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MARTA CEBALLOS
Domingo, 9 de abril 2017, 09:49
La vida se plantea mucho más sencilla cuando las cosas se ponen de cara y la suerte le sonríe a uno. En el fútbol, a su imagen y semejanza, ocurre exactamente lo mismo y el Escobedo es, a día de hoy, un ejemplo de ello. ... Los de Josu Pando no tenían unas semanas especialmente fáciles en lo que a compromisos se refiere. En estas dos últimas se enfrentaron a Racing B, a quienes vencieron por tres goles a uno; y ayer, a la Gimnástica, afianzado líder y con quien empataron a cero. Lidiar con los equipos de la zona alta de la tabla no es pecata minuta y hacerlo con estos resultados menos aún.
Los camargueses llegaban con un ánimo fuerte a la contienda pese al tamaño del rival. Pando lo tenía bien claro desde el minuto uno y por eso pedía a sus pupilos más intensidad de la habitual. El juego de los de Chiri, en cambio, era mucho más tranquilo, sin estar marcado por las prisas y con el objetivo en mente de mantener la pelota el mayor tiempo posible. La primera parte fue así, un tópico: juego en el centro del campo, pocas llegadas con peligro a las áreas rivales y sin apenas ocasiones de gol. Una clara tuvo el Escobedo. Héctor llegó por la banda izquierda hasta el pico del área rival y regateó a Héctor Alonso, que no pudo hacer más que quedarse momificado ante tal recorte. Sin embargo, a pesar de ser perfecto, al pastel le faltó la guinda y el uno a cero no logró subir al marcador.
Entonces empezaron los de Chiri a asomar la cabeza por el área de Manu. Briz pudo adelantar a los torrelaveguenses, pero se vio abordado por la defensa de los de Camargo. Las oportunidades empezaban a caer del lado de los visitantes con robos en el centro del campo, córners a favor, faltas. Pero faltó el acierto de cara a la portería local. Lo que no se echó de menos fueron las protestas por las decisiones del colegiado Grande Conde. Primero por una falta sobre Nando que no señaló y, en la misma jugada, por pitar una a favor de la Gimnástica a quienes precisamente les llegó el turno más tarde. Los blanquiazules recriminaron un penalti por una presunta mano dentro del área de los camargueses.
Y de las protestas, a los aplausos. Vitali se ganó la ovación del público tras una carrera por la banda izquierda hasta el área rival, mientras dos defensas de los de Chiri le rodeaban. Y tras él, Germán, que dejó atrás a Luis Alberto con un autopase impecable.
El empate a cero puede saber igual de bien que una victoria si se tiene en cuenta el rival. Una Gimnástica que es líder en solitario y que tan solo ha perdido cuatro partidos y empatado otros tantos. De hecho, la afición de los camargueses se fue contenta con el resultado.
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