Las dudas de Pablo Torre

Al reincorporarse esta pretemporada y con un nuevo entrenador como Hansi Flick en el banquillo, el cántabro solo tenía un objetivo: quedarse en el primer equipo, aunque consciente de que no le conviene pasar otra temporada sin protagonismo. De hecho, sus pocas oportunidades en el Girona (26 partidos, pero solo cuatro como titular) le dejaron fuera de la lista española para los Juegos Olímpicos.

Las naturales dudas de este verano parecieron resolverse cuando el club le comunicó que contaba con él y le inscribió con el primer equipo, nada menos que con el dorsal 14. El esquema de Flick, con una posición de mediapunta intrascendente para Xavi Hernández, le beneficia y había acumulado muchos minutos durante la pretemporada. La anunciada salida de Gündogan, materializada la semana pasada, también jugaba a su favor, con lo que el cántabro abría el curso, pese a la feroz competencia, en relativamente buena situación.

Sin embargo, poco antes de comenzar la Liga el Barça anunció el fichaje de Dani Olmo. No dio tiempo a inscribirle para la primera jornada, para la que tampoco se convocó a Gündogan aduciendo molestias ni a Fermín, aún de vacaciones tras los Juegos. Pero aun así Flick optó por colocar a Raphinha como mediapunta. No solo dejó al cántabro en el banquillo, sino que no le dio ni un minuto.

El sábado, en la segunda jornada frente al Athletic, volvió a ocurrir los mismo. Pablo Torre estaba entre los 22 convocados, pero como la semana anterior se quedó sin jugar un solo minuto en la victoria frente a los bilbaínos a pesar de que Flick ni siquiera apuró los cinco cambios. Hizo cuatro sin dar la alternativa a Pablo Torre en la segunda jornada consecutiva en la que se queda sin minutos y ve trastocadas sus expectativas.

Al arrancar la temporada, la decisión de continuar en Barcelona es firme y el club le había transmitido su confianza, pero un arranque inédito ha generado dudas, máxime ante las circunstancias en que los culés han abierto la Liga.El futbolista y su entorno están convencidos de que lo mejor es competir por un lugar en la primera plantilla, pero con un matiz: no puede pasar la temporada casi en blanco, lo que ha sembrado alguna duda.

A menos de una semana para el cierre del mercado de fichajes el exracinguista se enfrenta a una complicada decisión después de dos temporadas en las que ha visto frenada su progresión. Con dos temporadas más de contrato, ofertas para salir de nuevo cedido le sobran.