«Antes del 30 de junio quedará liquidada la deuda del Unión Club con la Federación»

El Unión Club, que militaba en el grupo B de Segunda Regional, comenzó la temporada con un empate a cero en la jornada inaugural ante el Escobedo B. Tras su debut, los astillerenses no disputaron sus partidos siguientes ante San Justo y Liendo, así que se le dieron por perdidos ambos por 3-0. Fue en la cuarta jornada cuando fueron expulsados de la competición debido a esa doble ausencia y a las altas deudas acumuladas, por eso todos los encuentros pendientes a partir de ahí se le dan por perdidos por 2-0, según ha confirmado la Federación Cántabra. El club, casi centenario, afronta en los próximos meses una agónica cuenta atrás que culminará el próximo 30 de junio. Ese día, si la entidad que preside Federico Díaz no ha abonado íntegramente sus deudas, no se admitirá la inscripción del equipo en la competición, lo que puede abocar al Unión Club a la desaparición antes de celebrar sus 100 años de existencia.

Díaz no duda en afirmar que «la entidad no va a desaparecer, porque se va a pagar». Y si surge la duda acerca de dónde sacarán el montante para hacer frente a la cantidad que se debe a la Federación Cántabra, el presidente dice tener una solución: «una empresa -del ámbito inmobiliario con la que trabaja Díaz- va a patrocinar al club y una de las cosas que hará será abonar ese dinero». La propuesta de patrocinio «esta asegurada de palabra con ellos desde julio de 2020». Desde entonces, hasta ahora, la mala suerte y una serie de desdichas hicieron que no se abonase un montante del que prefiere no dar detalles ni de la cantidad ni de su origen, más allá de que «es un dinero que se debe a la Federación Cántabra de la pasada temporada y de esta», afirma.

«Jugamos el primer partido y se nos hacen unas fichas provisionales. Para el segundo, nos dicen que ya hay que pagarlo y nos dieron de plazo una semana. En ese momento hablé con esta empresa y me dicen que pida otro aplazamiento», cuenta Federico Díaz sobre el inicio de la temporada 2020/21. Dada esa situación, «hablo con José Ángel Peláez -presidente de la Federación Cántabra- y me dice que no se puede aplazar más».

Esta situación coincidió en fechas con «el confinamiento por municipios y se suspendieron las competiciones regionales». En octubre se paró el fútbol autonómico y no se reanudaron los campeonatos de Liga hasta la llegada de 2021. El Unión Club tenía todo preparado para ese momento. «Cuando se vuelve a jugar, hablo con el patrocinador porque antes de que se empiece a jugar de nuevo hay que pagar el dinero. El último día estuve haciendo fichas y me quedaron unas para completar el viernes, ya que detectamos que había cinco jugadores que no tenían los papeles del reconocimiento médico», continúa.

Con el tiempo encima, «iba camino a la Federación y a arreglar el tema del dinero con la empresa, cuando sufrí un accidente con el coche. Hablé con Peláez y le dije, no es el problema el dinero, sino que tengo que hacer fichas nuevas. Me dio de plazo hasta las 20.00 horas para que pagase, pero estaba con crisis de ansiedad y fastidiado, por lo que no pude ir», añade. «Muchos me dicen que por qué no envié a alguien, pero no había nada firmado ni pude mandar a nadie», concluye. Tras la segunda incomparecencia «se nos expulsó de la competición», explica el presidente del Unión Club. Díaz no duda en hacer autocrítica: «comprendo que tuvimos mucho tiempo, pero somos un club en el que no hay un grupo de personas para estas cosas. Mi junta directiva no lo es al uso. Soy presidente, recadero, recogebalones...».

Todavía convaleciente del accidente, Federico Díaz lleva «desde hace unas dos semanas intentando solventar la situación para que antes del 30 de junio esté todo resuelto. Así se lo he dicho al entrenador y él se lo comunicó a los jugadores, que continúan entrenando». El balón sigue corriendo, al menos en las sesiones de preparación, aunque «al no tener la Mutualidad pagada, lo que se hará es sacar un seguro personal para que sigan entrenando como Unión Club, preparando la temporada que viene». El desembolso no lo hará la entidad astillerense, ya que «los jugadores van a pagar su propio seguro para seguir entrenando. No tengo constancia de que se haya hecho ya, pero es lo que me dijeron que estaban mirando», explica el máximo mandatario. Él, de momento, sigue inasequible al desaliento: «me comprometo a arreglar toda esta situación antes del 30 de junio».