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M. G. V. / EFE
Santander
Lunes, 2 de julio 2018, 08:00
«Bueno, ha sido una pena. De todas formas, no se puede especular con tanto 'tiki taka'. Si quieres jugar al fútbol sólo diez minutos y ganar lo tienes complicado». Nano de la Pinta expresaba, a su manera y a través del teléfono móvil, la decepción que a media tarde tenía todo un país entero. Porque España se iba del Mundial de Rusia en la ronda de octavos. Los anfitriones mandaban a los de Fernando Hierro de vacaciones anticipadas en el estadio Luzhniki en la siempre maldita y angustiosa tanda de penaltis. Pero si el corazón de millones de españoles se encogía delante de la tele, el de Nano de la Pinta lo hacía en un lugar de privilegio. Él estaba en esa grada, dando ánimos durante todo el partido, en la prórroga y en esa tanda de penaltis que significó el adiós de La Roja. El 'penal' que falló Iago Aspas significó la decepción en el principal motivo del viaje.
Nano de la Pinta es uno de los toreros de Torrelavega. O los toreros de Cantabria, como también se denominan y les ha llamado algún otro medio de comunicación. Es uno de los cinco hermanos De la Pinta -los otros son Julio, Álvaro, Miguel y Tino- que componen el grupo, junto a Pedro de Celis, Paco Loranzo y Michel Allende. Y desde la mañana, sus trajes de torero ya habían causado sensación en la capital rusa. Por la mañana, la Plaza Roja, el lugar más emblemático de Moscú, veía a los toreros de Cantabria ser las estrellas de un improvisado pasacalles que los aficionados españoles que iban a presenciar el encuentro ante los anfitriones protagonizaban cerca del mausoleo de Lenin.
«Ganamos 3-0 con goles de Diego Costa, Isco y Ramos», comentaba uno de los toreros de Cantabria a escasos metros del mausoleo que guarda el cuerpo embalsamado del fundador de la URSS.
Con trajes de luces y banderas españolas en todo lo alto, los integrantes de la peña cántabra lograron atraer toda la atención de aficionados y turistas congregados en las inmediaciones del Kremlin. «¡España es muy superior, juega tan fenomenal que a los equipos contrarios los vamos a torear!», cantaban a todo pulmón.
Por un momento, la torre del reloj (Spásskaya), los almacenes GUM y la iglesia de San Basilio dejaron de ser objetivo de los móviles, ya que los toreros no dejaban de cantar, mientras arrastraban un carrito musical que convirtió la zona en una auténtica romería. Sus trajes de matadores eran los que hacían echar humo del móvil de los moscovitas.
«¡Olé, olé, olé!», gritaban los rusos cuando los españoles cogieron el capote y dieron varios pases de toreo sobre el adoquinado de la legendaria plaza. «Parece que estamos en España. Y nuestros aficionados, ¿dónde están?», señalaba una moscovita. «Soñaremos por ti, lucharemos hasta el fin, y te haremos sentir, que La Roja juega y canta», coreaban los toreros de Cantabria junto al resto de la hinchada española. «El ambiente por las calles ha sido muy bueno. Nos han acogido muy bien y había mucha fiesta», resalta Nano de la Pinta.
La fiesta en la Plaza Roja precedía al gran partido. El espectacular estadio Luzhniki era el escenario perfecto para seguir soñando. Tocaban los 'selfies' de rigor en un recinto de relumbrón como el de la capital rusa. «El estadio a reventar con más de 80.000 espectadores, aproximadamente 3.000 españoles». Esta vez se estaba en franca minoría en la grada. Y tras los himnos, el partido. A los once minutos, Ignasevich ponía el resultado de cara para La Roja. Pero el penalti de Piqué lo equilibraba todo. Nano de la Pinta hacía de cronista improvisado al descanso. «Esos 3.000 españoles celebramos el primer gol con una victoria, pero España ha estado especulando con el resultado y al final nos han empatado con un penalti claro. Esperemos que en el segundo tiempo remontemos. Hay que ir a Sochi».
Pero el marcador no se movió. Llegó la prórroga, y esa tanda de penaltis en la que primero Koke y luego Iago Aspas fallaban sus penas máximas. A casa. «España tenía que haber ido a más. Luego, en los penaltis, la diferencia la marcan los porteros», resumía Nano. El camino como aficionados de la selección española en este Mundial de Rusia tocaba a su fin. Pero no su periplo como turistas. «Mañana -por hoy- y pasado hacemos visita turística a Moscú y llegaremos a Cantabria aproximadamente en una semana», afirmaba.
La Eurocopa de Portugal, en el año 2004, fue el campeonato en el que debutaron los toreros de Cantabria. Actualmente ocho, aunque a veces han sido alguno más y en otras, alguno menos. El viaje es siempre por carretera para que la kilometrada de turno sea también parte de la experiencia. Y cada componente del equipo tiene su labor. Paco y Pedro son los que se ocupan de la comida y logística, Míchel coordina el GPS y las rutas, y Tino, los hoteles y restaurantes. Julio es el que conduce. Y Nano el que se ocupa de fotos, vídeos y de la comunicación. De contarlo al mundo. Para la Eurocopa 2020 lo tendrán algo más complicado, ya que se repartirá por varios países. Y en 2022 no será por albero en su particular 'plaza' para torear. Catar será el lugar perfecto para sacarse el mal sabor de boca de los malditos penaltis de Moscú.
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