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Mario Blanco, del Escobedo, se retira. Roberto Ruiz
«Nunca me han regalado nada»
Mario Blanco

«Nunca me han regalado nada»

Después de treinta y siete años de fútbol, el ya exjugador del Escobedo cuelga las botas tras lograr el ascenso a Segunda RFEF

José Compostizo

Escobedo

Sábado, 1 de junio 2024, 08:02

El Escobedo dice adiós a uno de los futbolistas más importantes de su historia y del fútbol cántabro. Después de siete temporadas en el club, el capitán Mario Blanco (Santander, 1982) cuelga las botas. Cierra su trayectoria deportiva con un ascenso a Segunda RFEF tras 23 temporadas en activo y más de 700 partidos disputados como sénior.

–Es su primera entrevista como exfutbolista. ¿Se lo cree ya?

–Todavía no lo siento así, no me ha caducado la ficha aún, pero todo en esta vida tiene un principio y un final.

–¿Qué es lo que más echa de menos de ser futbolista en activo?

–Ahora mismo nada, porque aún no me ha dado tiempo. Seguramente será el vestuario, las bromas del día a día, los retos de la competición, el camino hasta el campo el día del partido… Todo.

–En su despedida, ¿esperaba recibir tanto cariño de compañeros, rivales, aficionados...?

–No me gusta meterme en líos. Siempre he querido llevarme bien con los compañeros, por eso no me sorprenden tantas muestras de cariño, sino todo lo contrario. Es algo muy gratificante para mí, porque pienso de dónde salí y dónde he llegado.

–Ha pasado muchos equipos, compañeros... ¿Alguno le ha marcado más que el resto?

–No podría decir uno solo. Me han marcado jugadores, técnicos y presidentes. Se me ocurre mi primer entrenador, Alejandro, por los años que pasé con él cuando era un niño. Me enseñó mucho de este deporte.

–Boan, Preciado, Viadero, Loza, Chiri, Manu Calleja… Tuvo entrenadores de mucho nivel.

–Sí, tuve la buena suerte de tener a técnicos muy importantes. Me gustaba mucho Manolo Preciado por la manera de tratar a la gente. Me marcó más Alberto Boan, porque era un hombre de la casa, él fue mi padre futbolístico. Con Viadero aprendí muchísimo. Me enseñó mucho a mí y al resto de canteranos del Racing.

–Viendo su carrera en perspectiva, ¿está contento con ella?

–Sí, a mi nivel no se sabe nunca dónde habría podido llegar si hubiera aceptado una oferta fuera, pero me conformo con lo que hecho en Cantabria. He intentado siempre trabajar y esforzarme al máximo. Así ha sido mi carrera. Muy poco a poco, de poner ladrillo a ladrillo, de trabajar.

–Le ha quedado una casa chula.

–Sí (ríe). Eso me hace sentir orgulloso porque he tenido que trabajar mucho. Nunca me han regalado nada. Me lo he currado y para mí tiene muchísimo valor.

–¿Recuerda algún partido en especial?

–Muchos. El primero cuando gané el campeonato de España de cadetes en Vigo con el Perines, la primera fase de ascenso con la Gimnástica y el de Azpeitia por lo que significó. También el del Sevilla en la Copa del Rey, porque nunca había jugado contra un Primera División. Y el encuentro contra el Sámano, que era el último y fue algo bonito.

–El próximo curso el Escobedo competirá en Segunda Federación. ¿Será un paso fugaz o podrá mantener la categoría?

– Somos un equipo humilde y esto lo tenemos que tener claro, pero estoy convencido de que los jugadores competirán. La Segunda RFEF tiene un nivel brutal, con estructuras profesionales y jugadores que se dedican exclusivamente al fútbol. Además, este curso se han hecho bien las cosas desde la dirección deportiva y al final todo se transmite. Y contamos con una gran afición para lograrlo.

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