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Madrid
Jueves, 10 de marzo 2022, 00:38
El Sevilla afronta este jueves en el Sánchez Pizjuán la ida de octavos de la Europa League contra el West Ham preocupado por la plaga de lesiones que ha dejado mermado al rey de la competición en un momento clave de la temporada. Frente a ... un rival tan físico como el equipo inglés, «de muchísimo nivel», como advierte Julen Lopetegui, las ausencias, sobre todo en defensa, exigirán al Sevilla un sobreesfuerzo para continuar su camino hacia la final del 18 de mayo en su estadio, con la teórica desventaja de jugar la vuelta en Londres. «Tenemos muchísimas bajas, demasiadas», lamenta el técnico del Sevilla, en alusión a Diego Carlos, Montiel, Rekik, Fernando, Delaney y el Papu Gómez, además de las de larga duración Suso y Lamela, aunque recupera a Martial para partido tan trascendental.
Pese a las dudas que rodean también a su afición ahora que la Liga es más que un sueño, el Sevilla se agarra a su torneo fetiche y al apoyo del Pizjuán para intentar dar el primer golpe al sexto clasificado de la Premier. «El ambiente y el aliento del público va a ser muy importante y lo vamos a necesitar, por nuestra situación y por el nivel del rival», reconoce Lopetegui, convencido de que la afición sevillista transmitirá una vez más su energía. Pese sus graves traspiés y su triste participación en la Champions, el Sevilla se ha impuesto en casa en sus dos últimos encuentros europeos (2-0 al Wolfsburgo y 3-1 al Dinamo de Zagreb) y confía en la comunión con la grada en este duro cruce de la Europa League tras quedar emparejado con el adversario más difícil que le podía tocar en el sorteo.
El West Ham perdió el pasado sábado en Anfield frente al Liverpool por la mínima (1-0) y a domicilio, al menos en el continente, está dando muestras de su potencial, ya que no sufrió ninguna derrota en la fase de grupos, para convertirse en líder, y con solo tres goles encajados en seis encuentros. Para el Sevilla será por tanto un exigente examen, teniendo en cuenta que la vuelta en la capital inglesa se presume aún más complicada, aunque pudiera recuperar a algunos de sus importantes efectivos ahora ausentes. En cualquier caso, en el Pizjuán no faltarán en el ataque Ocampos y En-Nesyri, para intentar doblegar la resistencia de un West Ham muy fiable que amenaza la hegemonía sevillista, aunque Lopetegui también recuerda que a ilusión nadie puede ganar a su equipo.
Nueva lección táctica y de madurez del Sevilla, que pese a estar lastrado por las lesiones supo contrarrestar a un rival que lucha por ingresar en el selecto grupo de los seis grandes de la Premier e imponerse gracias a una magnífica acción de estrategia ejecutada por Acuña y definida por Munir, el suplente que nunca se queja y siempre cumple. No es muy vistoso el equipo hispalense pero siempre compite bien porque encaja pocos goles, maneja bien los tiempos de los partidos y está muy bien trabajado en todos los aspectos por un entrenador 'top' como Julen Lopetegui. Sufrirá seguramente en el Olímpico de Londres para hacer buena su exigua ventaja, pero se debe confiar en el segundo clasificado de la Liga y en el rey de la segunda competición continental, con seis títulos en sus vitrinas. De momento, ante el West Ham dio un paso más para cumplir el sueño de estar el 18 de mayo en la final del Sánchez Pizjuán.
Más problemas para Lopetegui en los prolegómenos del choque. A la conocida plaga de bajas, entre ellas figuras determinantes en su entramado defensivo como Diego Carlos y Fernando, se unió la indisposición de Rakitic en el calentamiento. Ante la falta de centrocampistas, el técnico guipuzcoano tuvo que recurrir Munir y cambiar incluso el sistema. De su habitual 4-4-2 a un 4-2-3-1, con En-Nesyri solo en punta y Corona, Munir y Ocampos percutiendo desde atrás. Ante un rival rocoso, según Lopetegui el más difícil que podría corresponderle en suerte al Sevilla en el bombo de octavos, el equipo hispalense se lo tomó con calma. Jugaba en casa, pero solo era el primer asalto y lo fundamental era no cometer errores que pusieran en riesgo la eliminatoria.
Premisas claras en el Sevilla. Paciencia, ralentizar el juego, evitar a toda costa los contragolpes del adversario y no hacer faltas innecesarias. Precisamente en una acción de estrategia pudo marcar Vlasic, de cabeza, pero remató a las manos de Bono. Minutos después, el portero marroquí se lució para desviar un tiro raso del propio delantero croata, hermano de la gran Blanka Vlasic, campeona mundial de salto de altura. Más allá de esos sustos y de alguna acometida del anglojamaicano Michail Antonio, un portento físico que recuerda al barcelonista Adama Traoré, el Sevilla maniató a su adversario en el primer acto. Sin embargo, le faltó más empuje en ataque para inquietar a Areola. Intentaron percutir Acuña y Navas desde los costados, pero muy poquito más.
Sevilla
Bono, Navas, Gudelj, Koundé, Acuña, Jordán, Óliver Torres, Corona (Augustinsson, min. 88), Munir (Martial, min. 75), Ocampos y En-Nesyri (Rafa Mir, min. 90+1).
1
-
0
West Ham
Areola, Johnson, Dawson, Zouma, Cresswell, Soucek, Rice, Lanzini (Noble, min. 83), Fornals (Massuaku, min. 90+3), Vlasic (Benrahma, min. 67) y Antonio.
Gol: 1-0: min. 60, Munir.
Árbitro: Sandro Schärer (Suiza). Mostró amarilla a Zouma, Lanzini, Rice y Ocampos, que se pierde la vuelta.
Incidencias: Partido de ida de octavos de final de la Liga Europa. Presencia de casi 3.000 hinchas británicos en el Sánchez Pizjuán.
Se reanudó el choque con una ocasión de los ingleses, pero Bono desvió al tiro durísimo del checo Soucek. El Sevilla no se descompuso, maniató a Declan Rice, la figura por la que pasa todo el juego de los londinenses, y siguió esperando su momento, que llegó en una jugada a balón parado. Acuña sorprendió en un saque de falta lateral y Munir acertó a bote pronto, con su pierna menos buena. Siempre que sale aporta el delantero de origen marroquí. Tras el gol, el Sevilla olió sangre y disfrutó de sus mejores minutos. Intensificó su dominio y rozó el segndo por mediación de Tecatito, Óliver Torres y Ocampos. Y si había que replegar, para eso estaba Navas, un jabato. El incombustible lateral corrió como un chaval, paró, templó y hasta se tiró con todo para abortar un disparo a bocajarro del argentino Lanzini. Soberbio.
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