Tras el parón, un nuevo Dembélé

El parón de selecciones tuvo un nombre propio en el Barcelona: Ousmane Dembélé. Sus continúas faltas de profesionalidad -ausencias en entrenamientos, retrasos, poca actitud en el campo...- pusieron al francés en una situación muy complicada dentro del equipo. De hecho, comenzó a especularse con una posible salida del conjunto blaugrana el próximo verano, con supuestas amenazas por parte del club, dejándole claro que sólo un cambio de actitud le permitiría seguir jugando como culé. Y ese cambio de dinámica en el francés, al menos esta semana, parece haber llegado.

Dembélé pasó de no presentarse a entrenar una mañana la semana previa al parón de selecciones a llegar con quince minutos de adelanto a los entrenamientos posteriores a las fechas FIFA. Esa primera declaración de buenas intenciones le sirvió para que Ernesto Valverde le premiase, al contrario que en el partido contra el Betis, con estar en la convocatoria para el encuentro frente al Atlético de Madrid.

Pese a que con las bajas se llegó a especular con que el francés podía ser titular, Valverde echó el freno y prefirió dejar a Dembélé en el banquillo, quizá por miedo a que su actitud no fuese la indicada para un partido tan duro como el del Wanda Metropolitano. Sin embargo, fue salir al campo con el equipo por detrás en el marcador para que el francés demostrase estar preparado para un escenario así.

Desde que saltó al césped se echó al equipo a la espalda, protagonizando varias arrancadas y demostrando que había salido dispuesto a dar vida a su equipo. Finalmente, un pase de Leo Messi le valió para empatar el encuentro. Lo celebró con ganas. Dembélé tocó fondo antes del parón y parece que ha vuelto de Francia con otra actitud. Una actitud que puede hacer que el Barcelona vuelva a contar con un jugador del que se espera mucho.