Ancelotti apaga el primer incendio y al Madrid le crece otro bicho

El técnico italiano parece haber dado con la tecla a la hora de ajustar ese rombo en el centro del campo que hizo aguas frente al Atlético y que ha pasado a ser un dibujo mentiroso, dúctil y camaleónico, a veces más parecido a un pentágono y otras semejante a un cuadrado pero en el que Bellingham sigue siendo la clave de bóveda que da sentido a todo.

El todocampista de Stourbridge volvió a exhibirse en el Estadio Diego Armando Maradona, donde selló otro gol y repartió una asistencia. Sus cifras resultan apabullantes, a la altura de los mejores 'killers' del Viejo Continente. En los nueve partidos que lleva vistiendo la elástica del Real Madrid, el británico contabiliza ocho dianas y tres pases de gol, lo que significa que ha estado involucrado de forma determinante en once de los veinte tantos que acumula su equipo en los diez encuentros oficiales disputados hasta la fecha.

Bellingham, al que Ancelotti dio descanso en el choque ante Las Palmas celebrado el pasado miércoles, solo se ha quedado sin ver puerta en dos de sus apariciones con el Real Madrid –ante la Real Sociedad y el Atlético-, mojando en las otras siete. Redondeó su puesta de largo en la Liga cerrando el triunfo del Real Madrid ante el Athletic en San Mamés, anotó un doblete contra el Almería, marcó el único gol con el que los blancos derrotaron al Celta y selló en el descuento el tanto que venció la resistencia del Getafe en el Santiago Bernabéu.

También firmó la diana de la victoria en el estreno del Real Madrid en la presente edición de la Champions, reventando el muro que levantó el Union Berlin en Chamartín, de nuevo en el alargue. En Montilivi sentenció el duelo firmando el tercer tanto de los visitantes en la segunda parte, después de encarrilar el triunfo de su equipo con una asistencia 'made in Modric' a Joselu. Y en el Maradona repitió el recital dejando primero a Vinicius mano a mano con Meret para que el brasileño iniciase la remontada y subiendo después al marcador el segundo en la cuenta del Real Madrid tras un formidable eslalon.

Era el octavo gol de Bellingham en la Champions, la cifra más alta en la competición de un centrocampista antes de cumplir los 21 años, según datos de Opta. Su incidencia ofensiva mejora incluso el primer tramo de Cristiano Ronaldo con el Real Madrid, puesto que el luso registró nueve goles en sus nueve primeros partidos con la zamarra blanca pero no sumó ninguna asistencia, frente a los ocho tantos y tres entregas decisivas de Bellingham en el mismo número de encuentros.

Pero su estrella va mucho más allá de los números. Lo que más impacta es su liderazgo y ubicuidad sobre el campo. «Me sorprende que tenga 20 años porque parece que tiene 30 por su carácter y personalidad. Está siempre concentrado en el partido y sabe lo que tiene que hacer. Es raro en un chaval de 20 años. Tiene mucha calidad, fuerza física y habilidad. Me sorprende, como a todos», desgranó Ancelotti tras el triunfo en Nápoles.

El preparador de Reggiolo puede arrogarse al menos una parte del crédito por el sensacional inicio de temporada de Bellingham, al haber renunciado al 4-3-3 para potenciar las condiciones de llegador del ex del Borussia Dortmund.

No solo en ese aspecto ha sido permeable Carletto a los gustos de sus superiores. El italiano también ha atendido las demandas de la directiva de privilegiar a la nueva generación de centrocampistas por las que ha apostado el club en los últimos tiempos –Tchouaméni, Camavinga, Valverde y el citado Bellingham-, en detrimento de la vieja guardia. Modric es el principal damnificado, porque Kroos todavía resiste. Así las cosas, el principal elemento de discordia entre el staff técnico y la planta noble es la querencia de Ancelotti por ubicar a Camavinga en el lateral izquierdo. Y con sus prestaciones el francés, muy a su pesar, le está dando la razón al técnico.