Secciones
Servicios
Destacamos
Dagoberto Escorcia
Lunes, 10 de junio 2024, 10:31
Amaga con salir por la izquierda y lo hace por la derecha. De la misma manera invierte el regate. No necesita una lucha física con el rival para desequilibrarlo, para romperle la cadera y dejarlo atrás. Busca el caño y ese desborde que parece sencillo, ... pero no lo es. Ataca y defiende. Brinda asistencias de gol y también los marca. Con la zurda o con la derecha. Y engaña como lo hizo Garrincha o Messi o Neymar, sus dos ídolos en los que más se ha fijado. Tras ver a esos dos fenómenos, uno pensaba que el dribling, el esconder la pelotita y tenerla atada a sus botas pertenecía a otra época, que ya no habría jugadores que arriesgaran sus tobillos o rodillas, pero surgió él, con sólo 16 años, dispuesto a colarse en un mundo falto de estrellas que ofrezcan imágenes que otros niños intenten imitar.
Surgió él, Lamine Yamal, de padre marroquí y madre ecuatoguineana, nacido el 13 de julio de 2007, en uno de los barrios más pobres de Mataró, Rocafonda, donde el INE asegura que la mitad de las familias está en riesgo de pobreza, el mismo barrio cuyo código postal, 304, Lamine Yamal dibuja con sus manos cuando celebra sus goles. Allí comenzó a jugar al fútbol en el equipo La Torreta, donde el 31 de mayo inauguró un campus que lleva su nombre.
«Quiero ser buena persona y poder ayudar a la gente. Lo más importante, aparte del fútbol, es ser buena persona». Frase que honra a la joven figura del Barcelona y también ahora de la selección española. El mismo que en los próximos días seguramente será proclamado Golden Boy del año. El mismo del que se espera que alcance la cumbre del fútbol en los próximos años. La promesa que con 16 años y 57 días se convirtió en el más joven en debutar con la selección española. También el mismo que ha entrado en la historia de la Liga por dos exclusivas razones: precoz al debutar con 15 años y precoz también al marcar su primer gol con 16 años y 87 días.
A falta de ídolos consagrados, todos quieren ver en Lamine Yamal el nuevo Messi. Xavi Hernández, quien lo llevó al primer equipo azulgrana, lo tiene claro: «Es incomparable con Messi. Ya hemos visto que todos los que comparamos con Leo no les ha ido nada bien». Pero al mismo tiempo el exentrenador barcelonista destaca: «Lamine es eléctrico y tiene gran futuro. Tenemos delante un jugador de mucho presente y futuro. Cuando tiene el balón todo el mundo ve que pasan cosas increíbles».
Quien más ha encontrado una comparación ideal con el astro argentino ha sido Javier Aguirre, extécnico del Mallorca: «Me acuerdo la primera vez que vi a Lionel Messi, en Sevilla hace 21 años... Lo vi cinco minutos y era una rata. Lamine también pinta para rata el sinvergüenza. Es jovencito. Va a dar muchas alegrías».
En plena crisis económica y de resultados, el Barcelona ha querido atar a todas sus jóvenes promesas surgidas de La Masia. El presidente Joan Laporta renovó el acuerdo de Lamine Yamal hasta 2026, tras firmar su primer contrato profesional en octubre con una cláusula de 1.000 millones de euros. Iván de la Peña fue su primer representante, pero luego apareció Jorge Mendes para incluirlo en su amplio álbum de jugadores de primera línea.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.