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Ramos celebra su primer gol.
La encerrona se destruyó con cabezazos
Contracrónica

La encerrona se destruyó con cabezazos

San Paolo, que se llenó desde horas antes, creyó en la remontada durante los primeros 45 minutos iniciales en los que Mertens marcó un gol y asustó con un disparo al poste

Rodrigo Errasti Mendiguren

Martes, 7 de marzo 2017, 23:06

Preocupaba mucho el ambiente pero el problema que provocó la angustia al Real Madrid fue futbolístico. Es cierto que los locales se contagiaron de la fe de sus aficionados. Los hinchas napolitanos, esos que habían pasado parte de la noche molestando el sueño de los ... futbolistas blancos, llegaron al estadio desde la mañana. Algunos hicieron una jornada laboral de espera. Tremendas colas para entrar en San Paolo y finalmente se les autorizó a hacerlo. Increíble era ver a las tres de la tarde (casi seis horas antes del pitido inicial) más de 5.000 aficionados en las gradas. Cuando faltaban tres horas ya había media entrada. De locos. Otros, casi un millar, optaron por ir a intimidar a los rivales al hotel de concentración, el Palazzo Caracciolo. Abucheos, cánticos e insultos antes de que algunos, en sus motos, 'escoltasen' en su trayecto al estadio al autobús del Real Madrid.

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