Llorente calcula su nostalgia ante el Athletic

Llorente olvidó así la ojeriza sufrida desde muchos sectores de la afición vizcaína, que asistieron hace tres cursos al tira y afloja de su delantero fetiche con la directiva de un club que en pocos meses pasaba de encadenar finales a coquetear con el descenso liguero. Al cerrar la temporada 2011-12 con derrota en sendas finales de Europa League (3-0 ante el Atlético de Madrid) y Copa del Rey (0-3 ante el Barcelona), pocos se imaginaban el vendaval de impertinencias personales e infortunios deportivos que, a la larga, significarían menos protagonismo para el futbolista criado en Rincón de Soto (La Rioja). Apenas cuatro goles en 26 partidos de Liga, ninguno en dos de Copa y solo uno en ocho de Europa League, discreto bagaje que parecía el de un recién llegado y no el de la estrella del equipo.

Desde su debut con el primer equipo bilbaíno el 16 de enero de 2005, de la mano de Ernesto Valverde y contra el Espanyol (1-1), en total fueron 333 partidos y 115 goles los que firmó Llorente vistiendo la camiseta del Athletic. Tras estar a las órdenes del Txingurri Valverde y de Javier Clemente, y antes de oír la incomprendida filosofía de Marcelo Bielsa, el ariete riojano empezó a brillar con Joaquín Caparrós como jefe del banquillo rojiblanco. «Lo tuve durante cuatro años. Solo puedo decir cosas buenas de Fernando Llorente, a nivel personal y a nivel profesional», comentó en una reciente entrevista el utrerano, que también entrenó varias temporadas al conjunto sevillista.

«Es un delantero contrastado y se ha hecho más completo en la Juventus. A nivel humano marca dentro del vestuario, seguro. Deportivamente sus condiciones son indiscutibles, todo el mundo lo conoce», añadió Caparrós, que estrechó relaciones con el delantero durante sus cuatro años compartidos en la entidad vasca. El técnico lo motivaba en privado y lo elogiaba en público, pero luego advertía en forma de rápidas sustituciones si se agotaba la paciencia.

Quería endurecer su carácter y así lo demostró en algún que otro stage de pretemporada, donde le prestaba especial atención con asiduas exclamaciones de ánimo del tipo «¡bien, Fernando, bien!». Aunque más importantes eran los mensajes en referencia a su estilo de joven canterano. «No hay que pedir permiso para chutar a gol. ¡Fernando, sueñe con los tres palos!», llegó a espetarle Caparrós una vez.

El futbolista admitió entonces el diagnóstico de su técnico, quien sacó jugo de la situación y se congratuló de que Llorente desechase en septiembre de 2007 una buena oferta para fichar por el Fulham inglés. Aquel contrato, nunca aceptado, era para cuatro años y superior en materia económica a lo que el riojano ganaba en el Athletic, y además con seis millones de euros del traspaso para las arcas rojiblancas. Pero el delantero remitió ese asunto directamente al club, cuya junta directiva coincidió con Caparrós en declararlo intransferible. La pedagogía recibida por Llorente desde su banquillo logró que al final explotase su talento, convirtiéndose en un referente para las nuevas generaciones de Lezama.

Aitor Ocio no cree en la "motivación extra"

Otro jugador que experimentó esa metodología de Caparrós fue el vitoriano Aitor Ocio, exdefensa entre otros de Athletic y Sevilla. «No creo que enfrentarse al Athletic suponga una motivación extra para Fernando. Cualquier jugador profesional, por el mero hecho de jugar un partido de competición, ya tiene una responsabilidad importante. Sí que puede ser especial, por enfrentarse a sus excompañeros y amigos, pero eso forma parte más de las anécdotas y conversaciones previas que luego para el partido, donde Fernando buscará lo mejor para su equipo de ahora que es el Sevilla», aseguró Ocio en declaraciones a Colpisa.

«Fernando es un gran fichaje y una gran apuesta para el Sevilla, que a su vez es un club que ahora genera muchas expectativas, con ambiciones y miras altas. Como delantero centro, a él lo que le avalan son los goles y parece que al Sevilla le hacían falta. Pero no es que tenga una presión mayor o menor de la que podía sufrir en el Athletic. Esto le hacía ilusión, le apetecía esta posibilidad de regresar a la Liga española y ahí la última palabra siempre la tiene el jugador», agregó el exdefensa sobre lo acertado o fallido de elegir el Sánchez-Pizjuán como siguiente parada en la carrera de Llorente.

Además, Ocio se mostró confiado en las opciones del ariete riojano para volver a ser pieza clave en la Roja. «Puede volver pronto a la selección. Como ya dije, los delanteros viven de los goles; muchas veces el estado de ánimo y la confianza pueden incidir, pero el potencial y las cualidades de Fernando están fuera de toda duda y seguro que tiene margen para volver a dar ese nivel tan alto», concluyó respecto a las internacionalidades de Llorente, quien no goza de protagonismo en el equipo nacional desde verano de 2013 e incluso no fue convocado para el Mundial de Brasil 2014.