«No sería justo caer en la depresión»

      De inicio, creo que la selección española careció de ritmo, estuvo además poco imprecisa. Eso complica mucho las cosas cuando te enfrentas a un rival tan cerrado como Georgia. Un equipo con una idea muy clara de juego que se fue afianzando en su estilo según pasaban los minutos. Con el gol, fruto de un error del equipo de Del Bosque, los georgianos se crecieron todavía más, sobre todo a nivel anímico, y sacaron lo mejor de sí mismos.

      En el inicio de la segunda mitad, en especial con la entrada de Andrés Iniesta al terreno de juego, España combinó mejor y con más velocidad. Koke también colaboró a que el balón estuviera más tiempo en el área georgiana. Al final, con un rival tan cerrado, el equipo español no dio con la tecla del gol y salió inesperadamente derrotada de la última prueba antes de que llegue lo realmente importante. Aunque el resultado es decepcionante, quizá pueda resultar hasta positivo para el grupo. El equipo se pondrá las pilas y no caerá en el exceso de confianza que habría podido llegar en caso de sumar una nueva goleada. Ante la República Checa saldremos de dudas sobre cómo llega realmente la campeona de Europa a la cita.