Griezmann lidera la exhibición del Atlético en Zorrilla

Cuatro días después de endosarle un set en blanco al Sparta de Praga, el Atlético asestó un golpe seguramente definitivo al proyecto del uruguayo Paulo Pezzolano en Pucela y demostró que está dispuesto a pelearles la Liga al Barça y al Real Madrid. Es cierto que el ambiente en el José Zorilla es de guerra civil entre la afición y el club castellano, pero el equipo de Simeone se ha transformado desde que rozó el ridículo en el Benito Villamarín y ahora sí ejerce con la grandeza que se debe exigir por plantilla, presupuesto y afición. Al argentinizado equipo madrileño hay optimistas que ya le definen como el 'Asadito mecánico'. El Cholo, por su puesto, no quiere ni oírlo.

El Atlético suma ya siete victorias seguidas, se despliega con otro dibujo, un 4-4-2 que por momentos se transforma en un 4-3-3, juega a un ritmo altísimo y es contundente. Su exhibición fue tal que la desencantada hinchada local aplaudió el golazo de Griezmann en el inicio de la segunda parte y ovacionó al astro francés al ser sustituido con el pleito ya resuelto. Este Atlético sí es el que se esperaba tras sus fichajes estivales, lo que unido al bajón de los azulgranas le ha permitido recortarle ocho puntos al líder y situarse a solo dos.

Tras unos compases iniciales titubeantes, con un par de errores groseros en la salida de Giménez y un despeje fallido en propia área de Rodrigo de Paul, el Atlético enseguida olió la sangre en Zorrilla y se fue en busca de un rival agonizante. Tiene muy poquito a lo que agarrarse el Valladolid, quizá solo Raúl Moro, pero debe ser muy difícil comenzar la batalla ante un grande en casa y con tu público en contra. Sí, porque la cita del sábado noche empezó y continuó marcada por los gritos de '¡Directiva, dimisión!' y '¡Ronaldo, go home!' Para colmo de males en los locales, muy pronto se lesionó el belga Amallah, que dejó el sitio al croata Juric.

Los colchoneros se imponían en todas las facetas, táctica, técnica y físicamente. Y sobre todo tenían más ambición, más fe, más confianza en sí mismos. Sentenciaron con tres goles en el primer acto y pudieron ser dos más porque a Giuliano le anularon uno por una rodilla y a Giménez otro por un fuera de juego previo de media bota. El hijo del Cholo no es un dechado de virtudes, pero suple cierta falta de calidad con una intensidad que contagia. Como si actuase en nombre del padre, todo lo corre, todo lo lucha, y aparece por cualquier zona del campo. Un incordio permanente para sus rivales.

Dos mundos

Le costó un poquito al Atlético descerrajar a los albivioletas, pero en cuanto lo hizo dio la sensación de que podía marcar cuantos goles quisiera. El primero llegó tras una accion de estrategia fatal defendida que acabó con un pase tenso de Llorente entre la defensa y el portero, que remató a placer Lenglet. El central francés se estreno así como artillero rojiblanco. Lejos de dar su clásico pasito atrás, el Atlético fue a noquear a un adversario grogui.

El gol anulado a Giuliano preludió el segundo. El Cholito percutió con la fe de la que carece su defensor, Hein rechazó el disparo de Griezmann y Julián Álvarez remachó a placer. Diez goles ya de la Araña, cinco de ellos en Liga. A renglón seguido, enorme combinación visitante, pase atrás de Javi Galán, Griezmann que deja pasar y De Paul no perdona en el 'putt gol' con el interior. Aún anotó Giménez en la prolongación con la testa, pero la acción quedó invalidada desde la sala VOR.

Se reanudó el duelo, ya un mero trámite, con algunos cambios. Significativo que Pezzolano retirase incluso a Raúl Moro, su mejor hombre. Por si quedaba alguna duda, Griezmann puso el cuarto. Fue una pared extraordinaria con Julián que el galo culminó tras un especie de control orientado de tacón y una definición picando con la zurda sobre la salida del portero estonio. Uno de los goles del campeonato. Entraron del tirón Koke, que ha pasado de ser actor principal a secundario, Correa y el goleador Sorloth, y un poco más tarde Lino, pero la cita ya se jugaba casi a beneficio de inventario en el escenario donde el Atlético levantó su última Liga en mayo de 2021 y, debido al Covid, la celebró con su gente en el aparcamiento.

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