusa a entrenar para permitir que los operarios pudieran peinar el campo y acondicionar el caucho en la hierba artificial. Todo son ayudas. Como las del Hotel Villa Pasiega, que les dará de comer este miércoles a todos y servirá de cuartel general, o la empresa de autobuses Lupefer, que se ha ofrecido a llevar a la plantilla después de la sobremesa a La Estación como los grandes. «No sé cómo les vamos a compensar a todos. A ver si todo sale bien».

Y en esas están. El tiempo se parará para todos estos jugadores, que este miércoles (19.00 horas) le mirarán a la cara a los Diego López, Raúl de Tomás «y una pila de jugadorazos que ya conocemos de verles en la tele», admite Javier Bada, a quien ahora mismo no le afectan los nervios, «pero mañana, cuando veamos el campo, a la gente y a todo el mundo, ya veremos».

Son 22 futbolistas y salvo Lian, que está lesionado, el resto estará en la lista que aparezca en la pizarra del modesto vestuario solariego. El reglamento sólo permite 16 en la convocatoria, una pena, porque mañana, si pudieran, se vestirían de corto los 1.600.

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