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La Fiscalía de Cantabria se ha opuesto a la concesión del tercer grado a Ángel 'Harry' Lavín, condenado a dos años y nueve meses de cárcel por un delito de administración desleal durante los cerca de dos años que fue presidente del Racing, entre ... 2012 y 2014. Por eso ha recurrido la decisión que adoptó hace dos semanas la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, tal y como adelantó El Diario Montañés.
Según confirmaron este jueves fuentes cercanas al caso, la fiscal de vigilancia penitenciaria ha presentado hace unos días un recurso y está a la espera de que resuelva el Juzgado. Esto supone que el proceso para que Harry sea trasladado desde el penal de El Dueso al Centro de Integración Social (CIS) José Hierro de Santander queda en suspenso, es decir, a la espera de que se pronuncie el juez.
Hay que recordar que el pasado 16 de septiembre el Juzgado de lo Penal número 1 de Santander dictó un auto en el que ordenaba su ingreso en prisión en un plazo de cinco días hábiles desde su notificación efectiva. El 26 de septiembre, un día antes de que se cumpliera ese calendario, el expresidente del Racing ingresó en el CIS y dos días después la Junta de Tratamiento le clasificó como interno de segundo grado, con lo que fue trasladado a El Dueso. El siguiente paso, una vez clasificado el interno, fue el envío del expediente a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias y el organismo, dependiente del Ministerio del Interior, le calificó como de tercer grado.
Aunque no han trascendido los motivos por los que Instituciones Penitenciarias han rebajado el grado de calificación de Harry, en su favor juegan que la pena, pese a no permitir acogerse a los beneficios de suspensión de condena –dos años como máximo– no es muy abultada, el hecho de que no tenga antecedentes y las circunstancias personales, laborales y de arraigo que haya podido alegar.
En caso de que se confirme el tercer grado, Lavín tendría que pasar ocho de las 24 horas del día en el CIS, dormiría de lunes a viernes en el centro, pero con libertad de salir para trabajar y regresar a las 23.00 horas, con fines de semana libres y los permisos que se puedan conceder en cada momento.
Como norma general, el reglamento establece el cumplimiento de un cuarto de la pena para poder beneficiarse del régimen abierto, pero establece excepciones como el arraigo, la posibilidad de trabajar, las circunstancias familiares y otras muchas. Aún así, que un interno recién ingresado reciba de inmediato el tercer grado es muy poco habitual. Dadas sus características, se esperaba que en el medio plazo Lavín recibiera, efectivamente, el tercer grado, si bien ha causado algo más de sorpresa que lo haya hecho con tanta rapidez.
El 4 de abril de 2019 la titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Santander, María Susana Bello Bruna, condenó a Lavín a tres años y medio de prisión y una indemnización de 216.400,20 euros por un delito de administración desleal continuada como consecuencia durante su etapa como presidente del Racing (2012-2014).
La sentencia le consideraba «criminalmente responsable de un delito continuado de administración desleal» y señalaba que la su actuación fue «más que engañosa» y «desleal», porque «desde el primer momento su predisposición fue efectuar tal gestión encubierta a través de una sociedad». Consideraba probado que Harry actuó con «claro prevalecimiento y haciendo uso de un plan preconcebido para desviar activos patrimoniales del Real Racing Club de Santander SAD, a través de mecanismos de comisión como suscripción de contratos con terceros, ocasionando obligaciones y perjuicios económicos a la entidad». La Audiencia rebajó después la pena en nueve meses por dilaciones indebidas.
Consideraba además «acreditados los mecanismos y operaciones por los cuales el Real Racing Club resultó perjudicado económicamente debido a que el acusado, actuando en su condición de consejero delegado y presidente, se dio de alta en la Seguridad Social, se asignó y cobró un sueldo y celebró dos contratos en perjuicio de la sociedad que administraba, todo en ello en beneficio propio y con abuso de sus funciones, quebrantando el deber de lealtad, lucrándose y generando un perjuicio al club que administraba». El tribunal consideraba «sin duda más que probada» la administración desleal continuada. Una gestión que la sentencia cataloga de «fraudulenta», «más que engañosa» y con «continuidad delictiva».
Lavín recurrió a la Audiencia Provincial de Cantabria, que ratificó la sentencia con una sola salvedad: una atenuante por dilaciones indebidas, por lo que rebajó la condena en nueve meses, hasta los dos años y nueve meses. En 2021 el Tribunal Supremo rechazó sendos recursos de casación y nulidad y este mismo año el Gobierno de España le denegó el indulto. Así, con una sentencia firme y agotadas todas las vías legales, el tribunal pudo ordenar su entrada en prisión. De esos dos años y nueve meses Lavín ha pasado hasta este viernes 7 de octubre nueve días en un centro ordinario, aquel destinado a lo que se conoce coloquialmente como «presos comunes», ni de régimen abierto no especialmente peligrosos.
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