El Gordo cae en Sarón

Pero no estarán solos los aurinegros, porque también la afición cántabra responderá ante un partido con mucho cartel. «Nos ha tocado el premio gordo; el equipo que queríamos» , se felicitaba nada más conocer el resultado del sorteo una de los capitanes, Sergio Domínguez, aunque para el fútbol todo el mundo le conoce como Chili. El partido se disputará el jueves 7 de diciembre a las 21.00 horas. Y ahí llega la mala noticia: tendrá que jugarse enotro lugar. El Cayón ya ha pedido que sea en los Campos de Sport de El Sardinero, y el Racing, para el que los aurinegros son un club amigo, está de acuerdo.

El Cayón había pedido jugar a mediodía, pero no se lo han concedido y su estadio no reúne las condiciones para acoger un partido televisado sin luz natural.Constituye una buena oportunidad en lo económico, porque es probable que suponga más ingreso potencial por taquilla y haga el viaje aún más cómodo a la masa social rojiblanca, facilitando una mejor venta. Aunque puesto a escoger, el Cayón prefería jugar en su casa y ante los suyos.Pero era consciente de que el riesgo existía. «Si el rival es de los que mueve gente, de los que son muy atractivos, lo normal es que fijen un horario nocturno y eso nos impediría jugar en Sarón», barruntaba ya el presidente en la víspera.

Ni siquiera esta potencial dificultad frena el entusiasmo: «¡Le habéis cogido gusto a nuestro campo!», encabezaba en sus redes el club, recordando el amistoso de este verano en el que Racing y Athletic llenaron las gradas del Fernando Astobiza, ampliadas para la ocasión. El problema, que finalmente, y salvo sorpresa mayúscula, el escenario tendrá que ser otro.

Ya hace dos temporadas, cuando los de Luis Fernández recibieron al Huesca en la primera ronda de Copa, unos 3.000 espectadores siguieron el partido en directo y la recaudación rondó los 7.000 euros. Eso ante un adversario de Segunda con un desplazamiento, además, bastante largo. Ante los vascos la presencia de público promete ser mucho mayor; lo que dé de sí el campo, y no resulta descabellado que se puedan superar los 10.000 euros solo por la venta de entradas.

«Después de la mala suerte que tuvimos en el primer sorteo, nos ha tocado el equipo que buscábamos. El equipo está muy ilusionado y a ver si podemos jugar en nuestro campo, que es lo que queremos», decía Chili aún en el vestuario, entre la euforia y las felicitaciones de sus compañeros, que se habían citado en el campo para seguir en directo el sorteo con las cámaras de Teledeporte y El Diario Montañés como testigos.

La mañana fue de expectación en todo el valle. Ya hacia mediodía la plantilla al completo estaba en los vestuarios, a la espera de un rival –esta vez sí– de Primera División. Los cántabros eran además uno de los grandes protagonistas del sorteo. Tras el prólogo de la primera ronda, era uno de los equipos modestos con los que se conectó en directo desde la sala Luis Aragonés de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas.

Con ese contexto, se impuso el cambio de sede. Si El Andén y el Buda han sido tradicionalmente las escogidas para este tipo de citas, la visita de la televisión trasladó el epicentro al propio estadio, donde el sorteo hizo de nuevo sufrir a los cántabros. Una vez más, les dejó para el final. Su bola en el bombo de once equipos de Segunda RFEF fue de nuevo la última en salir.

Conforme avanzaba y se iban conociendo los rivales, más cercana parecía la posibilidad de que tocara uno de los grandes premios: los equipos más cercanos. Sobre todo, y por este orden, Athletic y Real Sociedad. En unos bombos sin Barcelona, Real Madrid ni Atlético, eran los más deseados. Ya lo adelantaba Chili, que ejerció como portavoz, antes de que se abrieran los bombos: «Athletic, la Real Sociedad, el Betis... Cada uno tiene sus preferencias, pero cualquiera que nos toque va a ser inolvidable. Somos un club con más de cien años que nunca ha vivido algo parecido y va a ser algo histórico». Y tocó el más deseado. «Al ver la bola del Athletic me he puesto a temblar», reconocía Cañizo. El delantero sueña con los pies en el suelo: «Marcar un gol en esta eliminatoria seria un recuerdo para toda la vida, pero meter 15 en toda la temporada nos daría muchas opciones de poder salvarnos».

El Cayón vive un estado de felicidad: «Ahora los niños de la escuela tienen ese referente de que has hecho historia con el equipo del pueblo», explicaba Riki, jugador del equipo y también técnico de la base.

El duelo será desigual. Bilbao tiene casi 350.000 habitantes –la ciudad; los del Gran Bilbao depende a quién se le pregunte–. El Athletic tiene casi 43.000 socios, y no son más porque en San Mamés 'solo' caben 53.000. Más de cinco veces el valle de Cayón al completo. El Fernando Astobiza, por su parte, tiene aforo para aproximadamente un millar de espectadores, que con gradas supletorias puede llegar a multiplicarse por tres o por cuatro. Los Campos de Sport, los 21.000.

Aunque consciente de que parte como víctima ante el quinto clasificado de Primera División, el Cayón se resiste a ser solo un comparsa: «Nunca pensamos en un partido para perder ni en que sea solo una fiesta. El aliciente es ganar», decía el presidente aurinegro, Nisio Humara. Una declaración de principios a la que se apunta, aunque desde la certidumbre de la realidad, el técnico: «La diferencia es abismal, aunque algún día llegará que un equipo de Segunda RFEF bien preparado dé la sorpresa ante uno de estos Primera que a veces juegan un poco por obligación estas rondas, aunque ahora no sea el caso». Después de tres lustros en la élite, está acostumbrado a este tipo de citas, pero se felicita por sus jugadores: «Se nos va a poder ver en toda España», recuerda.

El partido dará mucho trabajo a la directiva de Sarón, pero este miércoles eso era lo de menos: «Estamos trabajando día y noche puesto que es un partido de exigencia profesional», explicaba el presidente. «Esperamos poder llenar hasta las 3.500 o 4.000 personas», aventuraba antes de que le confirmaran un horario que obligará a su equipo a emigrar. Al Zamora, por cierto, le tocó en suerte el Villarreal. Los leoneses eliminaron el pasado día 1 al Racing, si bien los amarillos, cuya eliminatoria se disputará el 22 de diciembre, no hubieran sido el adversario verdiblanco en un sorteo dirigido según la categoría de cada club.

En la primera ronda, el Cayón se ganó la clasificación gracias a su victoria ante el Ursaria, también de Segunda RFEF. Los cántabros no tuvieron fortuna en el primer sorteo, en el que su bola salió la última, con lo que se quedó no solo sin rival de Segunda o Primera RFEF, sino que se vio abocado a disputar el único emparejamiento entre clubes de la cuarta categoría. Además, a domicilio.

Sin embargo, esta mala fortuna se transformó en buena con su victoria (1-2) en Cobeña. Los aurinegros se clasificaron así para la segunda ronda, lo que además del éxito deportivo y su primera victoria en Copa supondrá un nuevo ingreso. El Cayón recibió 27.750 por disputar ese primer partido, además de los 9.000 con los que le compensó la Federación por no jugar en casa (15.000 se destinaron a la prima por clasificación). Ahora, recibirá otros 27.750 más lo que obtenga de taquilla. En un equipo con un presupuesto de poco más de 400.000 euros, son cantidades significativas. Pero lo más importante es el gran día que vivirá.

El sorteo deja ocho emparejamientos entre equipos de Segunda y el resto, de Primera y Segunda División frente a rivales modestos, siempre a partido único y en casa de los segundos.