«Nunca olvidaré el gol ante el Turégano»

La cara de Dani reflejaba cansancio, alegría... No todos los días se clasifica uno para el cuadro final de la Copa del Rey. Y el móvil del chaval quedó abrasado por cientos de mensajes la noche del miércoles. Recuerda cada instante del tanto más importante de la historia del Velarde. Y lo hará para siempre. «Es un gol muy especial que jamás olvidaré. Lo he visto repetido muchas veces, la verdad, y es un grandísimo recuerdo».

Incera cumple su primera temporada en el equipo de Muriedas. Y no es un delantero de los que marcan una cantidad estratosférica de goles. Lo suyo es anotar pocos, pero determinantes. «Es curioso, desde luego. Marco en momentos muy importantes y lógicamente es un motivo de felicidad», señala con una sonrisa. «Estoy muy contento. Pienso que aficionados, cuerpo técnico, directivos y jugadores nos merecíamos un regalo así y para todo el Valle de Camargo es algo muy bonito poder recibir a un equipo de Primera. Ha sido muy sufrido y nos ha costado mucho, pero ya está conseguido y ahora toca disfrutarlo en la próxima eliminatoria», cuenta Incera.

El gol más trascendental en la historia del equipo camargués tiene su pequeña historia. El fuerte viento que pegaba durante todo el partido hizo que las opiniones se dividiesen entre los que pensaban que fue una jugada de estrategia y los que creían que el viento había ayudado a que el balón le llegase a Dani. Incera, entre más risas, es tajante. «Diga a los que creen que ha sido un 'churro' y que me ha salido de chiripa que no saben lo que han visto», señala el delantero. «No había muchas opciones de remate dentro del área y lo hice por abajo, pues si intento pegarle más fuerte se me podía ir alto. Chuté suave y me salió perfecto».

Al hacer ese gol histórico para el Velarde, Incera -que había entrado al campo en sustitución de Chus- salió corriendo hacia la esquina del campo para celebrarlo y sus compañeros se le echaron encima. «Para quince minutos que salgo a ver si ahora me lesionan los compañeros, porque se me echaron todos encima. Pero estaba muy feliz», rememora. «Es el recuerdo que voy a guardar. Me acordé mucho de mi padre, que es el que viene a verme desde pequeño y de mi novia, que estaba en la grada. Y en especial, de Rubén Rueda, tristemente fallecido el año pasado». Dani buscaba una cámara para tanta dedicatoria, pero no encontró ninguna. «Entonces me giré y se lo dediqué a la gente de Muriedas que estaba en la grada», señala divertido. En el siguiente partido de la Copa del Rey, «van a sobrar cámaras», apunta con más sonrisas.

Carlos Cruz es quien dirige -lleva a cargo del vestuario cinco temporadas- a Dani Incera y a sus otros 22 compañeros. La palabra que mejor define a la plantilla del Velarde es 'compromiso'. «Lo mejor que tengo es que los dos que se juegan el puesto son muy complementarios. En todas las líneas. Jugar en el once inicial está carísimo porque bajan todos a entrenar. Y el que no se lo merece, no juega. Es muy complicado hacer un once cuando están todos. En partidos como el de ayer es complicado hacer el equipo, quieren jugar todos», añade el míster con una voz afónica que delata la fiesta tras eliminar al Turégano. Un bendito problema para todos los entrenadores del mundo. Como en infinidad de equipos modestos, los entrenamientos son tarde -a las 20.30 horas los martes, miércoles y viernes, casi siempre compartiendo campo con otro de los conjuntos del club- para intentar que los horarios de todos cuadren. Ya que el que no estudia, trabaja. De todo hay en el Velarde. A sus 33 años, Jorge es el más 'viejo'. «El resto del equipo es una mezcla entre veteranía y juventud, algunos han pasado de juveniles hace dos años», apunta el técnico, que trabaja en Agua de Solares.

La clasificación para enfrentarse en la Copa del Rey a todo un Primera División «seguro que nos refuerza más el grupo. Hemos hecho un vestuario brutal. La mayoría de ellos lleva tres o cuatro años: Solano, Miki, Santi, Jorge, Saldaña, Chus, Pablo... Hemos buscado un perfil concreto. Jugadores jóvenes, dinámicos, que sean buenos compañeros... Y con nivel». Eso lo demuestra el hecho de que el Velarde es el líder de Preferente, empatado a puntos con el Bezana. Para el siguiente partido, Cruz no las tiene todas consigo. «Será complicado centrarles en el próximo partido de Liga, ante el Frajanas», estima.

Ese duelo en Liga será el domingo, a las 12.00 horas, en La Maruca. Pero el lunes... Vuelve el sueño de la Copa. Es el día del sorteo. Y todos los integrantes del club ya han quedado para verlo en el estadio. «El que no podrá estar será el entrenador, que tiene que trabajar. A mí me gustaría el Atlético...». José Pedrosa es el secretario del Velarde y al que le toca hacer de todo en un club humilde. Es otro de los que no puede estar más contento. «Siempre vienes con miedo a estos partidos, porque es a una sola carta y mira, al final hemos tenido suerte. Pero tenía el convencimiento de que íbamos a pasar». Además, Pedrosa, junto al entrenador del cuadro rojillo, se desplazó hasta la provincia de Burgos para ver el partido entre el Villarcayo y el Turégano. «Es el único partido que hemos visto de los posibles rivales y nos tocó». Acierto de pleno.

El éxito del Velarde viene refrendado -al igual que su antecesor en una como esta, el Solares- por una gestión de lo más seria. Nada de sueños a lo grande en lo económico, lo que hace que «estemos sin deudas, tranquilos», comenta Pedrosa. Ni siquiera cuando el cuadro de Muriedas ha estado en Tercera en las últimas campañas hubo esos deseos tan peligrosos para un club modesto de soñar a lo grande y empezar a hipotecarse. «No se nos subió a la cabeza», explica rotundo Pedrosa. «Aquí cobra todo el mundo y por igual». Por cobrar en un club de Preferente se entiende que todos los jugadores reciben «una ayuda para gastos de gasolina, que en estos tiempos está muy cara». Esa economía austera permite tener 22 equipos de base, más el absoluto y el de Segunda Regional, y aglutinar en torno al club a unas 400 personas.

Todas ellas, todo Camargo y todo el fútbol regional estarán pendientes el lunes de ese sorteo. Del nombre del equipo que vendrá a conocer La Maruca. Habrá que cumplir mil y un requisitos, aumentar el aforo del estadio -1.600 sentados y otros 100 de pie alrededor del campo-... Pero desde el club, con la ayuda del Ayuntamiento, no se duda que será allí. «Queremos hacer todo en Camargo. El partido no sale de La Maruca», añade rotundo Pedrosa. Un encuentro que ha servido para devolver la alegría al Velarde, tras unos tiempos demasiado duros con «la muerte -el año pasado- de Rubén Rueda, secretario e hijo del presidente, una persona muy vinculada al club», concluye Carlos Cruz. El Velarde ya tiene ante sí el mejor partido posible para dedicárselo. El más importante de su historia.