Reaparición mágica de Vietto en Montilivi

A pesar de que la victoria del miércoles del Sevilla contra el Real Madrid ha dejado al equipo catalán sin opciones de entrar en la Europa League, los de Pablo Machín, que tan solo han podido sumar cinco de los últimos veinticuatro puntos en juego, intentarán despedirse de su afición con una victoria.

De conseguir los tres puntos, el cuadro rojiblanco se asegurará quedar por encima del Espanyol, acabando como el segundo mejor club catalán del curso, y se acercará un poco más al objetivo de cerrar la temporada entre los diez primeros clasificados de Primera División.

Con todo, ni el encuentro de la primera vuelta (2-1 en Mestalla, con goles de Portu para el Girona y de Jonás Ramalho en propia puerta y Daniel Parejo, de penalti, para el Valencia) ni la mala dinámica en Montilivi auguran un encuentro fácil para el cuadro gerundense.

La única baja que tiene Pablo Machín es la de Portu, sancionado por acumulación de cartulinas amarillas. Además, el hecho de que sea un partido relativamente intrascendente puede hacer que el técnico soriano se plantee dar minutos a los jugadores menos habituales.

Uno de esos futbolistas podría ser el capitán del equipo, Eloi Amagat, que este sábado jugará su último partido en Montilivi con la elástica rojiblanca.

El Valencia visita al Girona con los deberes hechos, clasificado desde la pasada jornada para la Liga de Campeones y con la remota posibilidad de arrebatar al Real Madrid la tercera plaza, aunque para lograrlo necesita ganar en Montivili, repetir victoria ante el Deportivo de La Coruña en la última jornada y que el Real Madrid pierda sus dos partidos.

El conjunto valencianista afronta este encuentro tras haber disputado el pasado miércoles un amistoso en Riad (Arabia Saudí) para el que tuvo que afrontar un largo desplazamiento y que finalmente sólo duró sesenta minutos por una tormenta de arena y que ha dejado sin viajar a Girona a Garay, Kondogbia y Pereira.

El cansancio de ese viaje y el hecho de tener ya conseguido un puesto en la Liga de Campeones hará que en estos dos partidos que restan Marcelino García Toral introduzca varias caras nuevas respecto al que viene siendo su once titular habitual.

En este sentido se espera que Jaume Doménech pueda ser titular en uno de los dos partidos que quedan y que en la zaga Lato pueda tener minutos en el lateral izquierdo y Murillo y Vezo en el centro de la defensa.

También jugadores como Maksimovic podrían disfrutar de la titularidad en alguno de estos dos próximos encuentros y probablemente jugará junto a Carlos Soler dadas las ausencias de Kondogbia y Parejo, este último sancionado.

En la misma situación que Kondogbia se encuentran Garay y Andreas Pereira, que tampoco viajan a Girona, a donde Marcelino desplaza dieciocho jugadores con la presencia del canterano Gonzalo Villar y la del muy poco habitual Nacho Vidal.

Un solitario tanto del argentino Luciano Vietto en el minuto 61 decidió el encuentro de este sábado entre el Girona y el Valencia, disputado en un Estadi Municipal de Montilivi que se despidió del fútbol de Primera división para esta temporada histórica, la primera del club en la élite del fútbol español.

Con la intención de aprovechar la visita de un rival de prestigio que la próxima campaña competirá en la Champions League para tratar de recuperar su mejor versión, los luchadores futbolistas de Pablo Machín, espoleados por la afición que ha sido condecorada como la mejor del curso de la máxima categoría del balompié español, saltaron al césped decididos a llevar la iniciativa del choque.

Lo consiguieron en los primeros compases del duelo, hasta que el Valencia comenzó a entrar en el encuentro de la mano de Gonçalo Guedes, Carlos Soler y del joven Ferrán Torres, el más activo de los futbolistas de Marcelino García Toral, y los dos conjuntos empezaron a alternarse en la posesión del esférico y en las llegadas al área rival.

Con todo, la apariencia intrascendente del partido para dos equipos que esta temporada han superado de largo sus objetivos iniciales, hasta el punto de que en las últimas jornadas han podido permitirse el lujo de acumular varias jornadas sin conocer la victoria, provocó que el duelo no destacara por su intensidad.

La ocasión más clara de la primera mitad llegó en el minuto 37, cuando ni el habilidoso Borja García ni Cristhian Stuani, el pichichi del conjunto rojiblanco, pudieron superar a Jaume Domènech a pesar de tenerlo todo a favor. Unos minutos antes, Carlos Soler, con un disparo desde dentro del área, y Ferrán Torres, con un chut lejano y una internada peligrosa a los dominios de Bono, habían inquietado al Girona.

El único tanto del encuentro llegó cuando se cumplía una hora de juego. Después de que Carlos Soler y Gonçalo Guedes avisaran al arquero marroquí con dos chuts desde fuera del área, Luciano Vietto culminó una rápida conducción individual desde el centro del campo con un excelente disparo desde la frontal para hacer subir el 0-1 al electrónico de Montilivi.

A pesar del revés recibido, los pupilos de Pablo Machín, que tan solo han sumado cinco de los últimos 27 puntos en juego y que enlazaron su quinto partido consecutivo sin conocer la victoria como locales, se sobrepusieron rápidamente y obligaron a Jaume Domènech a hacer dos intervenciones de mérito para evitar que Cristhian Stuani y Juanpe volvieran a equilibrar el marcador.

Michael Olunga, al rematar una falta al palo izquierdo del arco ché con un potente cabezazo en el minuto 77, dispuso de la ocasión más clara del segundo tiempo para el Girona.

Mientras el Girona persistía en su empeño para evitar la derrota, la hinchada local no dejó de animar ni un instante a sus admirados futbolistas, los mismos que hace un año consiguieron el histórico ascenso a Primera división y que esta temporada les han hecho soñar con clasificarse para la Europa League hasta las últimas jornadas.

El momento culminante de la noche llegó en el minuto 80, cuando Eloi Amagat, el capitán gerundense, entró al campo en sustitución de Borja García para jugar sus últimos minutos con la elástica del Girona en Montilivi. El '10' rojiblanco, que antes del encuentro fue homenajeado por sus compañeros con una camiseta con la inscripción «Gracias por todo, eterno capitán», abandona la entidad convertido en un símbolo eterno para la afición, en un icono que ilustra el crecimiento de un club que hace quince años vagaba por Tercera división y que ahora se codea con los grandes.