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Cuando la situación del covid vuelve a complicarse hasta barruntarse un nuevo confinamiento domiciliario y con clubes ya solicitando una paralización de la competición hasta ... que el asunto mejore -algo que nadie sabe cuándo llegará- conviene ponerse a pensar en los 'y si'. Para que luego no haya sorpresas. Y aunque la Federación Española de Fútbol ya tuvo la experiencia de todo lo acontecido la pasada temporada, en su Protocolo de actuación para la vuelta de competiciones oficiales de ámbito estatal y carácter no profesional, no tiene decidido qué pasará en caso de que las competiciones de Segunda B y Tercera División o las competiciones femeninas con equipos cántabros se queden a medias. Queda mucho hasta junio, pero, visto lo visto, es arriesgado jugarse los cuartos a un final feliz de la competición. Lo único que recoge el documento es que, en el peor de los casos, ya se hablará.
Llegado el momento, «en aquellas competiciones o divisiones en que hubiera diversas fases (subgrupos, grupos y eliminatorias), si por cualquier circunstancia de fuerza mayor no pudiese finalizar la totalidad de la competición, es decir, la disputa de todos los partidos previstos desde el inicio, antes del 30 de junio, se someterá a la Comisión Delegada de la RFEF la resolución específica de la situación», dice el protocolo federativo, en su apartado IX, disposición segunda. Eso sí, siempre y cuando se haya disputado, al menos, el cincuenta por ciento «de los partidos que correspondiera disputar para conseguir el objetivo o resultado competitivo fijado para la siguiente temporada (ascenso, descenso)». El texto no aclara qué pasa si no se llega a ese 50% de partidos disputados y se suspende la competicion. Lo que sí adelanta el documento es que, «en caso de igualdad de situaciones, se resolverá por coeficiente computado en la totalidad de los partidos disputados, sumando todas las fases disputadas hasta el momento en que no se pudo seguir disputando».
Para competiciones como la Copa del Rey o la Copa Federación sí hay un plan más concreto: «Si por cualquier circunstancia de fuerza mayor, antes del 30 de junio, no pudiesen desarrollarse una o varias de las eliminatorias de la competición, la misma se dará por finalizada sin campeones ni otros resultados, salvo que quedase por disputar exclusivamente la final o la final four, en cuyo caso la Comisión Delegada podrá decidir disputarla durante la siguiente temporada».
También tiene previsto un sistema para competiciones con fase regular única, como la Primera femenina, donde en caso de suspensión «se considerará como finalizada sin ascensos y sin descensos o, en su caso, sin ganador del título en el supuesto de que no se hubieran podido disputar, como mínimo, el 50% del total de las jornadas previstas en el calendario oficial de todos los clubes participantes. Si en el momento de suspenderse o como máximo a 30 de junio se hubieran disputado un número de jornadas igual o superior al 50% de las mismas de todos los clubes participantes se dará como válida la clasificación y se aplicarán las mismas reglas de ascensos y descensos o, en su caso, de título».
Precisamente este fin de semana, el Racing ha tenido un descanso imprevisto debido al aplazamiento de su partido frente al Leioa por un caso de covid en el equipo vasco. Ni es el primer choque cambiado de fecha ni será el último. Así que las clasificaciones son un caos a causa de la diferente cantidad de partidos disputados por cada uno de los componentes de los subgrupos. Lo mismo le pasa a la Gimnástica, por ejemplo, en Tercera División. Así, «si un equipo o varios, por causas de fuerza mayor, no pudieran disputar uno o varios partidos en la competición regular durante la temporada y los mismos no pudieran ser disputados antes de finalizar la misma, la clasificación final se realizará mediante el sistema de coeficientes, es decir, la relación entre los puntos obtenidos y el número de partidos disputados, siempre que el número de partidos no disputados para ese equipo concreto no sea superior al 20% de la mayoría de los equipos en la misma competición». Se trata de una estrategia, en principio, para las competiciones de Liga pura y dura, aunque en Segunda B, por ejemplo, está previsto para la hora de unir unos subgrupos con otros cuando tengan diferente número de componentes. Por ejemplo, el subgrupo 2A, en el que militan Racing y Laredo, está compuesto por once equipos y su homólogo 2B, por solamente diez.
Además de lo concerniente a la salud y la evolución de la pandemia de covid, uno de los problemas de los clubes de estas categorías, en las que no hay ingresos millonarios por retransmisiones de televisión, es que en varias comunidades autónomas, entre ellas Cantabria, se ha prohibido el acceso del público a los estadios.
Uno de los clubes que comparten subgrupo 2A con Laredo y Racing, el Barakaldo -que precisamente perdió hace dos semanas en San Lorenzo-, solicitó el jueves la paralización de la competición. Todo ello porque el Gobierno Vasco ha prohibido la asistencia de aficionados a los eventos deportivos. El club gualdinegro, «entendiendo y comprendiendo los motivos que han llevado a adoptar esta medida», ha pedido a la Federación Española, la Vasca y al Gobierno de su comunidad «la paralización de la competición hasta que la situación sanitaria permita que nuestros aficionados puedan acudir al estadio de fútbol como público».
«Clubes como el Barakaldo subsistimos gracias a la aportación de nuestros socios y patrocinadores. Si nos obligan a seguir compitiendo y no podemos contar con estos ingresos, estaríamos en un grave riesgo de desaparición», advierten desde Lasesarre. «Entendemos que la salud es lo primero y está por encima de todo», afirman, pero también dicen que su club «no vive de derechos televisivos, sino de la aportación económica de todos y cada uno de nuestros socios. Para nosotros el fútbol no existe sin sus aficionados».
