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Alfredo Matilla / DM
Madrid
Lunes, 3 de abril 2023, 19:02
Pedro Manuel Munitis Álvarez (Santander, 1975) concede a Relevo una entrevista en la que analiza su pasado en el fútbol su presente y su trabajo en 'Futbox Santander', un proyecto formativo en forma de escuela de tecnificación que ha levantado en Santander junto a ... su inseparable amigo Gonzalo Colsa, con unos 300.000 euros de inversión y con la participación de otros referentes cántabros como Canales, Álvaro González, Higuera, Raba, Picón...
El jugador recibe a Relevo en un campo de fútbol con vistas al Barrio Pesquero que le vio nacer mientras espera un nuevo equipo al que entrenar. Atrás queda su paso por el Badajoz, el Racing con el que llegó a disputar la UEFA en 2008; la Champions de 2002, una Liga y una Supercopa de Europa con el Real Madrid; el Deportivo y la Selección.
Empezó en los banquillos, en el fútbol femenino. Luego dirigió a su Racing, Ponferradina, UCAM Murcia, Badajoz y Sabadell. Estos meses ha descartado alguna que otra propuesta de urgencia, pero en junio todo pinta a que volverá a la trinchera.
En la entrevista reconoce que no se arrepiente de haberse retirado - en 2012 con 37 años- con un último año muy duro con el descenso a Segunda del Racing y porque salir hubiera significado salir otra vez de Santander y estaba muy establecido con su familia. «Bajar de Primera fue muy duro. Te sientes incluso muy culpable porque era la cabeza visible. Mi forma de ser pesó. Me hago muy responsable en cada cosa que me toca participar. También se vendió algo que no fue por una parte de los medios. Ya sabes, creo que estabas por aquí entonces: a Gonzalo [Colsa] y a mí nos hicieron responsables. Por momentos llegué a sentir vergüenza de salir a la calle».
Munitis, que afirma que lo vive todo con «demasiada pasión», reconoce que ha llegado a no distrutar del fútbol, por esa autoexigencia, y por eso ahora a los chavales les enseña a «que sean capaces de enfocar desde la objetividad y de darle tanto valor a lo positivo como a lo negativo, cosa que no he hecho yo. Cada vez lo gestiono mejor, pero he pasado gran parte de mi carrera sin disfrutar del todo lo bueno que me ha tocado vivir». Y esa autoexigencia, en lo deportivo, los físico lo personal transita por toda la entrevista, desde la alimentación a sus metas como jugador, desde la fortaleza mental a su forma física, o su trabajo como entrenador.
«El fútbol es el deporte colectivo más individual que hay, nos educan así desde la base. Si uno destaca y otro también..., tú eres mejor. Y tienes que jugar, y a ver cuántos goles has metido... El fútbol es un transmisor de valores tremendo que no se aprovecha, para todo lo contrario, y nos educan de esa manera. Hay veces que, y lo voy a decir aquí públicamente, no sé la gente que va a ver esto, pero yo en muchos momentos me avergüenzo de los comportamientos que he tenido. Internos. De, joder, de no jugar y casi que, no sé si me atrevo a decirlo o no, pero es verdad, de casi que desear que el equipo no gane, para que se note la ausencia del gran Pedro Munitis. El ego a veces te juega malas pasadas. Cuando va pasando el tiempo y cuando tienes algo dentro y eres una persona, y has tenido ese tipo de pensamientos, te vas a tu casa, te miras al espejo y te quieres matar contra él. Es que te miras y dices: 'Me das pena'. Lo que generas no es bueno tampoco, no es bueno para ti y no es bueno para el grupo. Cuando empiezas a entenderlo y a comportarte de otra manera, y cuando no te toca jugar, animas a tu compañero, te empiezas a sentir partícipe de ello. Cuando acaba el partido, si has ganado, dices, pues mira, desde el punto que me ha tocado, me he portado como me tengo que portar, como un hombre, he estado con mi gente, y te sientes bien. Si el equipo ha perdido, pues mira, estás ahí aportando, te acabas sintiendo bien, al equipo le haces bien. Todo es positivo. De la otra manera, es toda una basura»
El jugador explica que como en su época no había psicólogos deportivos se los buscaba fuera, pero que eso estaba mal visto. «Es mucho mejor trabajar permanentemente con un especialista. Antes me generaba muchos problemas, me gastaba mi dinero, tenía que ir a tratarme fuera y todavía, cuando se enteraban, me maltrataban. Es algo que llama un poquito la atención y que ahora se ve con más normalidad. En esos momentos era un marciano dentro de un mundo que para mí era un poco de locos».
