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Mundial Femenino 2023
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Mundial Femenino 2023
Pantalla gigante, hazaña giganteSombrillas, paraguas, y tenderetes hechos con pareos a modo de pequeños campamentos sobre la hierba para cobijarse del calor. Los más madrugadores han colocado su ... silla la sombra y el resto se ha ubicado bajo el sol, que aprieta a eso de las 12.00 del mediodía. Turistas, curiosos y aficionados se entremezclan en los Jardines de Pereda, en Santander, mientras en la pantalla gigante ya cantan la alineación de España. Nadie quiere perderse el partido en el que la selección femenina de fútbol puede hacer historia y levantar su primera Copa del Mundo.
«Hemos llegado pronto y hemos hecho un análisis de la situación por el calor, y digo: ‘Vamos a meternos allí’», cuenta Luis Ángel (Santander, 1975), que está recostado en una de las cuatro sillas que han colocado a la sombra de un árbol. Son para él, su mujer y sus dos hijos, un niño y una niña. Han llegado sobre las 11.15 horas y han plantado su cuartel general en una zona umbría, al cobijo de un tilo plateado que se han encargado de adornar adecuadamente.
Varias banderas de España y otras con las caras de las jugadoras cuelgan de las ramas ondeando con la escasa brisa que corría en el exterior del Centro Botín, donde se podía ver el partido a través de la enorme pantalla que la entidad utiliza para sus sesiones de cine al aire libre. «Las hemos puesto ahí como hemos podido, pero bueno, para darle un poco de color al asunto», explica Luis.
Toda la familia se ha acercado para apoyar a España y además han acudido uniformados. No falta las camisetas de La Roja y la pequeña de la casa, Sofía, incluso se ha tuneado la suya con los nombres de las jugadoras y mensajes de ánimo para la selección. «Esto se trata de divertirnos y si nos traemos este Mundial para casa, mejor», dice Luis. «Es lo que nos representa a los españoles. La alegría, la nobleza y pasárnoslo bien», añade. En casa gusta el fútbol y no se pierden un partido de La Roja, ni de ellos ni de ellas, pero ayer el asunto tenía un ingrediente muy especial. «Es que además es una cosa histórica», comenta, y se atreve hasta con una porra. «Vamos a ver si ganamos, pero de resultado digo un 2-1».
También están a la sombra, pero a una distinta, la de una enorme sombrilla de colores que se han traído de casa. Hoy han cambiado la arena de la playa por el césped frente al Centro Botín para disfrutar del partido en familia. Andrés Vega (Asturias, 1985) está recostado sobre una toalla junto a su mujer y sus dos hijos. El más pequeño, Matías, de cuatro años, lleva la camiseta de la selección con el ‘10’ a la espalda, y no para de corretear alegremente mientras no quita ojo de la pantalla. No es que sean muy forofos, pero esta ocasión lo merecía. «Íbamos a ir a la playa, pero vimos que iban a ponerlo aquí y hemos venido para apoyar un poco también el fútbol femenino», explica Andrés, que se ha enfundado en la camiseta de La Roja.
«Es que una final de un Mundial, pues oye...», explica, mientras Matías se sienta para ver mejor el regate de Jeni Hermoso. «Es que al pequeño le gusta mucho y a la otra le apasiona todo el deporte», detalla Andrés, que espera un 2-0 a favor de España. «Ganamos seguro», dice confiado. Y sus palabras fueron casi una invocación, porque poco después La Roja marcó el gol que después las daría su primer Mundial.
El enorme estruendo entre gritos y aplausos se mezclaba con el olor a rabas que llegaba del bar situado en los Jardines de Pereda. «‘Queda mucho ¡eh¡, queda mucho todavía’, se oía decir entre el gentío después del gol de Olga Carmona. Irene (Santander, 2006) y Lucía (Santander, 2007) se vuelven locas con el tanto de la jugadora del Real Madrid. Las dos han llegado al filo de los doce del mediodía y se han sentado en el ‘prao’ sobre una toalla sin miedo al sol.
Eso sí, cada una lleva banderas de España pintadas en las mejillas y dos de tela ondeando sobre los hombros. «Aunque hace bueno ahora no toca playa, hoy toca selección. Además vamos uniformadas con las banderas y la cara pintada», dicen mientras ríen. No han podido encontrar camisetas de La Roja femenina y no han querido traer una de la masculina. «La de chicas no la había todavía. No había nada. Iba a coger la de mi hermano de la masculina, pero dije: ‘no, no’», explica Lucía. «A La Roja la veo muy bien. Han llegado a portería, han marcado y han tenido más oportunidades. La cosa es que Inglaterra es difícil, sí, pero bueno, que se puede sacar», dice convencida. Y tenía razón.
Entre ¡Uysss! y ¡Aysss! el partido iba agotando su minutos mientras los aficionados se llevaban las manos a la cabeza con cada ocasión perdida de España para poner el 2-0. A falta de dos minutos para agotar el tiempo de añadido comenzaron los gritos de ‘España, España!’ y ‘¡Pita ya!’. Y por fin, el éxtasis. Victoria. Júbilo, saltos, chillidos y aplausos. Tocar el cielo con las yemas de los dedos al grito de: ‘¡Campeonas, campeonas, oé, oé, oé!’.
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Ana del Castillo
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