El presidente del Laredo, José Miguel San Román, entiende «perfectamente al Barakaldo. Estoy de acuerdo, ya que hay que pensar que la Segunda B es una Liga aficionada en la que más del 80% de los equipos vivimos de nuestra masa social». Por culpa de la pandemia el Laredo ha dejado de ingresar en sus arcas bastante dinero tanto por socios como por publicidad. «Los socios, ante todas las dudas que puedan tener por saber si pueden entrar o no al campo, no retiran el carné. Por supuesto, de taquillas haces cero y, evidentemente, todos los patrocinadores, carteles publicitarios y demás, si al final están con el miedo de que no entre gente, pues no te pagan lo mismo que en temporadas anteriores. Es normal», concluye San Román.
Segunda División B
Los casos aislados de covid en algunos equipos están afectando directamente al desarrollo de la competición. Especialmente en el subgrupo 2A, en el que militan Racing y Laredo, ya que la normativa de las autoridades sanitarias vascas choca directamente con los protocolos de la Federación Española. Si esta admite la posibilidad de aislar a los jugadores positivos por covid y, si el resto de la plantilla da negativo en los test, jugar con normalidad los encuentros, la normativa vasca obliga a los compañeros, por ser contactos estrechos, a permanecer en cuarentena. Por eso, por ejemplo, el Racing no ha podido jugar este fin de semana contra el Leioa pese a que solamente un futbolista del cuadro vizcaíno ha dado positivo en las pruebas.
Esta circunstancia ha provocado que ya sean varios los encuentros aplazados, pese a que apenas se ha alcanzado la cuarta jornada de la competición. Eso y las prohibiciones de algunas comunidades autónomas de que los estadios alberguen público ha provocado que algunos clubes, como el Barakaldo, ya hayan empezado a solicitar la paralización de la competición hasta que la situación mejore.
Además, en la próxima semana se espera que se intensifiquen los test en las plantillas, lo que podría destapar un mayor número de contagios y, por lo tanto, poner en riesgo más partidos de la competición.
Si todo va bien y la Liga termina antes del 30 de junio pese a los obstáculos que pone la pandemia de covid, esta Segunda División B conformada por 102 equipos dará paso a la nueva reestructuración del fútbol español. El final de la primera fase está previsto para el fin de semana del 27 y 28 de marzo. Los tres primeros equipos de cada subgrupo avanzarán a la fase de ascenso. Formarán un grupo de seis equipos con los tres primeros clasificados del otro subgrupo, que arrastrarán sus puntos. En el caso de los cántabros, el 2B.
La liguilla comenzará el 3 de abril y finalizará el 9 de mayo y sólo se enfrentarán los que no se hayan visto las caras en la primera fase. Se meterán en el play off definitivo los tres primeros de cada grupo y el mejor cuarto. Estos lograrán una plaza en la futura Primera División RFEF. El resto de cuartos clasificados, así como los quintos y los sextos, pelearán por acceder a la futura Primera División RFEF. Los 16 equipos del play off, a sede neutral, se jugarán cuatro plazas para subir a Segunda. Los que no lo consigan, completarán la Primera División RFEF –futura Segunda B–.
Del cuarto al quinto, los que no consigan una plaza en la futura categoría sufrirán, en la práctica, un descenso, pasando a la cuarta categoría del fútbol español.
Por abajo, del séptimo al décimo disputarán una fase de permanencia en la futura Segunda División RFEF. De los cuarenta equipos, veinte lograrán mantenerse y otros veinte caerán a Tercera División.
Tercera División
El grupo cántabro de Tercera División ya ha afrontado su primer parón de quince días a causa del empeoramiento de la pandemia de covid en la comunidad autónoma. No tanto porque la enfermedad haya hecho mella dentro de los clubes, sino porque la prohibición del Gobierno de Cantabria de que los estadios puedan acoger aficionados, aunque sea en aforo limitado, es un duro varapalo económico para los equipos. En principio, la competición volverá el próximo fin de semana, según la Federación Cántabra de Fútbol, con público, aunque el veto del Ejecutivo que impidió que el Laredo pudiese dejar entrar a sus abonados al choque de ayer, deja esa posibilidad en una incógnita.
Además, son varios los partidos que se han aplazado a causa de casos de coronavirus en los senos de las plantillas. Especialmente castigado por el virus se ha visto el vestuario de la Gimnástica, que ya ha superado el brote y regresó a la competición, aunque tan solo ha jugado un partido.
Esta temporada, con la reestructuración provocada por la pandemia, los 22 equipos se han repartido en dos subgrupos. En ellos, los tres primeros de cada uno se jugarán, a modo de liguilla, dos plazas de ascenso en el grupo de campeones. El cuarto, quinto y sexto de cada subgrupo se jugarán dos plazas para optar a ese play off final con los otros cuatro que no ascendieron directamente y donde uno de ellos subirá a Segunda B. Estos dos equipos se enfrentan a los dos últimos de los seis del grupo de campeones (tres primeros de cada subgrupo inicial) y, quien pase de esos cuatro, se medirá al tercero o cuarto del grupo de campeones. Esa será la tercera plaza del ascenso a la categoría superior. Los cinco últimos de cada subgrupo se jugarán una nueva liguilla de promoción de descenso, y de esos diez equipos, seis bajarán a Preferente.
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Ana del Castillo
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