Que Dios les coja confesados

Una leyenda negra persigue a Ramsey, seguramente el mejor centrocampista galés de los últimos años, aunque las lesiones le han convertido en una figura de cristal. Con frecuencia sus goles se relacionan con la pérdida de alguna celebridad en un plazo máximo de tres días. Será casualidad, pero las secuencias son irrefutables. Menos mal que Ramsey no es muy prolijo en su faceta realizadora y sólo ha firmado 57 dianas en su ya extensa carrera. Con su país no veía puerta desde que selló uno de los dos tantos ante Andorra, en octubre de 2015.

El debut sonado de Ramsey, el que le hizo más popular con el paso del tiempo, se produjo el 1 de mayo de 2011. El galés le endosó un gol al Manchester United y, al día siguiente, el gobierno de Estados Unidos anunció la muerte de Osama bin Laden, el cerebro de Al Qaeda. Ya había constancia, empero, una fatal correlación de hechos anterior, el 16 de octubre de 2009, con el fallecimiento del periodista Andrés Montes, dos días después de que Ramsey se estrenase como artillero de los 'dragones' ante Liechtenstein.

Desde entonces, a la luctuosa la lista se le han ido añadiendo hasta una veintena de nombres ilustres con mayor o menor regularidad. Horas después de los festejos de Ramsey sobre el césped, iban pasando a mejor vida Steve Jobs, el fundador de Apple; el ex dictador libio Muamar el Gadafi, la cantante Whitney Houston, el dictador argentino Jorge Rafael Videla, los actores Paul Walker y Robin Williams o el escritor Eduardo Galeano, una de las plumas más brillantes de Latinoamérica.

Regreso de la maldición

Ramsey y los famosos disfrutaron de unos meses de tregua, pero el inicio de 2016 resucitó la maldición. Fue recuperar el centrocampista su olfato goleador y dejar este mundo dos personalidades importantes como el cantante David Bowie y el actor Alan Rickman, famoso entre muchos otros papeles por hacer del más o menos villano Severus Snape en la saga de Harry Potter. A principios de marzo nos dejó la ex primera dama de Estados Unidos Nancy Reagan, poco después de que Ramsey viera puerta en el empate del Arsenal ante el Tottenham en el gran derbi del norte de Londres.

Ramsey no da crédito a la mala fama que arrastra y pone el grito en el cielo: «Algunas personas me han hablado de estas cosas, pero es un rumor estúpido. No lo encuentro nada divertido. Todos los días muere gente famosa y yo no marco tantos goles». Mejor pensar que no escondía algún secreto Ray Parlour, famoso excentrocampista del Arsenal, cuando aventuró que el amigo Aaron «sería algún día más influyente que Steven Gerrard», icono del fútbol inglés. Que Dios le coja confesado a la próxima víctima del mejor jugador galés frente a Rusia en Toulouse. El plazo expira este jueves.