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¿Qué pasa con Pablo Torre?

¿Qué pasa con Pablo Torre?

El cántabro, una de las grandes promesas del fútbol europeo, no está encontrando las oportunidades que buscaba en el Barça

Sábado, 25 de marzo 2023, 01:00

Cuando Pablo Torre llegó a Barcelona sabía que le iba a ser difícil jugar en el primer equipo. Y aceptaba, aunque no fuera su mejor escenario, hacerlo con el filial. Con lo que quizá no contara era con no jugar ni con uno ni con otro ni tener la opción de regresar al Racing o a cualquier otro equipo para ganar experiencia y presencia. Era uno de los escenarios posibles, pero no el mejor dada la confianza depositada en él, que ni el Barça ni su entrenador han perdido.

La llegada

El último gran valor de La Albericia se comprometió con el club azulgrana en marzo de 2022. Para entonces ya era el buque insignia de un Racing que buscaba el ascenso a Segunda División a quien habían seguido durante meses no solo los azulgranas, sino también el Real Madrid. De hecho, el interés blanco obligó al Fútbol Club Barcelona a actuar con celeridad para incorporar al de Soto de la Marina, acelerando una operación que en otro caso podía haber sido más a largo plazo.

Fue el propio Xavi Hernández quien se puso en contacto con la gran promesa del Racing y con su padre, Esteban Torre, para convencerles. Un proceso del que informaron además al Racing, con el que la relación siempre fue excelente. De hecho, Torre había rechazado anteriormente ofertas para incorporarse a las canteras de otros clubes y firmado su primer contrato profesional con una sola condición, un pacto entre caballeros por el que los verdiblancos no tratarían de retenerle si llegaba una oferta deportiva y económicamente interesante para su futuro, siempre que también dejara beneficio en el club.

Así ocurrió. Racing, FC Barcelona y el propio Pablo Torre llegaron a un acuerdo para su traspaso por cinco millones de euros y un incentivo: un millón más por cada diez partidos oficiales que dispute con el primer equipo durante los cuatro años de contrato. La cláusula de rescisión del futbolista era de diez millones, con lo que el Racing cumplía así su promesa y se reservaba al mismo tiempo un buen ingreso si el centrocampista eclosionaba.

Joan Laporta presentó a su nuevo futbolista el 15 de junio de 2022. Se le inscribió con ficha del Barça Atlètic, pero con dinámica de primer equipo, dejando abierta la posibilidad de que jugara en uno u otro. Nada extraño en un Barça que ya utilizó la misma estrategia con Pedri y Gavi, por citar dos ejemplos. El cántabro se incorporó a la pretemporada culé en Estados Unidos para que Xavi, el mismo que había avalado su fichaje, le siguiera de cerca.

El comienzo de la temporada oficial fue difícil- No es que no jugara, sino que ni siquiera entraba en las convocatorias y tampoco jugaba con el B. Un solo partido con el filial en esa primera fase.

A partir de noviembre pasó a ser más o menos habitual en las listas de 22 (aunque de alguna se cayó) y se reveló su verdadero estatus. Ficha del filial, entrenamientos con el primer equipo y más o menos habitual en las convocatorias, pero sin apenas minutos. En el principio de curso solo disputó un partido a las órdenes de Rafa Márquez el Barça Atètic. Lo habitual era que viajara con la primera plantilla, pero sin protagonismo. Aunque debutó en Liga, dispuso solo de unos minutos, y Xavi solo le alineó en Copa y en los partidos frente al modesto Viktoria Pilsen de Liga de Campeones. Llegó incluso a marcar, pero eso no le sirvió para tener más oportunidades. Pablo Torre formaba parte del grupo del primer equipo, con ficha del segundo y no jugaba ni con uno ni con otro.

El cambio que no lo fue

A principios de febrero la situación dio otro vuelco. Xavi Hernández decidió enviar al cántabro al filial para que tuviera minutos de competición. «Lleva varios partidos sin jugar, hemos estado hablando con él y necesita ritmo y partidos. Con su edad no puede estar tres o cuatro partidos parado sin competir, es bueno que juegue y así se lo hice saber cuando lo fichamos. Jugará con el filial para que disfrute y compita.Ese ritmo le hará estar preparado cuando suba al primer equipo si le necesitamos», dijo en aquel momento el de Terrassa.

En aquel momento había disputado un solo partido de Liga: trece minutos frente al Athletic. En Copa había sido titular frente al Intercity y el Ceuta, aunque en este segundo partido fue sustituido al descanso. A principio de curso también había tenido alguna oportunidad en Liga de Campeones: nueve minutos ante el Viktoria Plzen y ocho ante el Bayern antes de ser titular ante los checos en el que fue también su debut como goleador culé.

