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Aser Falagán
Santander
Miércoles, 10 de febrero 2021, 10:35
Muchos años en Madrid no borraron su estela cántabra. Ni su ascendencia en su tierra, donde entre otras cosas un pabellón con su nombre le ... homenajea en el barrio Covadonga; en su ciudad natal. Enrique Pérez Díaz (Torrelavega, 28 de diciembre de 1938-Madrid, 10 de febrero de 2021), murió en la madrugada del martes al miércoles en Madrid. Un desenlace doloroso pero esperado. Llevaba varios años luchando contra una insuficiencia cardiovascular y a los 82 años su cuerpo no pudo más. Así, en plena madrugada, terminó la vida de Pachín en el Hospital de Sanchinarro, donde estaba ingresado. Pero no su recuerdo ni su historia; la de uno de los grandes del fútbol cántabro y una de las referencias de su generación. La de otros tiempos y otro fútbol. La de otros éxitos. Su familia fue la primera en informar. Después el Real Madrid, como procede. La noticia se extendió rápidamente por Madrid. Más aún por Cantabria.
Con Pachín se marcha uno de los exponentes del gran Real Madrid de los años sesenta, con el que ganó siete ligas y dos copas de Europa. Un equipo, el blanco, heredero del que ganó los primeros títulos continentales en los cincuenta y que siempre tuvo presencia cántabra. Aquel Real Madrid ye-ye, como le bautizaron, dominó en España y todavía ganó el título continental de 1966. Pachín había llegado algo antes; en concreto en 1959, a tiempo para ganar la última de las copas de Europa consecutivas de los merengues; y de ahí que sean dos las que adornan su palmarés. Lo hizo además en un equipo muy cántabro, con Gento, Aguilar y Miera en sus filas.
Antes de tocar la gloria con el Real Madrid, el joven Pachín se curtió en los campos cántabros de la época, en los que el césped combinaba a partes iguales con el barro según la época y el lugar. Fue allí donde empezó a fraguarse un defensa moderno para la época, quizá el primer zaguero polivalente que tuvo el fútbol de élite español, capaz de adaptarse a cualquier posición de la retaguardia. Concretamente en el Besaya de Quinín Herrera, donde comenzó a chutar el balón mientras aprendía el oficio de ebanista para pasar después al Vincitor y llegar al Sniace en 1955. Allí fue donde el joven defensa comenzó a destacar realmente para formar parte de una selección cántabra en la que también militaban Nando Yosu, Vicente Miera, José Antonio Saro y los hermanos Julio y Antonio Gento e incorporarse a la Gimnástica ya arrancado el curso 56-57.
Pocos partidos como blanquiazul le bastaron para dar el salto al Burgos, de Segunda División, y de ahí al Osasuna de Primera. Claro que aquel fichaje tuvo polémica, porque provocó una suspensión federativa después de que el Celta también reclamara los derechos del jugador aduciendo que había firmado un contrato con el club gallego. Aun así pudo jugar con los navarros y destacar lo suficiente como para que el Real Madrid, nada menos que el vigente campeón de Europa, le incorporara a sus filas.
Allí se convirtió en un gran amigo de Alfredo diStefano, uno de los grandes artífices de que el torrelaveguense vistiera de blanco durante nueve temporadas a lo largo de las que ganó casi todo lo que se podía ganar en aquella época a nivel de clubes: siete ligas, dos copas de Europa, la Copa y la Intercontinental. Con el paso de los años fue perdiendo peso específico en el club blanco, lo que en absoluto pone en duda su categoría de histórico, y todavía tuvo tiempo para pasear su fútbol por otro equipo de élite. En la temporada 68-69 jugó en el Betis, también en Primera, para terminar su carrera en el Toluca santanderino, aquel mítico equipo en el que convivieron viejas glorias madridistas y jóvenes promesas del fútbol cántaro de la época. Sirvió aquella etapa como epílogo deportivo de uno de los futbolistas españoles más destacados de su época y ya un histórico del fútbol cántabro ocho veces internacional absoluto.
Posteriormente desarrolló su carrera como entrenador en las categorías inferiores del Real Madrid, Getafe, Osasuna, Ceuta, Valladolid, Albacete, Hércules, Levante (en dos ocasiones) y Granada. Una trayectoria en el fútbol profesional que finalizó en la temporada 89-90, cuando se hizo cargo del Pegaso de Segunda División B.
Paralelamente desarrolló una trayectoria laboral con negocios de zapaterías, en los que se centró con más intensidad cuando abandonó los banquillos con poco más de cincuenta años para establecerse ya de forma definitiva en Madrid.
«El Real Madrid CF, su presidente y su Junta Directiva lamentan profundamente el fallecimiento de Enrique Pérez 'Pachín', una de las grandes leyendas que vistió la camiseta de nuestro club, entre 1959 y 1968. El Real Madrid quiere expresar sus condolencias y su cariño y afecto a su esposa Mercedes, a sus hijas Cristina y Mercedes, a sus nietos Javier y Cristina y a todos sus familiares y seres queridos. Durante sus nueve temporadas en el Real Madrid jugó 218 partidos y ganó dos Copas de Europa, una Copa Intercontinental, siete Ligas y una Copa de España. Fue internacional con la selección española. Pachín ha fallecido a los 82 años de edad. El Real Madrid, club al que estuvo vinculado durante toda su vida, hace extensivas sus condolencias a todo el madridismo».
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