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Era el día para soñar. 'Y si...'. El partido más importante en la historia de una selección que se ha convertido, por derecho propio, en la revelación de este Mundial. Marruecos defendía el orgullo de todo un país y de todo un continente, África, que ... nunca había metido a un representante en las semifinales de un Mundial de fútbol. El reto pintaba mayúsculo. Enfrente, Francia. La vigente campeona del mundo. Si la colonia marroquí de Cantabria había vibrado con los partidos ante España y Portugal, en esta ocasión no iba a ser menos. Este miércoles, era el día para soñar en grande. Para culminar una gesta y clasificarse para la final de un Mundial.
El bar La Clave y el bar Venecio, ambos en Torrelavega, eran el punto de encuentro para los aficionados marroquíes. Antes del partido, los seguidores de los Leones del Atlas se mostraban optimistas, animados tras clasificarse primeros en su grupo y por sus victorias en octavos de final contra España y en cuartos frente a Portugal. «Sir, sir», («vamos, vamos») se escuchaba entre el centenar de marroquíes que acudió al bar La Clave y que dedicó un aplauso atronador de hermanamiento cuando las imágenes proyectaron la grada de Qatar en la que miles de compatriotas seguían el partido.
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Juanma Mallo
Pero la alegría duró poco. Demasiado poco. El francés Theo Hernández, con un remate acrobático, batía a Bono cuando apenas habían transcurrido cinco minutos de la semifinal en Qatar. Marruecos, que tan solo había encajado un gol en lo que iba de Mundial, veía cómo el reto ante los 'Bleus' se hacía todavía más gigante.
El marcador no era ni mucho menos definitivo, pero en el minuto 79 el sueño se acabó con el gol de Kolo Muani tras una gran jugada de Mbappé. El 2-0 certificaba el adiós de los Leones del Atlas al Mundial. «Estoy decepcionado porque no tengo la sensación de que los franceses hayan sido muy superiores a nosotros», estimaba Mokhtar, para agregar que «al menos hemos ganado a grandes equipos». E insistía que «creía realmente que podíamos ganar, pero nuestros jugadores han estado lentos y faltos de energía», afirmó resignado.
«Achraf Hakimi jugó bien, todos jugaron bien, pero Francia fue simplemente mejor esta noche», reconocía por su parte otro aficionado, Moad. «Antes de venir, quedamos en un lugar de Torrelavega para venir juntos, aunque ya habíamos comentado que iba a ser muy difícil», añadió. «Perdimos el partido, pero la vida tiene que seguir».
«Les hacía falta confianza. No estaban siendo agresivos. Se notaba que tenían alguna lesión varios jugadores», dijo Jamal El Mashrouhi, dueño del bar La Clave». Apenas de reojo disfrutaba del partido, porque no daba abasto solo para preparar los cafés que pedían los clientes. Ahora queda el partido del sábado ante Croacia, ese amargo duelo por el tercer y cuarto puesto tras un día, el de este miércoles, histórico para Marruecos y que terminó en una pequeña decepción. Los marroquíes que viven en Cantabria resumían con apenas tres palabras sus sentimientos. «Tristes, pero orgullosos». Porque el Mundial de Qatar se recordará, entre otras cosas, porque Marruecos hizo historia en el fútbol.
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