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Las medidas sanitarias de seguridad en los campos de fútbol a causa del covid obligan a los equipos a mantener unas normas y preparativos que garanticen la protección de la salud, como indican las directrices de las autoridades sanitarias. El sábado el campo de ... San Lorenzo, en Laredo, acogió el encuentro entre el Charles y el Barakaldo y parecía que el público estaba demasiado próximo entre sí en las gradas. «Se han habilitado dos entradas para que no hubiera colas, una para socios y otra para público en general, haciéndoles guardar una distancia entre las personas para poder entrar. Además, se ha tomado la temperatura a todo el mundo y se les ha dado gel hidroalcohólico a la entrada», explica José Miguel San Román, presidente del Laredo.
«Estamos todos muy sensibilizados con el tema del covid. Los clubes hacemos lo indecible para preparar un protocolo y también el campo para poder acoger a la gente y que esté guardando todo el mundo la máxima seguridad posible», asegura el mandatario rojillo. «Se han cumplido todas las medidas de seguridad. Así lo corrobora y lo firma el teniente de la Guardia Civil que estaba aquí. En el campo estaban ocho guardias civiles, tres de protección civil y cuatro policías locales. Además de diez personas del club trabajando para que la gente estuviera en sus sitios y se respetasen todas las normas», cuenta San Román.
A la hora de desalojar el campo también se tomaron medidas para evitar que se formasen tapones. «Antes de acabar el partido hemos abierto cinco puertas para que la gente no se acumulara en una sola salida y no hubiera aglomeraciones. Hemos hecho todo lo que está en nuestra mano», explica.
El otro partido de Segunda División B, el que se disputó entre Bilbao Athletic y Racing congregó a 211 aficionados en Lezama. El club bilbaíno dispuso que las entradas fuesen nominales para sus socios y por motivos sanitarios y para no salirse del protocolo establecido, el aforo del campo se redujo a 316 espectadores, de los que solo acudieron 211, y con la imposición de que nadie se sentase junto a otra persona, ni siquiera convivientes. Antes de entrar, se sometió a los asistentes a una toma de temperatura, ya que no se podía acceder al campo si alcanzaban o superaban los 37'5 grados.
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