Tras el anuncio de Xavi, Torre, que siguió entrenando con el primer equipo, jugó un solo partido con el filial. El mismo 4 de febrero frente al Cornellá. Después, las lesiones de Busquets y de Pedri y la sanción de Gavi le devolvieron a la lista blaugrana de 22, pero de nuevo sin jugar. Solo catorce minutos contra el Almería el 26 de febrero. Antes, había estado más de un cuarto de hora calentando frente al Cádiz para volver a sentarse después en el banquillo y ver cómo el juvenil Alarcón entraba en un Barça que ni siquiera agotó las sustituciones.

La situación se tornó así extraña, como el hecho de que incluso cuando no ha entrado en la convocatoria del primer equipo tampoco haya sido llamado para el filial. Esa es una pregunta para Rafa Márquez, que solo le ha tenido a su disposición en dos ocasiones (ambas fue titular) ¿No se le permite convocarle o no tiene especial interés en hacerlo?

El resumen es que desde que Xavi anunció hace dos meses que su joven promesa iba a pasar al filial para tener minutos solo ha jugado un partido con el Barça Atlètic, frente al Cornellá. Y ni siquiera completó el aquel partido frente al Cornellá: fue sustituido en el minuto 81.

Las claves

Pablo Torre vive la paradoja de que el mismo entrenador que le propuso y convenció para jugar en el Barça no le alinea. Varias claves, además de aquellas que maneje el técnico, lo explican.

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    Llegada 'forzada'

El Barça entró en el mercado forzado. Seguía a Pablo Torre, pero el interés del Real Madrid, que también estaba interesado en el futbolista, le obligó a actuar para evitar que la joven promesa se marchara a Concha Espina. En otras circunstancias podía haber demorado más la operación; incluso dejarle seguir creciendo en Santander.

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    Las palancas

En el momento en que Xavi incorpora al cántabro, Joan Laporta no había activado sus palancas para dotar de efectivo al club. El Barça debía reforzarse con futbolistas libres o, por su edad, relativamente baratos no tanto en ficha (que también), sino en traspaso. Es el caso de Lewandowski (por veterano) y Pablo Torre (por joven). El proyecto a medio y largo plazo recomendaba incorporar cuanto antes al cántabro ante la imposibilidad de salir al mercado con la solvencia de años atrás. Esperar más significaba encarecer al futbolista o perderle.

Las palancas no significaron la llegada de nuevos futbolistas en el puesto de Pablo Torre, pero sí la continuidad de algunos que estaban en duda, caso de De Jong, y asumir la incorporación, ya anunciada, de Kessie.

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    Camino cerrado

Las circunstancias tampoco han jugado a favor. Si bien no tiene sitio en el once titular, las bajas en forma de lesión o sanción y la propia composición de la plantilla han llevado a que Xavi le haya tenido que convocar en infinidad de ocasiones para completar su lista de 22. Después no juega, pero tampoco puede quedar disponible para el filial, con el que solo ha actuado en dos ocasiones. Un dato es revelador: ha sido convocado en 17 partido de Liga, pero solo ha jugado dos como suplente.

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    El esquema

Ya sea por una interpretación preconcebida o porque haya cambiado su perspectiva al tenerle a sus órdenes, su entrenador no le ve en estos momentos como sustituto natural de sus ejes. «Es más un mediapunta, no tan centrocampista. Marca la diferencia cerca del área», decía Xavi hace apenas un mes. Y allí, en la delantera, tiene tanta o más competencia. Dicho de otro modo, le cuesta más buscarle encaje en el 4-3-3 del Barça (aunque el de Terrassa ha utilizado también otros dibujos) que en el 4-2-3-1 al que recurren muchos equipos.

Se demostró en ese breve ciclo en el que el Barcelona no tuvo a su disposición a Gavi, Pedri ni Busquets. Tampoco jugó entonces Pablo, que vio cómo le adelantaban Sergi Roberto y Ferrán Torres. Algo que su entrenador ve con naturalidad. De hecho, envió un mensaje a su futbolista en rueda de prensa para que aceptara su suplencia en estos primeros meses: «Hay mucha competencia y muchos que no juegan», respondía al respecto con naturalidad y poniendo el ejemplo de un futbolista más veterano como Kessie, a quien le costó entrar en el equipo. Su evolución, o el modo en que aceptó no tener minutos durante los primeros meses, parecen haber convencido más al técnico.

