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P. ríos
Jueves, 14 de enero 2021, 13:30
Marc-André ter Stegen, héroe del Barça en la semifinal de la Supercopa de España ante la Real Sociedad, fue felicitado al término del partido hasta por Leo Messi, que se había quedado en la grada del Nuevo Arcángel por lesión y que ... bajó al césped tras los 120 minutos (1-1) y los penaltis (2-3) para estar al lado de sus compañeros. El abrazo que captaron las cámaras dice muchas cosas, y todas buenas, de cara al futuro de un equipo azulgrana que da por fin una sensación de unidad tras muchos meses de fractura en todas las instancias del club, también en el vestuario.
El portero alemán, autor de tres paradas descomunales durante el partido a Isak, Zaldua y Januzaj y un muro infranqueable en los dos primeros penaltis de Bautista y Oyarzabal, hace tiempo que lidera la nueva imagen del Barça, más cercana al aficionado y jovial, mientras que el delantero argentino todavía es la bandera de la vieja guardia, jugadores más encerrados en sí mismos. Son dos formas de ser que en algún momento han chocado, quizás también porque el '10' ha desconfiado de cómo ha sabido vender una buena imagen el '1' tras las grandes derrotas europeas en Roma (3-0), Liverpool (4-0) y Lisboa (2-8 contra el Bayern). Sin parar ni una ocasión clara en los dos primeros encuentros y encajando prácticamente los cuatro primeros disparos en media hora ante sus compatriotas, nadie le señaló como uno de los culpables, mientras que Messi, que en Anfield generó de la nada varias ocasiones de gol desaprovechadas por sus compañeros y por él mismo, se llevó todos los 'palos'.
Jugadores como De Jong, Griezmann o Lenglet, también algunos de los canteranos, se habrían alineado poco a poco con Ter Stegen. Con Jordi Alba, Busquets o Piqué en tierra de nadie, Messi se ha ido acercando de nuevo a sus compañeros una vez ha superado el 'luto' por la marcha de Luis Suárez al Atlético y de Arturo Vidal al Inter. El Barça vuelve a parecer un equipo.
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Koeman ha conseguido involucrar a todos los jugadores en un momento importante de la temporada, incluso a Riqui Puig, habitual arma con el que el entorno le ataca por su resistencia a alinearle. El sonriente canterano marcó el penalti decisivo ante la Real Sociedad y se ganó el respeto del entrenador por ofrecerse a realizar un lanzamiento bajo presión. Y más en su caso, pues tiene tantos admiradores como detractores.
Jugadores como Frenkie de Jong y Antoine Griezmann, que eran una sombra de sí mismos, han dado el paso al frente que les reclamaba, al igual que Ousmane Dembélé una vez parece olvidarse de sus lesiones. Veteranos como Jordi Alba y Sergio Busquets han rejuvenecido y novatos como Araujo, Pedri o Mingueza han adquirido experiencia de golpe para rendir ya al nivel que se exige en un gran club como el Barça.
Todavía no ha ganado nada. De hecho, el partido ante la Real Sociedad fue muy abierto y sólo lleva diez días buenos realmente en este curso, todos en el inicio de este 2021. Y Messi es duda para la final del domingo en La Cartuja de Sevilla. Pero por primera vez las sensaciones son buenas realmente.
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