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No se trata de una cuestión menor. La experiencia en una competición deportiva es una moneda valiosa. En este caso, el Laredo deberá apelar a ... otras cuestiones, como el hambre por lograr por primera vez en sus más de cien años de historia mantenerse en Segunda B tras dos intentos fallidos, ya que de los veintidós jugadores que componen la plantilla 16 no saben lo que es jugar en la división de bronce ni solo un minuto. Es normal que exista en el vestuario de Manu Calleja una sensación de hormigueo especial en los días previos al inicio de la competición.
Más de la mitad del actual plantel no ha debutado en Segunda B. Es el caso de David Puras, Rafa Pedrero, Borja Ares, Guipu, Rasines, Roberto Cano, David Sanz, Diego Marta, Faouzi, Felipe, Altadill, Saúl García, Álvaro, Iván Argos, Juancar y Vinatea. Todos tendrán la oportunidad de estrenarse este sábado, en Urritxe.
Los cinco que sí que tienen más o menos experiencia en la categoría son Toboso, Álex Pérez, Manu Ortiz, Riky y Siafá, además de Miguel Goñi, que el año pasado debutó con el Racing en Segunda División -103 minutos repartidos en dos encuentros-. De todos ellos, el que más partidos lleva acumulados en el tercer escalón del fútbol español es el veterano Riky, con un total de 194 choques, entre sus estancias en Lugo, Lemona, Gimnástica, Noja y Sestao. Le sigue el centrocampista de Colindres Manu Ortiz, con 42, entre el Noja y Barakaldo.
Como dice Felpe Peredo, ha llegado la hora de «cumplir nuestros sueños». Porque lo que en verdad quería el centrocampista desde que llegó al conjunto de la Costa Esmeralda era «dar el salto al fútbol semiprofesional». Además, reconoce que la Tercera División es una categoría muy ingrata: «Quedas campeón tras ganar una Liga y en un par de partidos que te salgan mal en la eliminatoria quedas sin ascenso».
«Ha sido un año en el que hemos disfrutado, pero complicado por la situación», resume el pejino sobre una temporada marcada por el coronavirus. «Por nosotros, y por todos los que tenemos detrás, como familias, amigos y novias, tenemos muchas ganas de empezar bien», subrayó el jugador del Charles.
El centrocampista añade que después de muchos años de intentarlo, a él, personalmente, le llega la oportunidad de jugar en la división de bronce, a la que el Laredo accedió en una fase de ascenso a puerta cerrada, sin público, por la situación sanitaria que también condiciona el inicio liguero.
A Felipe le ha costado dar el salto a la Segunda B, pero no tanto como al propio Laredo. Los pejinos vuelven a la división de bronce al cabo de 11.093 días. Su último partido fue en Huesca contra Binefar. Aquella temporada, el Charles ganó trece partidos, empato siete y perdió 18, pero el golaverage lo envió a Tercera División, tras quedar igualado a puntos (33) con el Teruel y Basconia. Desde entonces, treinta temporadas en Tercera División y catorce fases de ascenso disputadas para alcanzar de nuevo la Segunda B.
Con hambre, ilusión y humildad. Así afronta el Laredo la campaña 2020-21, su tercera temporada en la división de bronce en sus 102 años de historia. El campo de San Lorenzo, un año más, aspira a ser una plaza difícil de conquistar.
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