-¿De qué época futbolística disfrutaste más?
-En el Racing, antes de ir al Real Madrid. Ahí volaba. O yo sentía que volaba.
-¿En aquella exhibición del Racing en el Bernabéu (2-4) en el 2000 por la que luego te fichan?
-Sí. Jugaba bien un fin de semana así y al otro, también. Cuando llegué al Madrid eso se cortó.
-¿Por qué?
-Yo tampoco lo entendí muy bien, porque tenía tanto carácter, tantas ganas, creía tanto en mí, que no entendí que tenía que tener la paciencia suficiente para esperar mi momento. Esto hizo que sufriera muchísimo. Me gusta tanto mi profesión que cada fin de semana sin jugar era una puñalada. No tuve la paciencia que debía para aprender de gente, para estar mucho más tranquilo, para esperar mi momento, que seguro que iba a llegar porque sólo tenía 24 años. Tuve experiencias que me sirvieron para gestionarlo de otra manera cuando llegué al Depor, que fue algo totalmente diferente.
Munitis habla de la retirada y sobre si los futbolistas están preparados para el día despues. «Yo no me quejo, porque si me quejo todavía me dan de palos. He tenido la suerte de hacer lo que me gusta. Pero no todo es como se cree. Acabas de jugar y lo que vienes haciendo durante toda una vida se acaba. De pronto dices... '¿y mañana no tengo que ir a entrenar?'«.
Reconoce que en su caso fue una casualidad y una suerte que al terminar de jugar pudo empezar a entrenar, ya que buscaba una temporada larga en casa. Explica que empezó con el fútbol femenino porque se lo pidió una amiga por echar una mano, pero se sentía bien y siguió adelante con algo que empezó como temporal «Me sentía tan bien... Me llenó tanto como el jugar. El fútbol femenino ahora mismo está de otra manera. En ese momento estaba hasta medio mal visto y con faltas de respeto. Fueron dos años maravillosos. No noté el cambio este de dejar de jugar a quedarme en el aire».
El vacío llegó más adelante, cuando dejó de entrenar una temproada larga tras su paso por la Ponferradina, «ahí sí que noto por primera vez el decir, hostia, que no tengo que ir a entrenar. Es durillo el gestionar esto, es un vacío sí».
Munitis asegura que nunca pensó que se dedicaría a entrenar, quizá sí pensó en director deportivo, pero no entrenador. Aún así se preparó durante sus últimos años como jugador y sacó la titulación. «Soy una persona muy diferente de cara al exterior a lo que soy dentro de mi familia o de un vestuario. Me siento muy seguro. No tengo ningún problema en aceptar mis imperfecciones, soy capaz de desnudarme y aceptar que me he equivocado en algo. Lo llevo todo con mucha naturalidad y me encuentro muy a gusto».
Como entrenador considera que lo más dificil es la toma de decisiones. «Tratamos de enfocar también en eso, en acabar haciendo del vestuario una familia, que tratemos de empatizar, de vivir cosas no solamente relacionadas con el juego, sino de convivir lo máximo posible. Hay que tener la humildad de aprender de cada cosa que te pase. Que te aporte a todos los niveles y disfrutes».
De cara al futuro explica que sigue en la distancia el trabajo de otros entrenadores y asegura que Marcelino es el técnico que más le ha marcado. «Me identificaba mucho con él. Empezabas a entender el porqué de las cosas. Daba pautas muy concretas que facilitan mucho la labor y muy prácticas. Y luego tenía muy presente también la gestión de vestuario, que es fundamental». En la entrevista también cita a Del Bosque, por la gestión del grupo. Manolo Preciado y Nando Josu. Portugal es muy metódico. Héctor Cúper te daba cariño desde la distancia. Menuda humildad con todo lo que ha sido. Es una de las personas a nivel humano que más me ha marcado. Buenísima persona.
-¿Y que es lo que más te recuerda la gente?
-«Haber ganado una Champions. La gente se queda con los resultados. Es normal. Y a mí me gusta. Yo era madridista, lo soy y lo seré. Es un sentimiento que te viene desde crío. No he sido forofo nunca de nada, pero sí que Real Madrid me gustó cuando era un crío y eso te marca. Y ahora mismo ves todo de otra manera cuando le ves jugar«.
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