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El derbi de Liverpool acaba en tangana y en lluvia de objetos
Premier League

El derbi de Liverpool acaba en tangana y en lluvia de objetos

El Everton empató con un polémico gol en el minuto 97, el estadio se vino abajo y el partido estaba tan caliente que los futbolistas de ambos equipos acabaron enfrentándose

Alain Mateos

Jueves, 13 de febrero 2025, 10:33

Pocas tanganas se recuerdan en los últimos años en el fútbol inglés. Inglaterra es un país que presume de cultura futbolística en Europa, especialmente desde que ganaron la partida a los ultras a finales del siglo pasado, pero el miércoles los amantes del fútbol de todo el mundo tenían los ojos puestos en Liverpool, en el estadio de Goodison Park, donde se iba a celebrar el último derbi de la historia, y se llevaron una desagradable sorpresa. El Everton empató el duelo con un polémico gol en el minuto 97 y el encuentro acabó con los dos equipos enfrentándose. Hasta llovieron objetos desde las gradas.

El Liverpool llegaba al campo del eterno rival, que se encuentra a escasos metros del suyo, con el objetivo de ampliar y consolidar su liderato en la Premier. El Everton, en cambio, buscaba despedir su centenaria historia con Goodison Park con una victoria ante el equipo grande de la ciudad antes de hacer las maletas y mudarse a orillas del río Mersey.

Desde que el Everton cambió de entrenador, el equipo es otra cosa. Han alejado los fantasmas del descenso y ya miran hacia la media tabla. La noche parecía propicia para los locales cuando Beto sorprendió a la defensa del Liverpool en una acción a balón parado para marcar. Era el minuto 11 y los 'reds' se encomendaban a su tridente ofensivo para una nueva remontada que no tardaron en iniciar. Mohamed Salah, quién si no, puso un centro preciso para que el argentino Alexis Mac Allister anotase de cabeza.

Dos goles en quince minutos empezaron a tensar los ánimos y el derbi empezó a calentarse. Ayudó a ello el deficiente arbitraje de Michael Oliver, un veterano con el silbato que el miércoles perdió desde temprano el control del partido. Sorprendentemente, los equipos se fueron con cinco jugadores amonestados a vestuarios. El listón de Oliver fue tan bajo que cada falta prácticamente se resolvía con tarjeta amarilla. El colegiado tuvo otra actitud en la segunda parte, evitando amonestar con tanta facilidad, pero el partido ya estaba muy caliente.

Se jugaba poco al fúbtol pero la intensidad y la tensión se respiraban en el ambiente. Y más cuando Salah aprovechó un rechace a disparo de Curtis Jones para batir desde dentro del área a Jordan Pickford. Restaban quince minutos cuando el Liverpool se adelantaba en el marcador. En las gradas, los aficionados 'reds' se mofaban de sus vecinos recordándoles con una pancarta que llevan 30 años sin ganar un título. 'Mover una vitrina vacía es más fácil', rezaba el cartel que hacía referencia al cambio de estadio.

Pero las risas van por barrios. Minuto 97 y el Everton marcaba el empate desatando la locura en Goodison Park. Tarkowski enloqueció al público y provocó una pequeña avalancha en el córner en la que tuvo que intervenir la seguridad privada. También algunos espectadores saltaron al césped. Aunque el derbi no se iba a resolver ahí. El VAR acudía al rescate del Liverpool. Primero con un posible fuera de juego que finalmente resultó no ser y después con una posible falta, que en España sí se pita, del delantero sobre el central del Liverpool segundos antes de rematar a gol. Casi cuatro minutos después, el VAR determinó que la consecución del empate fue legal y el tanto subió al marcador. Los jugadores del Liverpool se comieron a Michael Oliver.

Festival de expulsiones

En cuanto el árbitro pitó el final del partido, los jugadores de ambos equipos se encararon entre sí mientras llovía alguna botella desde la grada. Abdoulaye Doucoure celebró el gol de Tarkowski en la cara de los 'reds', lo que provocó una acalorada reacción del canterano del Liverpool Curtis Jones, que fue directamente a por él tras el partido. Oliver expulsó a los dos con una doble amonestación.

El trabajo del colegiado inglés no se iba a acabar ahí. El entrenador del Liverpool, Arne Slot, se dirigió a él en un tono que no debió gustarle y acabó expulsado. Le siguió su segundo en el cargo, Sipke Hulshoff.

«Vimos cómo celebraron el gol, tienen todo el derecho de hacerlo, pero creo que Doucoure al final quiso provocar a nuestros aficionados y Curtis no pensó que fuera lo correcto», dijo Van Dijk a TNT Sports. «Sabes lo que pasa cuando hay una pelea, creo que el árbitro no tenía el partido bajo control y se lo dije. Es un hecho, ambos equipos tuvieron que lidiar con eso. Sacamos un punto y seguimos adelante».

Van Dijk además cargó contra sus vecinos: «Todos sabemos que esta es su final de copa y ellos harán todo lo que esté a su alcance para intentar ganarnos. Este año, los ves anotar al final y obviamente es un gran impulso para ellos, pero es un duro golpe para nosotros».

A partir de la próxima temporada, el Everton se trasladará a su nuevo estadio, con capacidad para 53.000 espectadores y ubicado en Bramley Moore Dock, cerca de donde el río Mersey muere en el Mar de Irlanda. Con el cierre de Goodison Park, considerado el primer gran estadio de fútbol británico, se echará el cierre a una página de este deporte, ya que este recinto es también el origen de la histórica rivalidad entre Everton y Liverpool.

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