Secciones
Servicios
Destacamos
El día del España-Costa Rica llegué pronto al estadio Al Thumama, situado al sur de Doha. A la entrada me he encontrado con Andrés Iniesta, el autor del gol que nos dio nuestro único título en esta competición. Una agradable sorpresa.
Me sorprendió mucho ... más ver bastante menos expectación y aficionados que en los otros seis partidos que había presenciado. Una parada para seguir por televisión, en la sala de prensa, la remontada de Japón frente Alemania, ante la perplejidad de los colegas españoles que allí nos encontrábamos.
Pero la verdadera sorpresa, la mayúscula de aquel día, fue llegar a la tribuna de prensa y comprobar que, a falta de diez minutos para iniciarse el encuentro, las gradas destinadas a los hinchas españoles estaban medio vacías, mientras que las de los ticos estaban casi a tope. Cierto es que, a última hora, casi se llenaron; no así el resto del estadio que ha registrado poco más de media entrada, y que había españoles repartidos por todo el aforo.
Cuando anunciaron la alineación de España, con las fotos de cada jugador en los videomarcadores, hubo aplausos generalizados para todos, con más énfasis para Pedri y Asensio. Lo que me chocó, en cierta medida, es que cuando apareció la foto de Luis Enrique y se mencionó su nombre, los aplausos se tornaron en pitos, en la mayoría de los aficionados. Imagino que, después del resultado, alguno cambiaría de opinión.
No es que yo sea muy partidario del asturiano, pero tengo que decir que la primera, en la frente. Ha demostrado que, sin delantero centro, se pueden hacer muchos goles. Bien es cierto que el rival no compareció y Unai Simón fue un espectador más.
Otra cosa: Ustedes como yo, pensarán que los árabes no beben alcohol. Toda regla tiene su excepción. Aquel día varios saudíes en el bar del hotel en el que está alojado, por cierto, el equipo de Japón y se permiten las bebidas alcohólicas, al ritmo del 'Canta y no llores' dieron buena cuenta de güisquis y tequilas, junto a un grupo de mexicanos que gritaba: '¡América Latina, menos Argentina!'. Ambos tenían a los gauchos como rivales en el grupo y festejaban su derrota del día anterior. Después se comprobó que la alegría va por barrios.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.