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Los jugadores del Laredo celebran uno de los goles que les permitieron repetir el título de campeón de Liga. ::
El Charles repite título

El Charles repite título

El Laredo, que venció al Cayón, se benefició del empate de la Gimnástica

víctor revuelta

Lunes, 16 de mayo 2016, 12:06

«Este campeonato sabe a gloria. Era impensable en enero cuando estábamos a tantos puntos de distancia, pero al final lo hemos conseguido». Con estas palabras resumió David Moral, portero del Laredo, el sentir de todos sus compañeros tras lograr el título de Liga por segundo año consecutivo en una jornada repleta de nervios. El cuadro pejino logró la hazaña de superar al temible Cayón en Sarón y se benefició del empate de la Gimnástica en Selaya. El choque del Fernando Astobiza fue muy cómodo para el Laredo. Los de José Gómez buscarán de nuevo el ansiado ascenso por el camino más corto, tras un final de temporada excelente en juego y resultados.

La palabra creer se ha puesto de moda en el fútbol. El Laredo lo llevó a rajatabla y lo hizo posible. El milagroso empate del Selaya ante la poderosa Gimnástica desató la euforia entre la marea rojilla , que inundó no solo las gradas del campo del Cayón, sino también, en menor medida, las del mítico Castañal. El choque de Sarón no tuvo mucha historia. La puesta en escena del Laredo fue portentosa. Apretó las clavijas desde el inicio y fruto de esa enorme intensidad y dominio del juego, sentenció pronto.

A la media hora, el Charles ya pensaba en lo que sucedía muy cerca de allí, en Selaya. Dos tantos casi idénticos de Diego Rozas ponían presión en una Gimnástica que no podía fallar. En el primero, el atacante pejino aprovechó un rechace de Rubén para marcar y en el segundo actuó de lo que es, un auténtico killer, para remachar sobre la línea un disparo de Bubu contra el travesaño. A pesar de los goles visitantes, las noticias que llegaban de Selaya no eran alentadoras. Dorronsoro ponía a los del Besaya por delante. Un jarro de agua fría que no hizo desfallecer a la fiel y exigente hinchada pejina.

Pulsaciones inversas

El Cayón, por su parte, compitió pero en este tipo de partidos el equipo que necesita los puntos suele conseguirlos. El Laredo dominó de principio a fin en la primera parte. Movió el balón con destreza y sin crear excesivas ocasiones, manejó con evidente superioridad el tono del partido. A escasos minutos del descanso, una explosión de ilusión descargó sobre el césped y las gradas del campo de Sarón. El Selaya igualaba el encuentro y alimentaba las opciones del Laredo a falta de una segunda parte que se iba a hacer eterna para los intereses rojillos.

Las pulsaciones fueron inversas en el segundo acto. Los corazones de los jugadores y seguidores del Laredo latían sin parar, ya que el liderato estaba en manos ajenas. Sin embargo, todo era tranquilidad y calma sobre el césped de Sarón. El vigor del Laredo bajó en un segundo tiempo donde apenas pasó nada. Lo realmente importante ocurría a escasos kilómetros de distancia. Con el pitido final de El Castañal, la euforia se desató entre los componentes de un Laredo, al que el fútbol le vuelve a brindar una nueva oportunidad de dar el salto a Segunda B y de paso, acabar con los fantasmas del pasado.

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