Una descarga de buen fútbol

La cántabra se crió entre Solares y el Barrio Pesquero. Y este último es un gran un caladero de buenos futbolistas. Un selecto club del que ella ya forma parte. No hay más que ver qué jugadores comenzaron dando patadas a un balón en sus calles. Pedro Munitis, Iván de la Peña y también Athenea, que a los seis años ya tenía un balón de fútbol pegado a las 'espáis'. Desde entonces no ha parado. Es difícil frenarla en sus carreras por la banda izquierda. Y parece que tampoco tiene intención de parar en su creciente carrera como futbolista. A sus 23 años se ha curtido ya en mil batallas. Juega en el Real Madrid, donde ha hecho sus diabluras por las bandas izquierdas de Europa en la Liga de Campeones y también se ha convertido en una de las futbolistas más destacadas.

Con un gran carácter competitivo, lucha y tiene oficio a pesar de su juventud, pero aún tiene margen para crecer y por ahora prefiere mantener los tacos clavados en la hierba. A pesar de estar en lo más alto apuesta por ir despacio. Y eso requiere las habilidades de un avezado equilibrista. Ser capaz de mantener la humildad y la mesura. No dejarse deslumbrar por las luces de la fama, a pesar de que los aficionados giren la cabeza a tu paso y corran a tu vera para poder fotografiarse contigo.

La jugadora del Levante CF María Méndez la conoce bien. Forjó su amistad con la cántabra durante el año que ambas compartieron vestuario y confidencias en el Deportivo Abanca. Detrás de la extremo del Madrid se encuentra una chica «inquieta, autoexigente, cabra loca, en el buen sentido, y muy cercana a los suyos», decía María en Relevo. Y es cierto. Athenea todavía mantiene el contacto con algunas de las que fueron sus compañeras en el Racing Féminas, donde se formó durante ocho años. Cuando se enfundó por primera vez el uniforme tenía 11 años y el equipo se llamaba Sociedad Deportiva Reocín. Allí creció como jugadora junto a otras grandes del fútbol cántabro como Silvia Martínez 'Pinxis', una pionera abriendo camino con los equipos femeninos de fútbol en Cantabria.

Con los años la Sociedad Deportiva Reocín se convirtió en el Ave Fénix Racing y después en el Racing Féminas. Lo que no cambió nunca fue la pasión por el fútbol de Athenea y su entrega. Empezó a destacar y a forjar un carrerón que le llevó a ser una de las fijas en las convocatorias de las categorías inferiores de la selección española. Y es que a Athenea le brillaba la calidad hasta en la niebla. Incluso formó parte de la selección nacional sub-19 que se proclamó campeona de Europa en 2018 después de vencer a Alemania 1-0 en la final. «Me gustaría llegar a la absoluta y jugar unMundial», decía entonces a El Diario. Anhelos cumplidos.

Abandonó Santander en 2019 camino a Galicia para incorporarse al Deportivo Abanca, donde permaneció hasta 2021. Y mientras estaba en Coruña llego uno de los momentos determinantes en su vida. La delantera se estrenó con La Roja en categoría absoluta ante República Checa en Sevilla. Fue en el año 2020 y tan solo siete minutos. 420 segundos, pero bastaron para cambiarle la vida. Luego llegó el Real Madrid, donde tuvieron buen ojo y no dejaron escapar a la chica.

El equipo blanco se hizo con la jugadora en 2021 y desde entonces la cántabra no ha parado de crecer. Incluso ha llegado a saborear la élite europea. «Uno de los logros de los que más me enorgullezco es haber jugado en la Liga de Campeones con el Real Madrid», explica. El otro, formar parte de la selección. «Es muy difícil explicarlo con palabras, porque hay que vivirlo para poder entender la sensación de escuchar el himno... Es increíble». Con Jorge Vilda está participando en su primera Copa del Mundo, algo que la llena de fuerza y motivación. Y confiesa que hasta Australia y Nueva Zelanda se ha llevado los amuletos que no pueden faltar en su maleta.

Al Mundial se ha llevado la cinta que siempre adorna su cabeza y es ya una de sus señas de identidad; su camiseta, con el número 22; un osito de peluche con la medalla de la Virgen del Carmen –que para eso es del Barrio Pesquero– que se ha convertido en un talismán; sus espinilleras personalizadas con un par de fotos de la Liga, su número favorito y de dorsal, y una fotografía junto a su pareja. La Roja está a tan solo 90 minutos de rozar la gloria en esta Copa del Mundo y Athenea con ella. Aunque lo que ha logrado ya este equipo al plantarse en la final pasará irremediablemente a la historia. Es imborrable. Ahora solo queda rematar la faena este domingo ante Inglaterra y tocar el cielo con las manos.