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Ignacio Tylko
Miércoles, 27 de abril 2016, 18:45
La misteriosa lesión de Cristiano Ronaldo agrava la crisis existente entre la plantilla y los servicios médicos del Real Madrid que encabeza el doctor Jesús Olmo, nombrado por Florentino Pérez pero no deseado por los jugadores, que no le consideran un profesional de élite y, ... sobre todo, sostienen que es un chivato del presidente. Preocupado por el estado de la parte posterior de su muslo derecho desde que hace una semana notó un pinchazo en los últimos minutos del choque liguero ante el Villarreal, el astro portugués acudió por su cuenta este miércoles a la Clínica Ruber Internacional, de la que, curiosamente, es jefe de traumatología el doctor Alfonso del Corral, exjugador de baloncesto del Real Madrid y durante 15 años máximo responsable médico del club.
La resonancia magnética que se le practicó reveló que sufre una microrrotura en los isquiotibiales, de la que será tratado con células madre para regenerar el tejido dañado e intentar estar el próximo miércoles frente al Manchester City, en la vuelta de las semifinales de Champions en el Santiago Bernabéu. Lo mismo que hizo el delantero hispano-brasileño Diego Costa para poder jugar con el Atlético la final de la Champions de hace dos años en Lisboa, en la que fue titular pero tuvo que ser sustituido en el minuto 9 porque se resintió.
CR7 acudió al hospital, situado en la zona norte de la capital y en el lujoso barrio de Mirasierra, junto a Joaquín Juan, fisioterapeuta de confianza de Pau Gasol y que ya le trató de sus dolencias en el tendón rotuliano antes del Mundial de Brasil. Consciente de que había cámaras esperando su salida y del enorme revuelo montado por su lesión, el jugador no dudó en esconderse, aparentemente en el maletero del Porsche Cayenne, según mostraron las cámaras de Cuatro. Todo muy de película.
Ahora, el técnico Zinedine Zidane no sabrá si podrá disponer de Cristiano hasta el mismo día que se juegue la vuelta con el City. No se decidirá hasta que el futbolista se pruebe y celebre una cumbre con con Zidane y los doctores para que entre todos evalúen si merece la pena alistarse contra el equipo de Manuel Pellegrini o existe un riesgo alto de que se resienta y se pierda las dos últimas jornadas de Liga y la final de la Champions del 28 de mayo en Milán, si es que llegan los merengues.
Dont worry, be happy»
Sorprendentemente, en el Real Madrid no hay parte médico nuevo sobre Cristiano. La situación es de lo más extraña. Tras el choque ante el Villarreal, el club habló de unos simples calambres. Al día siguiente, tras realizarle una ecografía en Valdebebas, el propio Cristiano dijo que todo estaba bien, al tiempo que agradeció el apoyo de la afición. El viernes, tras otra resonancia en el Hospital Sanitas de La Moraleja, el Madrid sí ofreció un comunicado en el que informaba de una simple «sobrecarga en el muslo derecho». Descansó ante el Rayo y se daba por hecho su concurso en el Etihad.
La víspera del partido europeo, Zidane dijo que tanto Cristiano como Karim Benzema se encontraban «al cien por cien». Además, en los primeros 15 minutos que la prensa pudo ver del entrenamiento en Mánchester, se apreció a un jugador sin problemas. Pero tuvo malas sensaciones en el tramo final de la sesión. «Se ha resentido de algo», dijo Zidane tras el encuentro.
Lo mismo manifestaron los jugadores. Incluso a Dani Carvajal se le escapó decir que Ronaldo había sido sometido a más pruebas médicas el mismo martes en Manchester. Ahora, el madridismo vive intranquilo al no saber si podrá disfrutar el miércoles del héroe de la remontada ante el Wolfsburgo con un triplete.
Los problemas de Cristiano, que ya llegó muy tocado hace dos años a la final de la décima, reabren el debate sobre si las estrellas deben de jugarlo todo. «Sí, me arrepiento de no darle más descansos. Qué más queréis que os diga», balbuceó Zidane tras el duelo ante el Villarreal. El problema es que el luso, empeñado en lograr récords individuales, no para. En esta Liga lo ha jugado todo menos en Vallecas y el descuento frente al submarino amarillo. No estará el sábado en Anoeta, igual que Benzema, dolorido en la cadera.
En Champions sólo fue reemplazado en el minuto 89 de la vuelta de cuartos ante la Roma. Y en Copa no participó de la esperpéntica representación de Cádiz. En total, 44 partidos oficiales, 3959 minutos y 47 goles antes de una microrrotura que dispara las alarmas. «Dont worry, be happy» (no te preocupes, sé feliz), escribió, sin embargo, Cristiano, sonriente en Instagram. Le vino al pelo el título de una canción humorística del compositor de jazz Bobby McFerrin.
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