'Enemigos' de antes

Los dos tienen alguna coincidencia en la que quizás ni tan siquiera han reparado. Walid Regragui fichó por el Racing como jugador y una inoportuna y grave lesión de tobillo le dejó en el dique seco media temporada. Aún así se recuperó y al curso siguiente, con Nando Yosu, primero, y Manolo Preciado, después, jugó aunque no todo lo que quiso. El marroquí siempre formó de lateral derecho y en su último ejercicio con el Racing el club le trajo como competidor por el puesto a Lionel Scaloni, que llegó procedente del mejor Deportivo de La Coruña de la historia y con quien había militado siete temporadas. Fue la primera vez que tuvieron que competir por algo el uno contra el otro, como si se tratase de un guiño del destino ¿Quién los iba a decir que se jugarían un pase a una Copa del Mundo?

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«Ya se le veía que le interesaba la táctica», recuerda José Moratón, uno de los capitanes de aquel equipo en el que aterrizó el argentino y del que jamás olvidará «la potente personalidad que tenía y la ambición y competitividad» que transmitía el hoy líder de Argentina. Mora también tuvo la oportunidad de compartir vestuario con Regragui, del que destaca la «seriedad y compromiso con el que siempre trabajó». En aquel curso llegó de jefe de la plantilla Miguel Ángel Portugal. El míster burgalés dirigió con maestría y aplomo a aquel equipo y fue él quien reinventó al argentino colocándolo como interior diestro. «Era un jugador muy potente, comprometido y que aportaba mucho al equipo. Tenía experiencia y sabía manejarse muy bien en el campo», recuerda el entrenador. Esa temporada Scaloni convenció a Portugal más que Regragui, que preparó las maletas y terminó marchándose en el mercado de invierno sin participar un solo minuto. El marroquí tuvo mala suerte. «No puedo olvidar los gritos de dolor que dio cuando cayó lesionado en La Albericia. Me mareaba al mirar como le quedó el pie», señala Oriol Lozano, otro de los compañeros de ambos en aquellos años de vino y rosas del Racing.

En 2005, con apenas edad para conducir, dio el salto al primer equipo un imberbe Cristian Portilla. El canterano coincidió con los dos actuales seleccionadores que ahora pelean por un hueco en el olimpo futbolístico. «Regragui era un fenómeno. Muy cercano, muy atento y me ayudó mucho en aquellos inicios». Portilla destaca «la fuerza y calidad que tenía. Era un buen lateral que aportaba trabajo y ganas siempre». Precisamente esa cualidad era la que más atención suscitó en el joven racinguista. «Se acababa de lesionar y tenía un ánimo y un buen humor tremendo». También compartió con Scaloni sueños. «Su primer partido con el Racing fue en pretemporada ante el Naval y lo jugamos juntos los dos en el centro del campo. Tenía una gran personalidad y ambición».