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    El físico

Pablo Torre es, pese a su innegable calidad y presencia en el campo, un futbolista aún en formación en el terreno físico. Como lo era hace dos años, cuando dio el salto al primer equipo del Racing. En Santander ya superó esta dificultad, pero en el Barça, dos categorías por encima y líder indiscutible en Liga, la exigencia es mayor. Se trata de una faceta en la que tiene que crecer, su entorno es consciente y desde que formalizó su compromiso con el Barcelona, incluso durante unos primeros meses en los que aún era futbolista del Racing, el club blaugrana ya ha tutelado este aspecto.

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    La competencia

En una plantilla con el potencial de la del Barcelona, y con un nutrido grupo de centrocampistas (y mediapuntas) internacionales, a culturizar futbolista le resultaría complicado hacerse un lugar, máxime cuando muchos de ellos ya están consolidados en el equipo, adaptados al sistema y tienen la confianza del entrenador.

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    La lesión

Ni siquiera cuando tuvo la oportunidad de lucirse pudo disfrutarlo. Cuando el 1 de noviembre fue titular frente al Viktoria Pilsen y se estrenó como goleador en Liga de Campeones y en el Barça, ni siquiera pudo celebrarlo o hacer dudar a Xavi sobre si darle continuidad. En la misma jugada del tanto se lesionó y, aunque no fue de gravedad, no pudo terminar el partido.

Ese buen momento en el principio de temporada, justo cuando más ha contado para Xavi o cuando parecía que podía tener más opciones de consolidarse en la primera plantilla blaugrana, se vio interrumpido de forma extremadamente breve, pero lo suficiente para ver cómo se escapaba la oportunidad.

«El jugador Pablo Torre tiene unas molestias en el tobillo derecho. Es baja por precaución y la evolución marcará su disponibilidad», se limitó a señalar el FC Barcelona en el parte oficial. Pero estuvo tiempo sin jugar.

Sin salida

Tampoco la cesión era una salida, al menos a Santander. El propio Racing reconoció tras anunciar el acuerdo de traspaso que el Barça había indicado expresamente que no cedería al futbolista. Quiere seguirle de cerca y tutelar el proceso de formación de un jugador que hasta el 3 de abril no cumplirá los veinte años y no ha alcanzado su eclosión física. Con ese escenario, quizá solo una salida a un Racing ya en Segunda y no en Primera RFEF podía haberle dado minutos, pero eso tampoco es posible.

Además, el Barça insistió en que el traspaso se computara en el curso 22-23 para que no afectara a sus cuentas del ejercicio anterior. Algo que tampoco le venía mal al Racing. Pero se esperó a que se formalizara ese traspaso, ya en julio, para darle la baja. Ya era demasiado tarde. Con la nueva temporada comenzada, aunque no se hubiera abierto la competición oficial, el club verdiblanco no podía optar ya a una cesión para que su canterano tuviera minutos en LaLiga, aunque fuera en Segunda División. En Santander hubiera sido titular indiscutible; de nuevo el jugador franquicia, pero la normativa impide que un futbolista vuelva a tener ficha con el mismo club que lo traspasó en el mismo curso. Y la salida a otro club tampoco se contemplaba. De ser así, Xavi le prefería en el filial, como se planteó desde un primer momento.

Las grandes expectativas depositadas en un futbolista con un enorme margen de crecimiento tampoco han jugado a su favor. En lo que se refiere a su presencia en el primer equipo, el Barça no ha variado demasiado su hoja de ruta.De hecho, aceptó ese incentivo millonario consciente que iba a estar a caballo entre la primera y la segunda plantilla. El problema con el que se ha encontrado es el gran foco –a su pesar, puesto que huye de estridencias– del futbolista, del que se espera mucho y que las necesidades del Barça tampoco le permiten jugar en el filial.

Quedarse sin minutos supone un problema, como se demostró la semana pasada, cuando Santi Denia no le citó en su primera convocatoria como seleccionador sub 21. Pocos meses antes ya había debutado en el equipo de la mano del ahora seleccionador absoluto, Luis de la Fuente.

De momento, el limbo por el que transita el de Soto de la Marina, entre el Barcelona y el Barça Atlètic; entre Primera y Primera RFEF, no le ha beneficiado. Pero el plan culé con el cántabro es a largo plazo, como su contrato hasta el 30 de junio de 2026, con una cláusula de rescisión de 100 millones de euros.

Créditos

  • Texto: Aser Falagán

  • Narrativa: Ana Isabel Cordobés

  • Fotografías: FCB, EFE y AFP

  • Ilustraciones: Marc González

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