El Laredo busca una victoria que le devuelva a Segunda B

El Laredo necesita un 2-0 para neutralizar la renta vasca y superar una eliminatoria que, en su condición de campeón de grupo, le daría el ascenso directo a la categoría de bronce. En caso contrario los de José Gómez no habrán perdido todas sus posibilidades, porque de quedar eliminados se reengancharían a la otra fase de ascenso, la de los segundos, terceros y cuartos clasificados.

Sin embargo, el plan de hoy pasa por buscar el ascenso directo.Tras un mal arranque enZamudio en el que los pejinos llegaron a encontrarse con un 3-0 en contra, el tanto marcado en la recta final del partido permite afrontar con esperanzas la eliminatoria.

Sin embargo, el peligro del Zamudio a domicilio es evidente. Los vizcaínos tienen buenos números como visitantes y solo se han quedado sin marcar en dos ocasiones: en Zalla y Santurce; un mal dato para un Laredo que necesita de forma imperiosa no encajar para consumar el objetivo.

José Gómez y toda su plantilla tratan de transmitir el convencimiento de que la remontada es posible. Consideran injusto el resultado del partido de ida, en el que la protestada expulsión de Manu giró de forma brusca el devenir de los acontecimientos. De hecho, el jugador laredano será de la partida esta tarde ante el Zamudio tras retirarle el Comité de Competición una de las tarjetas amarillas y, por lo tanto, la sanción que debía haber cumplido tras verse obligado a abandonar el terreno de juego antes de tiempo.

Una sola baja

Así, la única baja en el bando local será la de Espino, lesionado de larga duración. El resto de la plantilla ha completado sin problemas los entrenamientos de la semana y estará disposición de José Gómez para la decisiva cita de esta tarde.

El que no estará en el feudo rojillo es Abásolo. El atacante del Zamudio fue expulsado en los últimos compases del choque de ida y será una baja de gran calado para los de Ibon Etxebarrieta. El técnico visitante confiará así su suerte al olfato realizador de Obieta y al desequilibrio de sus veloces bandas.

Más ingredientes no puede haber en la coctelera de la villa de Laredo. Ahora solo falta que la mayor experiencia y el enorme entusiasmo de los jugadores locales hagan posible una tarde de mayo el sueño de un pueblo que lleva ya 26 años en la lista de espera de Segunda B. Demasiados.