La pena máxima de Ramos

Lo tiró él por un exceso de confianza, se entiende, pues Cesc había pedido turno. El capitán en funciones, dueño del brazalete desde que Íker Casillas anima en el banquillo, se dirigió hacia los once metros y se imaginó como en Milán hace casi un mes. Entonces, en la final de la Champions, superó a Oblak apuntando a su derecha, gol y a seguir con la tanda. Ayer, marcando mucho sus intenciones, chutó por el centró y Subasic, dos metros dentro del campo, adivinó. Error y a sufrir, resumido el chasco en ese gol de Perisic en el minuto 87.

Aunque pueda parecer lo contrario, España tiene números más que discretos en lo que a penaltis se refiere. Ha superado tandas memorables recientemente, algo que en el pasado sucedía más bien poco, pero la realidad es que tiene un porcentaje cuestionable ya que ha desaprovechado ocho de los últimos 16 que ha ejecutado. Desde que se fue Villa, no hay un lanzador claro y los errores se reparten entre varios. Ramos ya lleva dos.

Morata, pichichi de blanco

Fue la peor manera de terminar una fase de grupos que adivinaba otro futuro. Y más después de que Morata abriera el marcador a los seis minutos. El delantero supo ayer que volvía a ser jugador del Real Madrid, la confirmación de una noticia ya contada y que se resolvió a través de un comunicado horas antes de que empezara el duelo entre España y Croacia. Poco después, también se conocía en Burdeos el equipo de Vicente del Bosque, que tiene a once fijos y a otros doce, en el lenguaje de Pedro, que están en Francia para hacer grupo. Uno de esos fijos del seleccionador es precisamente el ya exdelantero de la Juventus, quien responde a esa confianza ciega a base de goles. Lleva tres en la Eurocopa y es, junto a Bale, el máximo realizador del torneo.

Precisamente con el galés puede terminar el próximo curso en función de lo que haga el Madrid, pues se especula con que regrese al Bernabéu -después de abonar 30 millones- para tomar la misma puerta de salida y hacer negocio con él. Cada día es más caro, las cosas como son. Morata es la mejor noticia de un martes para olvidar. Nunca una clasificación para octavos dejó tan mal cuerpo. «Hay que aprender de los errores», resumió Ramos a pie de campo, con el calentón en el cuerpo por su falta de puntería. «Ha sido raro, nos adelantamos y perdonamos. Es lo que tiene el fútbol», concluyó. Toca pensar.